Si ud alguna vez se ha sentido discriminado, no discrimine. Porque más temprano que tarde será entonces parte del problema y estará lejos de ser parte de la solución.
No podemos generalizar ni que las mujeres son de marte, los hombres de venus; que los negros, los cholos, los venezolanos, los blancos, los gordos y los flacos… hacen, piensan, son… juzgar a millones -y peor aún limitar sus derechos fundamentales- no es solo un acto verbal, es un acto inhumano que niega la individualidad, la responsabilidad personal, la preeminencia de la ley y el Estado de Derecho.
Ser víctima de generalizaciones niega nuestra capacidad de ser creadores de nuestro destino y anula nuestra dignidad como personas; pero también las acciones de responsabilidad sobre nuestros actos individuales.
No es un tema de «nacionalidad», ni de «identidad», es un tema de humanidad y de justicia. Si alguien comete delitos, es un delincuente que debe responder por sus actos ante la ley, nadie tiene por qué pagar los delitos ajenos de gente que ni conoce. ¿Por tener el mismo color de cabello, de piel, la misma religión, o la nacionalidad? ¿Qué clase de seres humanos podemos ser si juzgamos e insultamos sin conocer y valorar a cada persona por quién es o no por “lo que es”?
El derecho a no ser discriminado, al trabajo y al debido proceso son derechos básicos, garantizados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en tratados y en la propia Constitución Peruana. No se trata de un «trato excepcional» sino de un derecho básico. La dignidad asociada a la idea de realización; el trabajo es un deber y un derecho. Mueve los hilos del desarrollo: crear, hacer, producir, generar, sostener.
Los prejuicios trajeron los peores horrores a este mundo. Aún vivimos los lastres de los prejuicios sobre las mujeres, sobre el color de piel, sobre el origen étnico, la clase social o la religión. Aún vemos cómo los actos de violencia se ciernen sobre mujeres por ser mujeres, sobre indígenas o sobre afrodescendientes, no por ser Maria, Luis o Pablo. No. Es por ser de un género, o pertenecer a una comunidad o por tener un color de piel. ¿O nacionalidad? ¿Te define como individuo respetuoso de la ley o como trasgresor el tener la tez blanca o negra o el cabello rubio o castaño? ¿Te define en talentos y probidad haber nacido en el hemisferio norte o sur? O es que cada quien es, cada quien hace y cada quien debe ser responsable por sus actos u omisiones. Es un tema de sentido común, conocimiento de la ley y por tanto de civilidad.
Las cacerías de brujas quedaron en otros tiempos, no corra la voz, busque a la inquisición, ni encienda la hoguera ¿o en qué siglo estamos? Cuidado salga ud. quemado.
La siguiente es una reflexión a partir de comentarios a una publicación de llamado a bloquear a las cuentas que promuevan la violencia en redes sociales.
Usuario Agresor en Redes, Odiador Viral o Verdugo Digital;
Publicación hecha desde la cuenta de @Veneactiva en Instagram el 18/02/2021 a raíz de los llamados xenófobos (contra venezolanos y también contra peruanos) de varias cuentas en redes sociales.
La verdad no importa tu usuario, porque podrías ser un usuario local, extranjero, un bot o simplemente un periodista frustrado que ha encontrado en las redes la mejor forma de “florecer” sin pasar los filtros de una estructura institucional. Con tal, la redes son “libres”. Ahí está el primer error interpretativo. Y como no importa el nombre, el pecador sino el pecado, vamos a analizar “los argumentos”.
Primero, pretender que es un derecho «promover la violencia y generar agresión desde el teclado» es un craso error de conciencia social. Muchos de nosotros creemos que eso es antiético e irresponsable. Segundo: Respecto a la “libertad” sepa ud. que ésta es bidireccional: se ejerce y es ejercida por otros. Tercero: es un tema de llamado a la responsabilidad con los talentos que se tienen.
El Verdugo Digital, tras la máscara.
Nuestra responsabilidad como ciudadanos, como personas, y más los que estamos ejerciendo alguna suerte de influencia en los medios digitales, es promover y educar para una integración armónica y pacífica, a la sostenibilidad y desarrollo. Sobre todo en un continente tan diverso como América Latina o un país como Perú. Aludimos a la libertad responsable de las cuentas de RRSS a informar o difundir con veracidad (al menos eso espera la audiencia que les siguen). Así que continuamos; en su caso, ya que decidió sentirse aludido por nuestro llamado de bloqueo a «quienes promuevan violencia o generen agresión desde sus teclados», veamos: empecemos por la propia constitución a la que cita, por cierto, erróneamente; y a la difusión de información que debe hacerse con conciencia si busca ser un Formador de Opinión. Si por el contrario, desea ser una cuenta que promueva la violencia o agresión, creo que más temprano que tarde habrá consecuencias legales. Pero, y también es válido, si simplemente desea tener una suerte de “microblog” de opinión personal con énfasis en todo lo que genere viralización y alarma, es ya su deseo y ejercicio de libertad y le deseamos suerte; pero no pensaríamos que es útil con la responsabilidad respecto a la comunidad peruano-venezolana dada las consecuencias; e igual le pediríamos considerar los riesgos.
De nuestro lado, hablamos de empoderar (educando en el sano debate de ideas) al usuario de redes sociales para que sepa que tiene el poder de ELEGIR cuál información entra a su intimidad y forma su opinión. Nuestro llamado es a un ACTO LIBRE, del usuario.
Aquí nadie tiene el poder, de censurar (salvo los dueños de las plataformas). Ud. da tres veces información errónea: 1) una cuenta personal u de una organización civil no puede censurar el espacio digital, no tiene poder sobre el medio material de difusión; en realidad, recae sobre un acto libre que finalmente el usuario puede o no ejercer. 2) Alega un derecho constitucional también de forma errada (no es el art. 13; sino el numeral 4 del artículo 2. De la CPP) y 3) Defiende la libertad de incitar al odio y la violencia, que está lejos de ser un derecho. La opinión en efecto es un derecho, y es el que se ejerce.
Esto significa que nosotros no podemos cometer delito alguno al expresar UNA OPINIÓN “sobre la responsabilidad de terceros en redes que motivan la comisión de delitos contra la integridad física o psicológica de las personas por nacionalidad”. (De nuestra gente y de las comunidades peruanas donde hoy viven). En este sentido, le aclaro a detalle su error en materia constitucional, porque como le dije antes, nuestra misión sí es formativa: supongo que se refiere al numeral 4 del artículo 2do, respecto a derechos fundamentales. (Ya que el 13 es sobre Educación, no creo que estés refiriéndote a la libertad de enseñanza ¿no?). Empecemos esa lectura constitucional por el inicio:
Artículo 1°.- La defensa de la PERSONA HUMANA y el respeto de su DIGNIDAD son el fin supremo de la sociedad y del Estado.
Lo que se lee transversalmente con el tema de Derechos Fundamentales (art. 2) “derecho a la integridad moral, psíquica y física”, “igualdad”, “no discriminación” y del numeral 3, del artículo 2 sobre LIBERTAD DE CONCIENCIA. “(…) No hay delito de opinión. El ejercicio público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público.” Respecto a LIBERTAD DE EXPRESIÓN (numeral 4 del mismo artículo 2 —que creo que es al que te refieres finalmente—)
“Art.2, Numeral 4. (Toda persona tiene derecho…) A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, BAJO LAS RESPONSABILIDADES DE LA LEY. Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común. Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide circular libremente. (Cosa que no puede hacer ninguna organización civil con un post o campaña). Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de comunicación.”
Entonces estimado, como las constituciones no son cajas de bombones para seleccionar sólo el que nos gusta o sirve, se leen transversalmente y se equilibran los principios entre sí. Adicionalmente, según la Ley 28278 (Ley de Radio y Televisión) hablamos de un principio fundamental: “La libertad de información veraz e imparcial” que si cruzamos con los derechos fundamentales (art 1 y 2) el respeto a la dignidad, integridad psicológica etc… no discriminación… tiene sentido que haya un reclamo hacia cuentas que promuevan la xenofobia y agresión (de venezolanos a peruanos o de peruanos a venezolanos) y motivemos a que la gente deje de escuchar a esas cuentas….
Fíjate que artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos plantea la doble dimensión de la libertad de expresión y pensamiento: individual y social. La primera garantiza que se pueda utilizar cualquier medio para la difusión de pensamiento u opinión y la transmisión del mismo. Mientras que la dimensión social implica que toda persona tiene el derecho de recibir dicha información. Y se admite, no la censura, sino la RESPONSABILIDAD, de quien abuse de la prerrogativa.
La Libertad (porque sólo el Estado es quien puede “censurar” al impedir circulación, cortar señal en el espacio radioeléctrico o ejercer coerción) es ejercida también desde esta tribuna, y es fundamental para ejercer ese 4to Poder que es la información y prensa (ya las RRSS ampliaron el fuero) es importante no hacernos artífices del amarillismo de este lado o del otro lado: todos estamos en el mismo espacio.
Entonces, Sr. Verdugo Digital, le pido de corazón que no arme un juego de inflar tensiones sociales, sino contribuir a soluciones reales, porque hay una responsabilidad con las personas que siguen las cuentas… y más aún, estamos ante una comunidad golpeada por la pandemia, por la política y por la violación de DDHH. Piense un poco en qué imagen causa en una persona que recién entrara en su cuenta y solo ve los vídeos de crimen, amenazas, frases de odio hacia una u otra nacionalidad. Eso solo traería la desgracia para los más vulnerables, para quienes verían peligrar sus trabajos, techos y en el peor de los casos: su vida.
El llamado en realidad, no era con ud, y no sé si se siente ofendido porque ¿siente que estaba llamando a la violencia? Creo que si se siente tan implicado debería revisar sus políticas internas de publicación o su código de ética porque ud. solito está asumiendo las alarmas. Quizás es momento de reflexión. ¡Por cuentas que informen y contribuyan a un mejor Perú!
Atentamente,
Una Integradora Digital
@nancyarellanos
Update! (porque la verdad siempre llega) – Sobre los hechos recientes en Perú. Cortesía de Cuarto Poder, transmitido por América Televisión, el 21/02/2021.
Especial transmitido por la televisión abierta peruana, muestra que la campaña de tensión entre nacionalidades ha sido en gran parte una fabricación.
Por @nancyarellano (twitter) – @nancyarellanos (instagram)
“Algún día será verdad. El progreso penetrará en la llanura y la barbarie retrocederá vencida”.
Rómulo Gallegos
Como venezolana puedo decir que el régimen y sus secuaces nos han atacado desde todos los frentes: violación de derechos humanos ya probada desde los sucesos de las protestas 2014, nombramiento anticipado de los rectores del CNE, declaración de desacato a una Asamblea Nacional de mayoría opositora, Asamblea Nacional Constituyente ilegitima, nombramiento inconstitucional de magistrados del TSJ, uso político del TSJ, celebración inconstitucional de elecciones presidenciales, FAES, GNB y alto mando como ejército pretoriano… paralelismos institucionales, corrupción, escasez, inflación, devaluación, crisis económica, sanitaria, educativa y laboral y Secuestro de los símbolos de los partidos políticos de oposición … narcotráfico, terrorismo, lavado de activos. Todo lo que podía pasar, ha pasado. Pero no ha pasado desapercibido, no más.
Foto Propiedad de Jon Cárdenas
Así que ello incluye una respuesta contundente del sistema democrático internacional: casi 60 países dijeron ¡no más! al régimen, y más aún, han admitido el informe independiente del Consejo de DDHH de las Naciones Unidas; han respetado nuestra Constitución y mantenido un apoyo irrestricto a la Asamblea Nacional legítima y al gobierno interino desprendido de la activación de los artículos 350, 333 y 233. Nada ha sido en vano.
El escenario democrático internacional ha convenido establecer medidas de sanción para los ejecutores de las violaciones de derechos humanos. Estas medidas en un país férreamente controlado por una camarilla de delincuentes por supuesto que, lamentablemente, ha impactado en el ciudadano de a pie, como todo lo que nos han hecho desde 1999 ha impactado en todos. Sin embargo, es fundamental comprender que las sanciones han afectado porque el régimen ha infectado a todo el sistema económico venezolano: destrucción de nuestra principal fuente de exportación (el petróleo). Detengámonos ahí, en 2016, ya en crisis económica por cierto y sin sanciones, se producían 2,4 millones de barriles que eran vendidos de la siguiente forma: “China e India reciben el 60% del total. Un 20% se vende a EE. UU. y un 20% al resto del mundo” Como señalaba un artículo de la DW.
El artículo sigue “Para equilibrar su presupuesto, Venezuela necesita un precio de 118 dólares por barril. De los 40 euros del precio de venta, no todo queda en las arcas del Estado: producir el crudo cuesta entre 8 y 19 dólares por barril, según donde se extraiga.” y añade “Las ventas a China y la India representan el 54% de las exportaciones totales de crudo, cifradas actualmente en unos 2,4 millones de barriles diarios. Si a ello se le agrega un 6% que va a hacia Singapur, pero cuyo destino final es mayormente China, se llega a un 60% del total.”
Esto quiere decir que, aún con las sanciones, si aún produjésemos 2,4 millones de barriles (cosa que no pasa) el 60% encontraría comprador en Asia, quizás no India; pero definitivamente China podría haber jugado un papel fundamental; sin embargo, con los apagones y la corrupción, la producción cayó, y es más fácil simplemente plegarse al discurso de “las sanciones tienen la culpa”. En lugar de asumir que nunca trabajaron para una real soberanía petrolera, no hicieron más que sobreendeudarnos y que se han peleado con los principales aliados históricos – y serios- en cuanto a financiamiento. Subordinaron a una agenda ideológica de partido hegemónico las bases de sostenibilidad económica y salud de las finanzas públicas. Y nos quebraron.
La agenda hoy por ello debe ser contundente. Hay que reformar el sistema de facto que el régimen ha creado. Por esa razón hay que volver al orden constitucional y revivir la voz real del soberano: la consulta popular, a la que la sociedad civil, con el apoyo de la Asamblea y el Gobierno interino están convocando, dentro y fuera de Venezuela.
Solo con la consulta popular; seria, centrada, con alta participación y con garantías de auditabilidad podremos dejar zanjado nuevamente lo que los países que hoy nos apoyan a los demócratas, y que básicamente representan no sólo el mundo democrático sino a más del 60% del PIB mundial; saben; que Venezuela quiere un cambio, que los interlocutores de la Asamblea Nacional no hablan en nombre propio sino de la nación y que Venezuela quiere expresarse y quiere un cambio real y no una estafa electoral como la del 6D que no es más que la continuación – y extremación- de la farsa de 2018 (presidenciales) y de 2017(ANC). ¿Que ya lo dijimos el 16J? Sí, pero de 2017. Cuando no había pasado ni la ANC, ni la farsa de la presidencial, ni el Informe de las Naciones Unidas, ni la crisis humanitaria y migratoria que hoy suma más de 6 millones.
No no es igual, tampoco teníamos el apoyo expreso de casi 60 países, ni teníamos la encargara de ejecutivo que, junto al legislativo, pudiese generar una plataforma única para que nuestra voz sea escuchada. La fórmula definitiva es “hacer sentir la voz indubitable del soberano venezolano”: tu voz, mi voz, la voz de todos y todas, clara y contundentemente. El presidente Clinton dijo una vez ¡Es la economía estúpido! hoy hay que decir ¡Es la legitimidad! y nosotros sí podremos demostrarla.
Pero aclaro algo, necesitamos el apoyo de los actores sociales, gremiales, políticos y de toda la sociedad democrática en el extranjero, necesitamos que también los demócratas del mundo, más allá simplemente de los Estados, nos acompañen en esta lucha que es la lucha por la libertad, los Derechos Humanos y la democracia. Una lucha al final que no tiene frontera y que, frente al drama de crisis institucional de la región, nos convoca a todos.
Ud. estimado lector, que probablemente no sea venezolano… ¿Es capaz de conmoverse y apoyar esta causa? Si su respuesta es favorable, por favor comparta este artículo, publique un tweet o un post de facebook o instagram diciendo «Estamos contigo #Venezuela, #AlzaTuVoz». Mañana podría ser al revés, y también contaremos con Venezuela para apoyar al mundo.
Cuando se habla de educación siempre se señala la importancia de los docentes. Desde niños nos hicieron aprendernos los pensamientos del libertador, Simón Bolívar “Moral y Luces son nuestras primeras necesidades” ¡qué ironía que una revolución “bolivariana” (obvio que no lo es) sea la que más haya maltratado a nuestros maestros! Tan así, que el hoy ministro de educación; quien viniese de las filas del sindicato docente sea quien pretenda acallar las voces del reclamo. Los maestros venezolanos merecen un sueldo digno y un contrato colectivo que les aporte para vivir como docentes; ser capaces no sólo de satisfacer sus necesidades y de su familia, sino poder seguirse formando para seguir formando al país.Nunca en nuestra historia los docentes han estado tan mala pagados y reconocidos. Los colegios y liceos en un estado inconcebible y la deserción escolar por las nubes. Hoy se calcula que más del 54% de los estudiantes han dejado el aula y no es por el Coronavirus; esta es una cifra que antecede a la pandemia y que sucede al régimen que tiene a Venezuela secuestrara del futuro promisorio que merecemos. Dejan el aula porque no hay luz, porque no hay desayuno, porque no hay libros o porque los maestros no pueden llegar al aula porque no hay gasolina.Aquí se han olvidado que por mucho menos, en países con democracia, los dirigentes se apartan del poder.
La huelga que inicia hoy es una reacción directa a los vejámenes de larga data al sistema educativo venezolano
El pueblo, en su mayoría, y de eso se trata la democracia, no quiere a Maduro y Compañia; no reconoce la elección es de 2018 y no acepta el sistema inconstitucional, sanguinario e irresponsable que han instaurado.Los docentes han sido víctimas en todos los sentidos posibles; desde la destrucción del salario y sistema educativo, pasando por los perversos cambios en la curricula académica, la eliminación de las humanidades en el bachillerato o las medidas de mediocridad con la obligación de aprobar al 80% de la clase o deben repetirse eternamente los exámenes. Esto sin detallar la reescritura de la historia o la ideologización en los contenidos. Es un desastre sin precedentes pero no sin consecuencias.
Destruir a la educación es el mayor crimen hacia el futuro; y no ha sido fácil seguir en el ruedo para los miles de docentes venezolanos que han sido asediados por el régimen desde todas las perspectivas.
Por ese este paro está más que justificado, es una voz genuina y coherente; un reclamo de justicia que debe escucharse y atenderse. Es la voz de nuestro mañana que hoy reclama ser respetado. Es la voz de conciencia más importante de la sociedad venezolana. Sin educación no hay nada.Hoy todos los venezolanos del mundo nos solidarizamos con nuestros maestros. Hoy quienes somos producto del esfuerzo de esos hombres y mujeres que se esforzaron en darnos criterio, cultura y enseñarnos herramientas para valernos en el mundo queremos usarlas para defender la dignidad del magisterio. Desde el exterior, frente al paro nacional del magisterio, tenemos solo la palabra, y la usamos para decirles ¡estamos con ustedes!
La democracia consiste en poner bajo control el poder político.
Karl Popper
Hoy no hay democracia en Venezuela. Ha habido elecciones, pero el sistema no está siendo implementado. La ganancia en 2015 del parlamento trajo consigo dos violaciones constitucionales: la creación de la Asamblea Nacional Constituyente por medio no constitucionales y la arremetida del Tribunal Supremo de Justicia contra el poder legislativo. A eso se suman: presos políticos, vulneraciones a la inmunidad parlamentaria y amedrentamiento y amenazas a los diputados electos democráticamente.
A este escenario se suma la celebración de una elección viciada del presidente de la república, con la sola intención de hacer permanecer a Nicolás Maduro en el poder. Lo que ha significado el secuestro frontal del poder ejecutivo: la usurpación. A ello, devino el vacío de poder que pasa, constitucionalmente, a ser llenado por el presidente de la Asamblea Nacional: Juan Guaidó.
Nicolás Maduro ha apagado al sistema y la guardia pretoriana que lo protege, cuida celosamente que no se encienda el motor democrático: las elecciones directas, universales, secretas, con participación de todos los factores, con observación internacional y con un ente rector imparcial y electo constitucionalmente. Elecciones con condiciones.
El gobierno interino, es el último eslabón de la democracia constitucional; por mandato de la constitución vigente y en un escenario donde la articulación de los factores por el fin último, no debe admitir distracciones. No hay “media democracia”, el motor democrático está encendido o apagado.
Los fallos que admite la democracia jamás serán de legitimidad de origen. O se es producto de una elección que es constitucionalmente habilitante, o no hay democracia. Cualquier “negociación” que parta de celebrar elecciones amañadas, poco transparentes y sesgadas elimina cualquier posibilidad de que entre combustible al motor democrático. Lo contamina.
La democracia es el sistema que Venezuela ha decidido darse; así lo establece la tradición constitucional del siglo XX y XXI y por ello nuestra causa debe permanecer incólume ante quienes quieran con partidos secuestrados, un CNE ilegítimo, una Asamblea Constituyente írrita, un usurpador en el ejecutivo y un TSJ sesgado; generar un disfraz de democracia. No, no nos haría ningún bien pretender asumir ir a un evento que ultraje el proceso de inicio a fin y que no garantice que la voluntad de los venezolanos sea debidamente respetada.
Sería un suicidio que la dirigencia que dice saber de política, convoque a las masas a legitimar a un proceso claramente anti democrático. Sería absurdo que hoy dijeran que hay que pagar la deuda electoral del legislativo, cuando aún no se ha pagado la deuda con los venezolanos sobre el ejecutivo desde el 10 de enero de 2019.
El gobierno interino ha estado llenando un vacío de poder que hay en el ejecutivo y la prioridad tiene que ser elecciones presidenciales, tanto como deben celebrarse las de la Asamblea. Si amparamos unas elecciones sobre la segunda deuda electoral, sin considerar la primera: están legitimando a la usurpación.
¿Qué posibilidad de democracia puede nacer en esas condiciones? Solo un pacto interesado por quienes pretendan hacerse un lugar en el poder de facto que hoy mantienen, no solo quienes acompañan a Maduro frontalmente, sino aquellos que, ligados al narcotráfico y al terrorismo trasnacional, hacen uso de las plataformas del Estado y canalizan el uso de la fuerza para-estatal con la complacencia de quienes deberían proteger a la nación de tan peligrosas amenazas. Es una componenda que atenta contra los DDHH, el Estado de Derecho y la vida de cada uno de los venezolanos.
No podemos admitir una democracia elástica que se adapte a las ambiciones de quienes cooperan para su destrucción. La democracia tiene un límite claro: los antidemócratas. Y con ellos, no hay espacio de acuerdo posible. Empezando porque acuden a medios prepolíticos (la violencia) para el control social y porque desconocen el primer pacto de la nación: la constitución; que es la garantía de tus derechos ante el poder que supone el Estado y su fuerza coactiva. Lo único que puede “acordarse” son las condiciones de entrega, de rendición. Como ante cualquier secuestro, ante cualquier transgresión a las normas y frente a la autoridad competente.
Venezuela merece volver a ser democrática, nosotros merecemos volver a la Venezuela de las posibilidades. Y no podemos conformarnos con menos, porque es elegir la nada.
La estafa del régimen de pretender unas “elecciones de sastre”, a medida, de un Tribunal “Bufete”, a medida y con una “oposición compinche”, a medida; son parte del estratagema para la edición del siglo XXI, del Manual para Deconstruir una Democracia.
Hemos vivido 20 años de aplicación de la siniestra receta de manipulación y elasticidad institucional a tal punto de ahogarnos en la generación de todas las condiciones que ponen el acento en las pasiones sociales e individuales:
a) Aprovechar el talante democrático para generar un “electoralismo” perverso, que mantenga la campaña permanente, desproporcionada y distraiga la institucionalidad. Ese que buscaba destruir el sistema de partidos y comprar (con el dinero del Estado) a políticos y líderes. No alcanzó ni el aceite, ni la plata, ni rallar el poder como un queso con un para estado comunal.
B) Aprovechar las necesidades básicas y deseos de superación para generar un despilfarro y corrupción aberrante con una sobrevaluación del Bolívar y un control de cambio que comprometió miles de millones, empujó el consumismo y quebró al país. Esas que crearon empresas de maletín por doquier y jugosas importaciones. No alcanzó el invento de misiones, los paralelismos institucionales, ni las carnetizaciones para someternos.
C) Aprovechar nuestra convicción por la igualdad para arrastrarnos a la precarización social y el falso empoderamiento de las masas. Esa que pretendió una recentralización del poder, pérdida de la descentralización y tirar por la borda los 40 años de avance en la modernización del Estado. No alcanzó la creación de una ANC irrita, ni la destrucción del aparato productivo, la expropiacion de tierras y empresas, ni la campaña de odio racial y clasismo desde el aparato mediático descomunal que construyeron.
¿Ahora quieren otra vez manipularnos? No. Esta farsa se acabó. Se acabó en enero de 2019 aunque aún no quieran entenderlo o se nieguen a asumir la responsabilidad ante la justicia y la historia. Han violado la constitución, han violando los DDHH y han creado a la mayor emigración forzada de nuestra historia. Claro que queremos ir a elecciones pero ¡con condiciones!
Por eso hoy, 5 de julio de 2020, tenemos que luchar como nunca por recuperar la Venezuela democrática. Con una votación en el marco constitucional y garantías. Sin nadie usurpando el poder, secuestrando las armas de la republica y pactando con regímenes oprobiosos en el mundo no democrático.
Donde además nosotros, los más de 6 millones de venezolanos que estamos fuera de Venezuela, víctimas directas del régimen tanto como quienes se encuentran dentro, seamos parte de un proceso electoral amplio, justo, con condiciones.
Un voto Universal, directo, secreto y con garantías debe incorporar a ese 25% del padrón electoral que hoy está fuera. Debemos ser Incorporados en la elección presidencial adeudada desde 2018 y tanto como en la legislativa que debe celebrarse. Solo falta el ejercicio de la voluntad política para hacerlo, voluntad que sabemos existe. Adosar a la circunscripción de origen, la última declarada ante el CNE, la votación desde el exterior, podría ser una especificación a añadir en la normativa electoral que hoy regula las circunscripciones. Es decir si ud votaba en Guárico o en Vargas antes de verse forzado a salir, su voto continuaría contando para su lugar de origen; sitio donde debe aún tener su casa, a la mitad de su familia y muy probablemente el hogar al que quiere y merece volver, contando con la representación que ud elija tener.
Imagino celebrar el 5 de julio de 2021 habiendo pasado por una elección general donde hayamos podido elegir, en condiciones justas y constitucionales, al presidente de la República y a los diputados de la AN con la participación de ¡todos los venezolanos! Incluidos lo que estamos en el exterior. Imagino una elección donde la abstención sea ínfima y que selle el Acuerdo Nacional de un nuevo capítulo en nuestra historia. Voz y voto sin fronteras. ¿Y tú qué imaginas?
¡Cuánta envidia acecha en vosotros, si, a causa de este mando que la ciudad me confió como un don -sin que yo lo pidiera-, Creonte, el que era leal, el amigo desde el principio, desea expulsarme deslizándose a escondidas, tras sobornar a semejante hechicero, maquinador y charlatán engañoso, que sólo ve en las ganancias y es ciego en su arte!
Sófocles, Edipo Rey
Los hombres son los que, actuando de acuerdo a las circunstancias y cónsonos con sus propósitos, propician los hechos que hacen historia; es una frase, parafraseada, que «le escuché» a Rómulo Betancourt en una entrevista con Sofía Imber y Carlos Rangel, dicha por allá en los años 70 y que internet tiene la bondad de dejarme ver. ¿Increíble no? Hoy tenemos la gran memoria gratuita que es internet. Casi no hay conocimiento que esté más allá de unos cuantos clicks, sin necesidad de pertenecer a una logia o a una élite, sin tener miles de dólares para pagar el acceso al círculo de los iluminados y, aún así, parece haber amnesia colectiva. ¿Una ceguera colectiva, y elegida, ante el horror? Probablemente sería el argumento de un Sófocles metido en la tragedia electoral.
El pacto mínimo es el contrato social
Cuando estudiaba el contrato social me dijeron que era el acuerdo que hacemos para renunciar a nuestros derechos naturales para vivir en sociedad. El pacto. Ese pacto hecho con «el Soberano» daría paso al «Estado»; es decir, el «soberano» me protege, por eso yo no tengo que andarme protegiendo del vecino. Luego caeríamos en el Estado moderno y el tema constitucional. Pero así hablemos en la expresión más mínima de Estado, el Estado garantiza la seguridad, no promueve grupos «paraestatales» para generar caos y amedrentamiento y menos vulnerando la soberanía nacional para entregar el poder y riquezas a élites extranjeras de oscuros oficios. El chavismo no atiende ni a la más mínima consigna, criterio básico, de Estado moderno, ni Feudal. ¿Qué queda para lo demás? Nada. Pero esto que digo es simplemente lo que habilita el art. 350 y que activó el 333 y 233 que dan soporte al gobierno interino del presidente de la AN, Juan Guaidó.
La Torre de Marfil del chavismo:
Recuerdo cuando estudiaba Letras, y antes en Humanidades, leer al modernismo como movimiento. Un Rubén Darío, recitaría:
La princesa está triste.. Qué tendrá la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro; está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor (…)
el símbolo de la siniestra evasión ¿y cárcel?
El poeta nicaraguense, completamente entregado a la evasión y contrastando con la realidad se fuga en sus versos de lo que ocurre. Sin menospreciar el aporte estético del modernismo y su valor literario; la política convertida en el arte de la evasión y el preciosismo simbólico no es admirable, es una estafa. El chavismo, sufre — no de manera ingenua, sino como eje central de propaganda— de ese delirio absurdo y medido, de fabricación de la realidad. Sus jerarcas viven en torres de marfil preciosistas, llenas de cisnes, con un culto impropio y anacrónico al pasado, con aspiraciones abstractas y un escapismo confeso a atender la realidad nacional. La «grandeza de la revolución» es un soneto de biblioteca preciosista. No una foto de la realidad venezolana. En la realidad esa torre, pasa a ser la prisión de su megalomanía.
Una crisis de referentes
Los referentes del colectivo no son absolutos, son temáticos. Los hombres y mujeres, falibles todos como somos, tenemos virtudes y defectos. Pero el endiosamiento de la «épica chavista» Estiran su moralidad chiclosa tanto como demanden sus ambiciones materiales y su convicción democrática se encoge, inversamente proporcional, a lo que se amplifica su prontuario criminal.
El chavismo es, como movimiento político, una síntesis siniestra de todos nuestros males sociales y políticos: corrupción, despilfarro, nepotismo, amiguismo, populismo, militarismo, sectarismo, engaño, antinacionalismo, entreguismo, genuflexión imperialista, caudillismo, complicidad y violación de los DDHH.
Si los más ruines colonizadores, si un sangriento Boves, un terco Murillo, el megalómano de Gómez y los funcionarios de la Rotonda, el militarismo de Pérez Jimenez, el sadismo de Estrada y los torturadores de Guasina, junto con lo peor de la guerrilla urbana de los años 60 del PCV y Cia, con los peores corruptos y funcionarios mediocres y traferos que hubo en los gobiernos de AD, Copei, y en los espacios políticos delirantes del MAS y la Causa R …. se hubiesen puesto de acuerdo en hacer un partido… sería el PSUV. La gestión de Chávez-Maduro y compañía, pasará a la historia como la peor gestión política en 200 años de vida republicana.
A wanted poster offering $15 million dollars for information leading to the arrest and conviction of Venezuela’s former President Nicolas Maduro is seen after being released by the U.S. Drug Enforcement Administration (DEA) as Maduro and more than a dozen other top Venezuelan officials were indicted by the U.S. Justice Department on charges of «narco-terrorism» in Washington, U.S. March 26, 2020. DEA/Handout via REUTERS. ATTENTION EDITORS – THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY.
Y califico lo que califico porque aún en varios de los personajes que menciono, al menos en los que fueron gobierno —pese a que han sido detestables enemigos de la democracia— hay matices de ejecución salvable. Menos en el chavismo. Porque no podemos agradecer la caricia que antecede al golpe. Ni el programa social que condena al beneficiario a la muerte porque quiebra el sistema de salud; la medida económica que enriquece grupúsculos y que destruye a la empresa; la repartición de tierra que sentencia a la improductividad o las «elecciones» que perpetúan al tirano y niegan toda sana tensión democrática en el poder. No, no puedo alabar programas que ya existían y a los que se le hizo un re-branding y se alimentaron con los recursos económicos que cualquier gobierno en turno, el del partido que me pongas, hubiese dado mejor uso. De hecho, hubiesen sido ¡cuatro! gobiernos. ¡Cuatro gestiones diferentes! Con temor de Dios, de los tribunales, ¡del castigo del voto!
Esta una crisis de referentes. No poder ver en términos de balance a nuestras figuras nacionales y no valorar lo que teníamos como país (que irónicamente es parte del discurso que llevó al golpista al poder), es un absurdo. Jugarse en una noche de casino —o en una contienda electoral— los ahorros familiares — el tesoro y futuro nacional. Y si no somos capaces de diferenciar el beneficio propio y mediato de la ganancia colectiva y duradera, no podremos edificar nada. La democracia no es el resultado de un proceso de elección, no es el mero acto del voto. La democracia contemporánea es un procesode convivencia de diferencia, de respeto a las minorías y de garantías de derechos. Sí, de alternabilidad en el poder.
El Tercer actor
El exsecretario de Organización Nacional de Acción Democrática, expulsado por decisión del CEN, Bernabé Gutiérrez, afirmó este martes 16 de junio 2020, que la decisión tomada por el TSJ/ANC de designar una junta directiva ad-hoc de la tolda blanca y que sea él quien la encabece, es una muestra de «la apertura de la democracia» dentro del partido, luego de muchos años de dictadura.
El tercer actor fue introducido en la tragedia griega por Sófocles para complicar la trama, entretener al espectador y alargar el viaje del héroe: para infundir más tragedia en la tragedia. Con la mesita de la falsa oposición, con el secuestro de los símbolos de AD y UNT y la creación de un CNR por parte del TSR (porque no es electoral, ni de justicia, ambos son es «revolucionarios») son la puesta en escena del Tercer Actor: diseñado para «complicar la trama, entretener al espectador y alargar el viaje del héroe». Son los cómplices en la táctica dilatoria por conflicto (inacción) o por acuerdo (acción).
El pacto pertinente, con voz y voto
Hoy es necesario avanzar con paso firme hacia un gobierno de transición negociado y ampliamente aceptable quien debe ser responsable de supervisar las elecciones. Cumplir con el Estatuto de Transición.
Para ello hay que nombrar/ acatar a todas las autoridades con competencia para eliminar todas las restricciones a individuos y partidos políticos para permitir su libre participación en las elecciones presidenciales y parlamentarias porque hay que llenar el vacío de poder causado en 2019 y cumplir la alternancia que vence en 2021; para ello hay que nombrar al CNE nuevo, equilibrado e independiente, seleccionada a través de la Asamblea Nacional;garantizar la observación electoral independiente, libre de restricciones indebidas, compuesta por expertos nacionales e internacionales y además realizar las modificaciones necesarias para garantizar el voto de todos los venezolanos, incluidos los que estamos fuera de Venezuela: las víctimas de la crisis deben tener voz, y voto.
Todas las víctimas de la crisis deben tener voz, y voto.
El artículo 186 de nuestra constitución señala que «la Asamblea Nacional estará integrada por diputados y diputadas elegidos o elegidas en cada entidad federal por votación universal, directa, personalizada y secreta con representación proporcional, según una base poblacional del uno coma uno por ciento de la población total del país«. Hoy estamos fuera, por causa del régimen más del 16% de la población. Los migrantes venezolanos son desplazados forzados, son una diáspora empujada por la ausencia de Estado de Derecho, la persecución política, la crisis humanitaria. Las familias se dividieron para sobrevivir entre remesas y productos y cuidando el techo y la propiedad amenazada. Hay víctimas dentro y fuera. Todos somos venezolanos. ¿Cómo no tener representación? ¿Cómo no tener voz? La constitución NO LO IMPIDE. ¡Es el régimen!
Respecto al Voto en el exterior el Artículo 124 de la Ley de Procesos Electorales de 2009, señala: «Sólo podrán sufragar en el exterior los electores y las electoras que posean residencia o cualquier otro régimen que denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela. Así mismo podrán sufragar en el exterior, los funcionarios y las funcionarias adscritos y adscritas a las embajadas, consulados y oficinas comerciales. El Consejo Nacional Electoral determinar·mediante reglamento el procedimiento para poder votar en el exterior». ¿Acaso habría impedimento en el Pacto Mínimo, con una AN y CNE legítimos, para garantizar el voto de los venezolanos en el exterior? No debería. Y sería una injusticia no garantizarlo.
Entonces los muertos podrán volver, pues todas las barreras entre muertos y vivos están rotas (…) y volverán, (…) como entonces está en preparación una nueva Creación, les es dado esperar un retorno a la vida, duradero y concreto.
Mircea Eliade «El mito del eterno retorno»
Hoy más que nunca, hay que retornar a la política y entender su papel igualador. En Venezuela, estamos en medio del discurrir de una guerra: asimétrica, multidimensional, interdependiente, con y sin cuartel, y donde ellos borran todas las reglas; donde las facciones se multiplican y los cobardes pactan, y es imperativo asirnos de lo más concreto, los principios que validan y legitiman a los liderazgos dentro de la República. Lo que hace del Estado ser Estado. Estos principios no son etéreos, no hay nada que inventar, todo está escrito en el derecho internacional y en las constituciones. No es una aspiración, es el resultado de más de 500 años de realidad política. De un siglo XX que escribió con sangre la importancia de las instituciones y la democracia en Europa. Y Venezuela es un país donde hoy se escribe la versión contemporánea de aquél terrible sistema.
El retorno a estos principios es, como punto de partida, paradójicamente, lo que nos une en democracia. La Venezuela democrática se volvió una suerte de Ítaca y algunos marineros sucumbieron al canto de las sirenas. Sin embargo, hay suficientes cuerdas para amarrarnos al mástil quienes tenemos a Ítaca presente. Retornar no es un acto involuntario y no es una decisión ligera. Volver implica, un viaje y tener a dónde volver. El retorno impone el compromiso de llenar los espacios vacíos y ejercer en función de lo que se busca recuperar como Estado: proteger al ciudadano. La validez del Estado está en su capacidad para proteger, ese es el pacto mínimo.
La Venezuela democrática es una Penélope que espera pacientemente tejiendo la más preciada prenda: el tiempo. No implica eso que no haya dolor, impaciencia, molestia, tristeza… porque la hay. Pero es constitutivo de la mínima noción de Estado que garantice la seguridad de sus ciudadanos. Tanto como es constitutivo de la Venezuela republicana la búsqueda de igualdad. Parece una obviedad; pero en la práctica, no lo es.
La Venezuela de aspiración democrática es una Venezuela igualitaria, inconforme, consciente de los recursos que posee y cuya mentalidad colectiva exige y demanda, igualdad. El mayor error de quienes han pretendido destruir la democracia es no entender que la esencia de nuestra historia republicana radica en que «todos somos iguales ante la ley» a que «todos los votos valen igual» a que «todos tienen derechos» y que nuestra tolerancia a las «élites» es minúscula como colectivo. Tan minúscula que hasta en la construcción de élites hemos buscado la igualdad; no creemos en élites predestinadas o de legados.
Y es detrás de esa igualdad que reposa nuestra noción de libertad y de propiedad. «Todos tenemos el mismo derecho a ser libres» «Todos tenemos derecho a ser y a tener». Y ese es el talón de Aquiles que tendrán las pretensiones comunistoides y las ultraliberales.
Venezuela es igualitariamente libertaria y propietaria. Y es capaz de tolerar un ratico a la élite siempre que la élite no amenace a la igualdad como aspiración; el derecho a ser igualmente libres e igualmente propietarios. Si cualquier grupo que detente el poder para sostenerse, requiriese aumentar contrastes y negar la igualdad, está condenado a fracasar.
El éxito de Bolívar – y su fracaso- radicó allí. Los conflictos del s.XIX estuvieron ahí. El éxito del Gomecismo como sistema – y su fracaso- estuvo allí. Él éxito de la Revolución de Octubre y del trienio, estuvo allí y la condena del perejimenzmo estuvo ahí. El éxito de la democracia bipartidista – y su fracaso – se entiende allí; el éxito del chavismo – y su fracaso- está allí. No podemos a estas alturas permanecer en el ciclo, eterno retorno, sobre el punto.
Bandera cubana ondeando ante las milicias venezolanas
Espero podamos romper la inercia y creo que el punto de inflexión está en algo: La memoria. Para todo viaje es necesario definir el destino y acordar la ruta. Ese es el primer paso. Hoy quienes ocupan la dirección, los múltiples líderes de las fuerzas democráticas, deben entender que el pacto es por defender esos principios que arrancan, en su ejercicio, con elecciones auténticamente libres para todos y en condiciones de imparcialidad del árbitro. Cualquier tolerancia puede terminar sepultando a los tolerantes.
«El poder es un medio, no un fin. No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace una revolución para establecer una dictadura.» George Orwell
Lima/ Por Nancy Arellano.- La situación actual es catastrófica, el mundo está socioeconómicamente infectado. Detenido; en una pausa selectiva que empuja a unos al abismo y a otros al centro de sí mismos. No, no es igual esta pausa para quienes tienen un techo, servicios, un trabajo estable – hasta con opción a hacerse remoto-, ahorros o productos crediticios suficientes y un seguro de salud. No, no es igual para quienes tienen condiciones de riesgo, y menos aún para quienes la afrontan en una indefensión económica absoluta, casi equiparable a la de una muerte civil en toda su extensión. Las víctimas del COVID19 se cuentan en contagiados y en excluidos. Y si somos venezolanos, en una especie de apatridia impuesta desde quienes usurpan el poder.
Maduro se ha convertido en las últimas semanas en el foco de infección y propagación del COVID19 dentro y fuera de Venezuela. La inoperancia de un gobierno que desde 2013 hasta 2018 pavimentó el declive de nuestro país y destruyó el sistema social y económico, como solo quien realmente hubiese articulado un plan enfocado en socavar hasta el último pilar de desarrollo. Enfocado tozudamente en desnudar, desnutrir y deconstruir. Dejarnos indefensos frente a la historia y sus caprichos.
Desde 2019 la Asamblea Nacional ha buscado restituir el orden constitucional, apeló al 350, 333 y 233 de la Constitución y, con un ímpetu que pocos imaginaban, ha luchado desde la asunción del gobierno encargado, encabezado por el presidente (E) Juan Guaidó, por devolver la dignidad y la coherencia al Estado venezolano. Ésas que las FFAA, convertidas en una suerte de ejército pretoriano, han secuestrado junto a Nicolás Maduro & Cía. El BCV, PDVSA (nuestra principal fuente de ingresos estatales), el gabinete ministerial o los mecanismos de endeudamiento internacional, siguen en un espacio donde el marco de maniobra está limitado por las armas de la República sirviendo al narcotráfico y dando la espalda al pueblo. Se ha denunciado en todos los foros posibles, se han presentado informes de la Alta Comisionada de DDHH de la ONU, se ha dicho y 60 países reconocen la legitimidad del gobierno interino y los exabruptos del régimen. Existen violadores de DDHH y defensores de DDHH. Estos son los dos únicos bandos. Pero con una realidad de papel, nuestra gente no come, no compra, no se cura y no sostiene el techo en su cabeza, ni dentro ni fuera de Venezuela.
La protección consular de la migración venezolana es precaria, en tanto que las embajadas designadas, si hemos hecho esfuerzos para restituir derechos, falta aún espacio de maniobra. Sigue siendo insuficiente por dos razones simples: 1) competencia incompleta en mecanismos de identificación y movilidad migratoria por la permanencia del madurismo en el SAIME y SAREN ( además de los otros órganos del Ejecutivo) y poder judicial, electoral y ciudadano; secuestrados con nombramientos ilegítimos y artilugios inconstitucionales. 2) Falta de presupuesto ordinario para las misiones diplomáticas que permita desarrollar planes de atención sostenida y concurrente con la cooperación internacional para atender el desplazamiento forzado que se ha producido desde 2018, con una fuerza sin precedentes.
Devolver la dignidad a nuestro país pasa por una salida inmediata del régimen y la asunción completa de competencias por parte del gobierno de transición para ir a elecciones. No por el mero anhelo electoral, sino para recuperar un Estado al servicio de la ciudadanía y unas FFAA supeditadas a la Constitución. No vamos a tener “salud” como ciudadanos venezolanos hasta que volvamos a ser ciudadanos venezolanos y sea el Estado venezolano el que nos responda y nos obligue, siempre en el marco de nuestras leyes y no de la dirigencia mafiosa que hoy secuestra a Venezuela.
Hace falta cooperación internacional para apoyar a los millones que radican fuera, al tiempo que es urgente y necesario que contemos con embajadas con plenas competencias y recursos. Hemos asumido sin temor la tarea titánica y sísifica de apoyar a nuestra comunidad en el exterior, pero esto no será realmente viable ni sostenible, sin las competencias absolutas diplomáticas y consulares que den soporte a los esfuerzos de los funcionarios y comprometan entre Estados soluciones para lograr la integración efectiva, la movilidad segura y el disfrute pleno de derechos fundamentales que siguen siendo violados a miles de kms de distancia. Maduro acecha a la migración porque impide que los legítimos representantes del Estado venezolano en el exterior podamos servir como corresponde. Más en esta crisis de la pandemia que hoy nos persigue sin posibilidad de huida.
Hablar del Plan País es urgente; no solo en cualquier país que se precie de tal, sino más aún en uno como Venezuela donde hace tiempo nos torcieron el rumbo, aquí es imperativo. Pero ese Plan País en manos de las fuerzas democráticas, que hasta ahora esboza la retoma del sentido común, de los principios básicos de Estado de Derecho, de servicio público y de economía de mercado con enfoque social, tiene que abrigar no solo el espacio fronterizo de nuestros más de 900mil kilómetros cuadrados.
Un plan más allá de las fronteras en un mundo globalizado
El Plan País, debe sortear las fronteras y estar en la cabeza y en corazón de cada venezolano en el mundo. Debe tratarse de enrumbar todas las piezas para articular una Venezuela como debe ser Venezuela.
Recientemente el presidente del Banco central de la Reserva en Perú, Julio Velarde, se pronunció favorablemente sobre las modificaciones impositivas hacia los venezolanos para considerarlos “sujetos domiciliados” y con ello gravar el impuesto de manera proporcional a los ingresos. La legislación vigente pecha a los venezolanos con 30% de retención de impuestos, por todo un año fiscal, así ganen el salario mínimo ( S/930 ) lo cual termina, lamentablemente, siendo un empujón a la informalidad.
Hay que agradecer al Perú por apuntar a la formalización de los venezolanos. Por abrirse a cooperar para enfrentar una migración sin precedentes desde Venezuela y sin reciente referencia en el Perú. Este no es un tema nuevo y desde la Embajada de Venezuela en Perú, bajo el liderazgo del embajador Scull, hemos venido trabajando y entregando propuestas específicas estos meses: equidad impositiva, acceso al crédito y cauce al empleo formal para contribuir a la economía peruana. Son los tres pilares de una armonización efectiva de nuestra migración. Son parte del Plan País, fuera del país. Porque los venezolanos que hagamos parte de esta nueva etapa de nuestra historia, debemos hacerlo desde lo correcto. Proponiendo soluciones, activos en aportar, claros en fomentar desarrollo.
La equidad impositiva: apunta al tratamiento igualitario para los ciudadanos venezolanos. No pagar menos, no pagar más. Sino acorde a la legislación vigente de forma proporcional al ingreso. Esta propuesta se vino conversando con la Vicepresidencia, Sunat, MEF, voceros del congreso; no por capricho, sino porque nos preocupan las consecuencias que tienen al presionar la informalidad y empujar a la baja el mercado laboral, causando incluso riesgos de competencia pseudodesleal, como atino a llamarla, porque se da por la necesidad de la migración forzada.
Acceso al crédito: actualmente el documento PTP no puede ser usado para la tramitación de créditos, lo que impide que casi el 60% de la migración venezolana pueda acceder al apalancamiento bancario para emprender, para adquirir instrumentos de trabajo o responder ante emergencias. Para hacer crecer la economía con mayor fuerza. Esta propuesta se ha venido conversando con distintos actores, Vicepresidencia, MEF y el órgano competente, Superintendencia de Banca y Seguros.
Cauce al empleo formal: Los venezolanos tenemos un alto grado de formación técnica y profesional, lo que hace que nuestra migración, aún con el impacto de la más reciente donde priman los vulnerables, cuente con más del 52% de personas con acreditaciones académicas para ocupar plazas de trabajo calificado. Hablamos de una fuerza productiva, en la que el Estado venezolano ha invertido por más de 50 años, y que hoy en Perú suma más de 450,000 personas. Es de interés para el Plan País, dentro y fuera, que estos profesionales no pasen a formar parte de la informalidad, no se desactualicen y dejen de integrar experiencias a sus saberes. Por ello con el MINTRA, MINEDU, MINSA y por supuesto con SUNEDU se ha entregado un plan de incorporación.
Debemos ser ejemplares, las circunstancias lo demandan. Apostamos a zanjar positivamente el desafío de la migración logrando la integración en los retos nacionales del país receptor, al tiempo que asumiendo las responsabilidades correspondientes como país de origen. Tenemos que cumplir con el doble imperativo del momento. Nos jugamos el futuro del gentilicio y con ello la identidad y las oportunidades de los nuestros. En un mundo globalizado, lo que hagamos dentro afecta lo que pasa afuera, y lo que seamos afuera impacta en lo que acontece adentro. No perdamos esto de vista.
Por ello, no caben dudas de que hay que hacer lo correcto.
Venezuela necesita hoy la mejor cara de sus hijos dentro y fuera de sus fronteras. Porque necesitamos redoblar esfuerzos en contribuir, desde cada espacio de acción, para la reconstrucción de Venezuela. La efectiva recuperación de competencias de Estado se irá capitalizando gracias al apoyo internacional al liderazgo consecuente del presidente (E) Juan Guaidó y los representantes del servicio exterior; si, pero trabajando de la mano con los ciudadanos desde cualquier rincón. Con organización y asumiendo que este camino se hace con los granos de aporte de cada uno.
Hay que tener persistencia en la ruta y mantenernos unidos en la meta y en el camino. Los primeros que tenemos que legitimar el papel de los actores democráticos somos todos y cada uno de los ciudadanos que hoy nos sentimos representados en este gobierno encargado de devolver la democracia plena a nuestro país y de velar por el bienestar de los que nos encontramos en el exterior, en una migración mayoritariamente forzada por las condiciones infrahumanas a las que el régimen condenó a las mayorías en su impericia para la gestión pública y su avaricia en el manejo de las arcas del Estado.
Queda mucho por hacer; pero hay que avanzar con paso firme y amparados en ese Estado de Derecho que vamos a recuperar… porque es lo correcto. Tenemos que estar absolutamente convencidos de qué es lo correcto. Hay días en los que todos tendemos a pensar cuánto tiempo más, cómo va a resolverse, quién podrá ayudarnos. Hoy estoy convencida de que es una tarea titánica, sí, que solo podrá encontrar curso en la suma de las voluntades y acciones de los que amamos a Venezuela. De los que genuinamente creemos en que nuestro país es nuestro derecho y un espacio de realización humana que cuenta con todas las condiciones para resurgir y enmendar los errores del pasado.
Es una tarea colectiva para los que no podemos concebir que Venezuela sea tratada como un botín de guerra; en la cosificación que aplasta vidas con el poder de una bota confiada por el honor que debiera ser pertenecer a las Fuerzas Armadas de la nación. La fuerza de la razón debe imponerse a la brutalidad y debe imponerse al desespero. Esa es nuestra mayor tarea.
Eso implica hacer bien lo que hay que hacer bien. Estemos en la posición en la que estemos. Todos sabemos qué es lo que hay que hacer y cómo hacerlo bien. En su trabajo, en su comunidad, en su familia. Y si usted aún no lo sabe, basta con ponerse a la orden, en donde sea que usted se encuentre, de los lideres sociales, comunitarios, políticos y de representación del legítimo gobierno… porque hoy hacen falta manos dispuestas, mentes brillantes y talentos voluntariosos para afrontar los retos que tenemos la responsabilidad histórica de afrontar en todos los rincones inimaginables de nuestra nación dilatada, pero eso si, jamás desmembrada.
Creo que muchas de las reflexiones aquí dichas, la verdad… no tienen nacionalidad porque los retos de la democracia están presentes siempre. Urgen, eso sí, cuanto más débil ésta se encuentre.