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¿Tu candidato conquista por una noche?

Toda gran campaña política reescribe las reglas;

idear una nueva forma de ganar

es lo que le da a las campañas

una ventaja comparativa contra sus adversarios.

Norman Podhoretz

 

En el artículo anterior: ¿Economía electoral?  comenté sobre las premisas necesarias para diseñar una campaña política. Las cuales puedo resumir en una frase: «Conoce a tu electorado, pero conócelo bien. Porque esto es un tema de conquista».

Esto significa conocer el MEN (Mínimo Electoral Necesario) de cada elección que básicamente resulta de la lectura del escenario o «mapeo electoral» (¿cuántos votos hay disponibles o son susceptibles de conquista? ¿Cuántos votos comprometidos con los otros candidatos hay? ¿Qué motivaciones hay detrás de ese «compromiso»? ¿Cuáles son las cuotas máximas y mínimas? ¿Cuánto es el voto volátil?).

En un escenario de alta fragmentación política, y demasiados candidatos (entre 15 y 25) no gana el que logra la mitad más uno; sino el MEN (al menos en primera vuelta, cuando aplica).  Con ello, el costo más efectivo de inversión en campaña resulta de lograr visualizar la cantidad necesaria (cuantitativa) de votos a conquistar y cruzarlo con los segmentos/audiencias (cualitativa) con las cuales mi perfil de liderazgo puede conectar.

¿Para quiénes soy «creíble», «verosímil» y «posible»? Se trata de capitalizar el poder necesario para incidir en la política como coyuntura (escenario temporal) y entrar en la política como estructura (andamiaje político-administrativo), para dominar la política como resultados (políticas públicas); en una clara, evidente conquista de poder (capacidad de persuasión para que los grupos adopten una conducta deseada por el liderazgo).

Ahora bien, ¿cómo determinar la relevancia de las acciones de campaña para ese electorado que hemos aprendido a conocer? y ¿cuáles son los perfiles necesarios en el comando de campaña que entregue ese mensaje? Hay dos claras claves: el equipo estratégico-creativo y el equipo del Comando de Campaña.

El primero es transversal, opera con incidencia a lo largo y ancho de los canales de campaña (es el cerebro de la operación política).  El Equipo mínimo: Jefe/Gerente de Campaña (que luego dirige las acciones del Comando), Comité Político, Asesor/Consultor Político y el Candidato.

El segundo es indispensablemente operativo (los pies, brazos y rostro de la campaña). El equipo mínimo ocupa: Agenda, Logística & Movilización, Finanzas & Recaudación, Legal & Personería, Comunicaciones: Imagen, Prensa & Redes. La dimensión de estas áreas dependerá del tamaño de la campaña (y de los recursos económicos).

El candidato es el corazón. La muestra de vida, ritmo y centro simbólico de emociones de la campaña. El centro emotivo, real de la campaña, es la historia que resulta de la conexión perfecta entre cerebro, cuerpo y corazón.

La campaña: el momento de conquista.

La campaña política es un momento de renovación del pacto socio-político. Es el «momentum» de acto de fe, donde se renuevan votos de confianza en el sistema democrático, donde actores políticos y sociales deberían «darse el sí». (Cuando las campañas pierden de vista esto, encontramos «lunas de miel» que acaban rápidamente y con ello, entramos en el divorcio. (Todos saben de lo que hablamos).

Entonces, entendiendo esto, la campaña ha de ser el proceso de conquista, enamoramiento y conocimiento. (Si queremos un matrimonio que no resulte en fracaso o un noviazgo fugaz o «amores de una noche»: elige bien a «tu cónyuge»/ candidato/ elector). Las acciones de campaña hoy día, deben ser organizadas desde tres canales: Campaña de Tierra, Aire y Cielo porque la interacción de esta «parejita electoral» pasa por una historia de seducción/enamoramiento en diversos espacios. Eso sí, comprendiendo que «el medio es parte del mensaje»; porque en campaña, en política «Todo comunica».

La Campaña de Tierra «La cita» obedece a la lógica de comunicación corta y media distancia. El líder se comunica con el grupo de forma horizontal. (Ojo con los fanáticos de los podios y tarimas alejadas). Si es comunicación corta distancia, es corta distancia. Si vamos a distancia media, por ejemplo el «mitin», crear distancias insalvables probablemente separe al líder de la audiencia. Sobre todo comprendiendo que no se está en un mitin partidario, es un mitin electoral. No se trata de estructura partidaria, se trata del libre acto de entregar(se) voluntariamente el voto a una opción física (candidato) y no de seguir una línea disciplinaria de partido. En el acto de enamoramiento es la cita. ¿Te sentarías en un trono alejado para cortejar? ¿No verdad? Te sientas en la mesa y más bien acercas la silla. Lo mismo en la campaña, sea un puerta a puerta, caminata, reunión gremial. Escuchas a tu conquista y buscas conectar con él (ella), con todos tus encantos (o lo que piensas que son).  El equipo central de Tierra en Comando de Campaña es: Jefe de Logística & Movilización.

La Campaña de Aire: «La carta» Las acciones de Aire, que contemplan los medios de comunicación tradicionales como la radio, la televisión, el panel publicitario, la prensa… se trata de comunicación «larga distancia». Puedes dar un mensaje o unos pocos mensajes a la vez; respondes a un escenario (tiempo político) específico, estás limitado porque no puedes controlar diversos factores (ni cuándo llegará el correo, ni cuándo tu pretendido(a) lo abrirá, ni qué piensa al leerlo u oírlo). Las palabras deben ser las precisas, las frases claras. Y casi siempre hay algún ruido de por medio; no sabes si abrirá el correo solo(a), si alguien opinará sobre el tema. Por ello es que el Media Training ayuda al candidato a pulir su mensaje de larga distancia. Se establecen claves del discurso que permitan tener un rango de actuación que mitigue los riesgos de «mal entendidos». El equipo central de Aire en Comando de Campaña es: Jefe de Comunicaciones: Imagen & Prensa.

La Campaña de Cielo: «La llamada» ¡Ah la tecnología! La comunicación que acorta distancias. ¿Qué sustituye la tecnología? En una relación de pareja, diríamos que se acerca más a la cita que a la carta. ¿Por qué? porque hay interacción en este sentido la lógica de la campaña de cielo es «corta y media distancia». No es una sustitución (más barata) de los medios de comunicación tradicionales. Por el contrario, es una forma eficiente extender «la cita», logrando superar las distancias físicas. En este sentido no son cuentas con las que interactúas, son votantes.

Tu presencia 24/7 en internet, y muy especialmente en redes sociales, es una campaña de tierra virtual. Por ello es fundamental que sepas segmentar tanto como lo harías en Tierra, y que respondas a quien te habla de la forma en la que esperas ser percibido. Una estrategia digital microsegmenta audiencias (prepara el sitio de la cita, se viste para la ocasión) y establece una «llamada» con espacios para escuchar (Bidireccionalidad). Busca conquistar. ¿No llamarías a tu pretendido y lo abrumarías solo con tu voz y tus temas? No. ¿No dejarías que tu sobrinito decida qué vas a decirle? No. Tampoco en la campaña. El equipo central de Cielo en Comando de Campaña es Comunicaciones: Redes Sociales (Community Manager & Record Manager).

Pero por el momento, veo muchos candidatos «gileándose» electores.

Anuncio publicitario

¿Economía electoral? o de las Campañas políticas y estrategias para conquistar votos

Las campañas cuestan mucho cuando se pierden. En estos momentos por todo el Perú están empezando las campañas electorales. Los candidatos arman sus publicidades: foto, nombre del candidato, logo del partido, cargo y eslogan. Montan locales de campaña, comités de base, hacen polos, gorros y regalan souvenirs. Es un viaje alucinante por las fórmulas manidas, aplicadas en un escenario de alta desconfianza y decepción.

¿Funcionan estas viejas fórmulas? Para hacer publicidad sí, pero no para propiciar la agitación que legitime. ¿El lado positivo? Las empresas dedicadas a la creación de adminículos electorales, las de paneles, las de medios y las imprentas empiezan a mover ese aspecto de las campañas: la economía electoral. Interesante para dinamizar indicadores, triste para quienes invierten en hacer una campaña política perdedora.

Las herramientas publicitarias tienen el efecto necesario de dar a conocer, pero no necesariamente logran crear la relevancia que posiciona. Tampoco logra el escenario propicio para crear la «noción de grupo» (el nosotros) que permite el proceso de agitación (inconformidad con el status quo o establishment) de paso al liderazgo que encarna el candidato con sus propuestas (la propaganda) y que busca incidir en «la forma de pensar» del electorado.

El proceso de agitación, propaganda y publicidad es retroalimentativo.Todos se apoyan en lo mediático (lo publicitario), lo que cambia es el contenido. Es decir, la publicidad se alimenta de la agitación y la propaganda.

¿Pero cómo selecciono o perfilo la agitación? He aquí el mayor de los fallos de la mayoría de las campañas: se saltan el primer paso, la investigación. Frente a un electorado cada vez más complejo en sus relaciones, más expuesto a la publicidad comercial, a la farándula y a las redes sociales, en medio de la apatía hacia los asuntos políticos, el reto es lograr un proceso de agitación segmentado pero contundente.

No podemos hablar todo el tiempo de la misma forma, comunicar el mismo nivel de profundidad. Tampoco podemos apelar a los mismos estímulos. El electorado ya no es una masa uniforme que responde mayoritariamente igual, sino conglomerados que requieren de estrategias atomizadas para causar mayor intensidad en las respuestas grupales, que se suman a un eje central o promesa base (mensaje paraguas).

Esto solo se puede lograr por dos vías. a) Teniendo partidos políticos fuertes, orgánicos y neuronales, que mantengan relaciones continuas y profundas con la sociedad por grupos de interés o b) Con investigación cualitativa por grupos de interés sobre los temas/liderazgos que atraen, los que condicionan y los que podrían importar. También con la investigación cuantitativa que valida la relevancia temática, la efectividad de mensaje y el posicionamiento de nuestro candidato. Como sabemos, no hay partidos o movimientos fuertes que sirvan de puente a la sociedad actual. Pero una buena campaña, de seguro, permite empoderarlos.

La construcción de relaciones desde un punto muerto debe hacerse de forma organizada, sistemática y verosímil. El reto entonces es lograr no solo saber lo que se necesita saber, sino además articular una campaña coherente que luego brinde una base de acción (gobernabilidad).

Es necesario empezar por el candidato. Trabajar el perfil de liderazgo del candidato con herramientas como el perfil psicopolítico, el media training, la oratoria contemporánea y el perfil de redes sociales (reputación digital) para hacerlo verosímil ante los grupos de interés a los que quiere liderar. Sin candidato no hay campaña.

Una campaña coherente es efectiva. Por ello es organizada, funcional y medible. Las campañas efectivas tienen tres características básicas: 1) Un comando de campaña con perfiles capacitados y tareas claras. 2) Control sobre el costo del voto y el mapeo electoral (relación de gasto de campaña con adhesiones al proyecto político) 3) Una planificación consistente con las dinámicas sociales, el manejo de las amenazas, la coyuntura y el mapeo territorial.

Un candidato coherente y una campaña verosímil, logran la incidencia necesaria para llevar adelante una estrategia de financiamiento. Recordemos que la campaña más barata es la más efectiva.

En el próximo artículo hablaré sobre cómo determinar la relevancia de las acciones de campaña y los perfiles necesarios en el comando.

Primer Round: Emociones en Piura y las pendientes desde Lima por @nancyarellano

Hace unos días escribí sobre la asimetría de la motivación política, como causa de la inacción/ ineficiencia estatal. Me explico, la asimetría queda establecida cuando:

 

a) la percepción de la agrupación A es que sus motivos o razones para actuar en el escenario político son por valores (digámosle Amor) y que las motivaciones de B para actuar son anti-valores (llamémosle Odio)

b) la percepción de la agrupación B es que sus motivos o razones para actuar en el escenario político son por valores (digámosle Amor) y que las motivaciones de A para actuar son anti-valores (llamémosle Odio)

 

Ambos piensan igual. Por esta razón se crea un escenario polarizante: A vs B. A y B no pueden negociar, conciliar, entenderse porque anulan los argumentos del contrario, al dar por sentado que las motivaciones del otro son antivalores y entrar en choque; por tanto sólo su opción política y sus argumentos, son los válidos al perseguir fines virtuosos.

 

Este escenario se está dando actualmente en varios países, desde Estados Unidos a España, pasando por Oriente Medio y sin dejar de lado a Venezuela o, incluso, Perú. Es lo que llamo el escenario post-muro de Berlín o de la ausencia de enemigo externo. Hemos visto una segunda vuelta, nuevamente, polarizada: fujimoristas vs ppkausas.

 

Para los fujimoristas ellos son la única opción virtuosa, están guiados por «amor» al pobre, al «Perú profundo» que han visitado los últimos 6 años, apuestan por los pequeños motores económicos (PyMes), la inclusión de sectores marginados, por salvaguardar la vida de los peruanos (entiéndase acabar con la delincuencia), establecer un Estado fuerte, presente y arbitral. La visión estandarizada, por mediática, del fujimorismo sobre Peruanos por el Kambio es que son oportunistas, «vende patria», entreguistas, lobbystas, sin real apego a la peruanidad rezagada, apuestan a las grandes corporaciones y, por tanto, son elitescos y aprovechados, estableciendo una mafia al poder.

 

Por su parte, Peruanos por el Kambio, apelan a ser los verdaderos representantes del «amor» al Perú, son los meritocráticos, conciliadores, configurados desde la diversidad política que ha trabajado por la inclusión de todos los sectores desde los inicios, y recuperación, de la democracia en el Perú; y comprenden el lazo de la contemporaneidad entre lo público y lo privado como solventador de la vida social, buscan un Estado honesto, eficiente y justo. Para ellos, a nivel mediático, los fujimoristas son los autocráticos, los insolventes moralmente, los obsesos con el poder por el poder, que entregan el país a las fuerzas oscuras y concentran la acción estatal de forma populista para quedarse eternamente allí y establecer una mafia al poder.

 

Al calor del debate del domingo vimos la polarización hacer gala; y si bien es cierto que es un show útil para las conversaciones de calle o medios, incluso creo que algunos hacen catarsis con esto; no es productivo para una democracia del siglo XXI con tantos pendientes y con tanta necesidad de fuerzas en concurso.

 

En resumen diría que vimos un PPK serio, racional, parco y mesurado que se mantuvo monótono casi todo el tiempo, pese a que toda su exposición fue sin lectura; y tuvimos a una Keiko Fujimori voluble en el tono, emotiva en la lectura y de reacciones calculadas. Me llama la atención que PPK dejó de lado su matiz irónico y risueño frente a la ofensa y optó por verse casi, impasible, contraatacando con un mal uso del timing; frente a una Keiko que mimetizó la cadencia de Veronika Mendoza al responder los ataques, siendo visual, emotiva, defensiva y de contraataque inmediato aunque acartonado.

 

Si tuviésemos que hablar de una proporción diría que el 97% de la percepción política es emocional, frente a un 3% de racionalidad pura. El politizado, partidario o no, 43%, ya tiene un equipo al que pertenecer y sólo se «pondrá la camiseta», ése ya tiene emociones claras por cada opción política, sea como el «mal absoluto», «mal menor», «voto crítico» o en apoyo pleno y positivo; tiene su voto claro y lo ejerció en primera vuelta, con algunos pequeños matices que no discutiré ahorita.

Pero si hablamos del común denominador, ese 97% de la población, no repara tanto en el fondo del discurso (racionalidad de la política pública planteada) como en la «sensación» que transmite y cómo roza o golpea en sus emociones, entendiendo que las emociones son producto de los valores culturales, los valores y experiencia personal e íntima: miedos y aspiraciones. Por ello quien logre abanderar suficientes emociones y además capitalice el amor/placer como emoción, transmitirla efectivamente, capturará más votos. Pero, en líneas generales, no fue lo que vimos. Hubo emociones pero no se cerró el círculo.

 

¿Qué emociones tocaron?

 

Se puede decir que en cuanto a cantidad de emociones, PPK logró abarcar más. En su discurso logró tocar el Desprecio y el Asco, la tristeza y el miedo. Los dos primeros producto del recuerdo del fujimorismo de los 90 y sus efectos sobre la democracia peruana y el asco frente a la corrupción desmesurada que arrebató 6.000 millones del erario público. La corrupción tiene un efecto: la desconfianza, lo que capitaliza la abstención. Y PPK alude al tema cuando señala «La gente están frustrada, por eso hay un voto de protesta». Cuando habló del agua, de la educación y del rezago de gran parte del Perú (8.000.000 de personas) buscó aludir a la tristeza. Por último debemos decir que pretendió aludir al miedo, cuando hizo referencia a la amenaza de un narcoestado y buscó asociar esta amenaza al alce de la delincuencia en el territorio; asociando narcotráfico, corrupción e ineficiencia estatal. Pero, no logró cerrar con el placer/ amor. No logró hacer creer, que todo el sentimiento producido por la realidad dibujada «puede cambiar y cambiará», no lo logró pese a tocar historias familiares, porque fue parco; no lo logró pese a citar a su madre, porque lo hizo sin énfasis. PPK no logró hacernos hijos a todos de los inmigrantes que «eligieron al Perú» por un acto de soberana voluntad y amor. No enarboló las banderas lo suficientemente alto para que se avizorara desde cualquier lugar del territorio.

 

El placer/amor es una recordación de lo positivo, íntimo y cercano: lo deseado conscientemente. Logra hacernos creer que revivimos esa buena experiencia y que nuestro candidato es capaz de saber qué nos gusta y qué queremos disfrutar en la vida. El placer como emoción, toca lo instintivo por rectilíneo (al sentir un espacio seguro) y lo límbico (emotivo) al producir satisfacción; esto ocurre cuando activamos la amigdala, como centro de operaciones que controla la respuesta emocional, siempre y cuando estimulemos con los disparadores correctos a los grupos específicos, es decir, los que están ávidos de tal sensación. El efectismo de una campaña puede disiparse o apuntalarse cuando cuidamos los disparadores en función de un conocimiento no de la realidad como resultado de metas estatales, sino de la realidad como sumatoria de pequeñas realidades emocionales: humanas.

 

Por su parte, Keiko tocó un menor registro de emociones pero aludió a dos altamente potentes: miedo y sorpresa. El primero devino del tema injusticia, pobreza y rezago social, colocando a PPK en el papel de entreguista, elitesco y capaz de conculcar los derechos laborales de los ciudadanos para favorecer a las grandes empresas. Además sacó a colación, sin que fuera parte del temario, la inseguridad. Y usó la sorpresa, como evento no creado por la campaña, al citar los eventos recientes de los 11 muertos en 11 días. Buscó entonces posicionarse como quien tiene la mano firme, decisión política y equipo para enfrentar el peligro de perder la vida. ¿Por qué este miedo primario es potente? porque alude al cerebro reptil, son emociones básicas e instintivas: salvaguardar la vida es una reacción, por tanto un disparador del voto contundente y sólo superable por el placer/amor; emoción que quedó sin participación en el debate.

 

En mi opinión el segundo debate debería enfocarse en la combinación que logre disparar el placer/amor, como cierre del círculo de emociones a los que aludan los candidatos para explicar sus planes de gobierno. Las políticas públicas no como decisiones sólo técnicamente pensadas, sino como humanamente diseñadas en torno a micro-realidades emocionales específicas de la peruanidad diversa. Creo que la estrategia polarizante, amigo/enemigo, ya tocó su techo y finalmente no resulta positiva para el concurso de fuerzas que debería ser el próximo gobierno, dado los retos que debe enfrentar.

 

Sólo por dejar un dato: los jóvenes reaccionan de forma más efusiva al miedo que los adultos, los cuales requieren más especificidad en la imagen para activar la respuesta emotiva porque han establecido mayores filtros producto de la decepción política.

 

Veremos qué emociones toman el micrófono este domingo.

Deportada la racionalidad. #EleccionesPerú

En el escenario actual en el que luego de Keiko, el segundo lugar está peleado por un voto fragmentado; la racionalidad ha venido haciendo maletas y se encuentra escondida en algún lugar del Perú. Algunos señalan que aparece en las noches cuando los votantes van a la cama y recuerdan sus problemas cotidianos.

No obstante han llegado Informaciones de que Racionalidad ha cruzado la frontera y pretende regresar al país luego del 28 de julio. Llena de vigor a criticar al recién estrenado presidente o «ta».

En el escenario entonces vemos cómo ira, desprecio, asco, revancha, burla y mentiras toman el liderazgo. Todas enfilan sus armas al candidato más cercano y sencillo de atacar. Keiko dictadora, PPK lobbysta, Barnechea negociante, acomodado y flojo, García corrupto e indolente, Verónica Mendoza comunista y retrógrada. Todas medias verdades, medias mentiras. Endosos por errores de otros, convicciones poco claras, o debilidades de sus partidos. Enriquecen memes y destruyen la elección.

En lo personal creo que a excepción de García, quien tiene en su haber dos gobiernos y el partido más antiguo del Perú. Los demás tienen personalismos muy fuertes. No voy a decir que Garcia no sea el gran protagonista del APRA y que es como esos actores de las telenovelas mexicanas que pasan los años y siguen en el rol del caballero andante que salva a la muchacha noble de las garras de la malvada antagonista. porque lo es.

Si bien García debería ya haber creado un sustituto de su liderazgo, no puede negarse que pareciera ser el único con las habilidades, conocimientos, planes y gente para ocupar la primera magistratura. En lo particular creo que PPK esta muy mayorcito, que Keiko no tiene la pericia ni ha superado las pruebas democráticas desde el Congreso, Barnechea es un intelectual sin formación clara que ha paseado por el espectro político como un Cantinflas dando la vuelta al Mundo en 80 días; Mendoza no logra sacarse el tufo a izquierda retrógrada que recurre a las minorías como tabla de salvación e indicio de «modernidad» pero que no plantea en el sentido económico y político nada diferente a la misma izquierda de los 80.

Desde esta perspectiva, entonces puedo pensar que García es el único que ha sido gobierno (está Toledo, pero como que no está realmente, sobriamente) y el hecho de haber gobernado, siempre va a lanzar basura a una candidatura. La única forma de esquivar esos proyectiles, es ser un novato y fresco hombre que no ha hecho nada más en política que ser un técnico, meterse de improvisado en un partido y parir olas moradas… De resto siempre habrá posiciones encontradas. Y la racionalidad espera, pasaporte en mano, volver luego del 28 de julio a pedir al nuevo, que se rían juntos.

 

Julio en el ojo el huracán: ¿David o Goliat en campaña?

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El JNE ya le dijo a Guzmán que no convalida las subsanaciones presentadas por Todos por el Perú, en lo que se refiere al registro de modificaciones del Estatuto y autoridades del partido. Esto significa una complicación en la carrera electoral ya que, ciertamente, puede desencadenar en que sea retirada la candidatura. Pero aún esto no sucede. Y es probable que el pronunciamiento final del Jurado Especial de Lima Centro termine siendo favorable a la agrupación política.

En este escenario, políticamente, Guzmán intentará capitalizarse como el David contra Goliat. Y ciertamente,logrará efectos en los llamados apolíticos y anti-políticos que le apoyan. Ambos grupos, numerosos en el escenario actual del Perú, creen que el Estado y la clase política dominante no tienen respeto por la ciudadanía; así que su valoración sobre el respeto de las «formas» es bajo. En este sentido que Guzmán coloque como prioridad el derecho a la participación política frente al cumplimiento burocrático de formatos, calará positivamente en el electorado. ¿quiénes se resienten? los de la clase política dominante, quienes han construido el sistema tal y como está. Lo que probablemente veremos es un arreciamiento del discurso morado (o rojo porque no les admitieron el cambio de color) contra el status quo.

Si Guzmán logra capitalizar estos escollos como la turbulencia de un proceso de cambio que la clase tradicional pretende frenar, o si se impone la lógica institucionalista que termine capitalizando Guzmán en la calle, dependerá sólo de él y los suyos. Ahora tiene el caldo de cultivo perfecto para aludir a los tan ansiados esquemas políticos: amigo vs enemigo, buenos vs malos, y sus correspondientes sentimientos: ira, decepción, asco, revancha.

La pregunta final es ¿Quién es David? ¿Quién es Goliat? ¿Se trata de la institucionalidad democrática, incipiente del Perú, como David? ¿Será Goliat el propio Guzmán? En lo personal creo que cualquier persona, o partido, que quiera estar por encima de los procedimientos democráticos convenidos, es peligroso para la estabilidad del sistema.

Hay forma de cumplir con la ley, los procesos, y por algo fueron establecidos. ¿Cuáles son las licencias que deben darse a la clase política?

¿Habla bien de Guzmán decir que los fines justifican los medios? La reflexión más sauriovélica posible.

#SeguiremosPensando

“El Partido que logre conectar por microsegmentos ganará en la segunda vuelta” #BrújulaElectoral #Politing

Nota de Prensa.- 

  • Especialista venezolana señala que la tecnología y la influencia cultural han dinamitado los perfiles políticos, por lo que en el siglo XXI se hace necesaria una “canalización efectiva de demandas” y “conquistar al elector por microsegmentos”.
  • La consultora en comunicación política y electoral, Nancy Arellano, ofrecerá por primera vez en nuestro país el Taller de Politing para Periodismo, que tendrá lugar este jueves 18 de febrero a las 7.00pm en Beps: Av. 2 de Mayo 534, Miraflores.

En reciente entrevista sobre el proceso electoral en nuestro país, la especialista en comunicación política Nancy Arellano, quien cuenta con una larga experiencia en campañas electorales, señaló que la única fuerza que tiene bien “macrosegmentado” su público electoral es Fuerza Popular, representantes del fujimorismo, lo que causa que su 30% sea casi inamovible.

“Sin embargo, esta inamovilidad no despega tampoco, y es por falta de adhesión de los microsegmentos”, afirmó la especialista. “El APRA y PPK tienen cuotas delimitadas, por contraste con el Fujimorismo, pese a que todas las tendencias están de acuerdo, más o menos, en el sistema económico. Pero nuevamente no conectan con microsegmentos emocionales, sino que se han centrado en los Agentes Económicos”.

peru21.jpgPara Nancy Arellano, aquel candidato que logre capitalizar los segmentos definidos a hoy logrará ganar en la segunda vuelta.

Además, la consultora venezolana hizo hincapié en que la tecnología y la influencia electoral han dinamitado los perfiles políticos clásicos. “En el siglo XXI la novedad es la canalización efectiva de demandas, por lo que los grupos de interés se imponen sobre los Agentes Económicos (familia, empresas y sindicatos, administración pública). Ya no existe tal cosa como el ‘perfil del elector’ en el siglo XXI”.

“Insisto, aquél que logre conectar empáticamente por microsegmentos [podrá ganar las elecciones en el Perú]. Ningún partido ha trabajado, por ejemplo, la Adhesión por Voluntariado Estratégico, que ha funcionado en Colombia, México y Venezuela. Siguen con la estructura tradicional de calle y medios masivos. La incorporación de tecnología se ha hecho empíricamente, por lo que su efectividad es menos del 3%. Eso es penoso”, asevera la experta.

«Si vemos una encuesta que circula en las Universidades, ese «voto frágil» está enfocado en fenómenos nuevos como Guzmán en diciembre.  Ahí el capitalizaba un 20% de la intención de voto, seguido por PPK  y Toledo; cosa distinta al pulso de calle» Estos datos revelan varios fenómenos según Arellano; entre ellos el de la «antipolítica de los defraudados y la apolítica de los asqueados ante el status quo, sin que ello signifique que logren adherir a esos votantes, sino que es un voto adverso, que es distinto» concluye la especialista.

Fuente de encuesta universidades 12/2015:  http://aventurasweb.net/2015/12/elecciones-2016-eleccion-de-voto-en-universidades-julio-guzman-primer-lugar/

Politing® 3.0: Acercamiento al apalancamiento digital

Con bastante frecuencia repito que “los griegos lo dijeron todo” y la razón de ello es que, como padres de la filosofía y las ciencias, los principios de la comprensión tanto de las estructuras como de los sistemas que rigen la inteligencia y la inteligibilidad del mundo están explicados, o al menos esbozados, por ellos.  Han cambiado las formas, pero el fondo sigue allí incólume; sólo que algunos prefieren ignorar tal hecho y pretender decir que inventan cosas nuevas.  La novedad no es más que un acercamiento suficiente –y necesario- para destapar las realidades subyacentes a la primera realidad observada; pero sin la primera, es imposible llegar a la segunda. Por tanto no se trata tanto de innovación como de acercamiento y perfeccionamiento con nuevas disponibilidades de datos: exactitud y precisión.

En política, entendida muy helénicamente como “arte o ciencia de la polis”, hemos comprendido gracias a los acercamientos de Comte (sociología), Weber (Estado) o Bodino (Estado- Nación) los planteamientos de Sócrates, Platón y Aristóteles, sólo por mencionar a los más conocidos.  Pero la comprensión nunca será efectiva para el consultor político o asesor en marketing político, o comunicador político si es que no parte de la premisa clara: el acercamiento con la lupa facilitada –o la palanca arquimídica- de los griegos.

Empecemos por el concepto de Polis: En griego significa “Ciudad” y refiere a la “Ciudad – Estado” que se alzaba en la antigua Grecia como una unidad política; Atenas entonces fue una polis, con constitución y órganos políticos, jurídicos, administrativos y militares autónomos y diferentes de otras ciudades- estado, como la polis espartana, por ejemplo. Hablamos de “estados” –en el sentido griego- con un reducido número de habitantes, alta participación política de sus ciudadanos y sistemas políticos diversos a lo largo de su historia: desde la tiranía, monarquía, aristocracia hasta la democracia, sólo por mencionar algunos.  Lo importante aquí no es la historia griega, sino el legado.

Citando a Carlos Salazar, padre del acercamiento diferenciado que es el Politing®, se “pregona que toda acción se inicie en y desde el mercado”  por tanto el  acercamiento parte de un proceso tradicionalmente aristotélico, la observación. El gran sistematizador de Aristóteles ya establecía en el s IV a.C. que el científico, filósofo, debía inducir principios explicativos a partir de los fenómenos que se han de explicar, y después deducir enunciados acerca de los fenómenos a partir de premisas que incluyen estos principios.

Si aplicamos el principio inductivo-deductivo el proceso de conocimiento del politing® 3.0 debe enmarcarse entonces en el mercado, como afirma Salazar.  Observación del comportamiento del “mercado segmentado”  para luego establecer principios explicativos del comportamiento y deducir los enunciados o paradigmas que incluyen a los principios.  En este sentido se produce el “engagement virtual” que permite iniciar una estrategia 3.0 en politing®.

La figura del político o comunicador político pasa a ser líder de opinión y por tanto logra establecer el vínculo entre el actor civil –usuario del servicio prestado por la política- y el actor político; en términos griegos “demagogo” –demos: pueblo / agos: conductor; no así en el sentido actual de “manipulador de masas”. Me abstengo de usar el término tradicional de “actor social”, y empleo actor civil,  por la carga particular que éste tiene en el entramado de relaciones políticas y su correspondiente asimilación a ONG, Asociaciones Civiles y Centros de Pensamiento.  No es que no sean actores clave, sino que en Politing® 3.0 se trata de la individualización de la comunicación entre el actor político del que se trate y el “actor civil” como usuario de la ciudad y de la herramienta del internet como canal de intercambio, obedece a tres paradigmas del 3.0:  Inmediatez, Tendencia, Progresividad.

Inmediatez entendida como la comunicación viral, rápida, individual pero masiva –personalizada- e íntima; dado que se produce en el artefacto, por lo general personal, del individuo.

Tendencia comprendida como la capacidad de situar en escalada un mensaje en cortos términos de tiempo y mutar sus contenidos por interpretación y respuesta.

Progresividad Diversa asimilada a tendencia impone una dinámica acumulativa del mensaje, donde debe preverse la respuesta en amplio espectro producto de la inmediatez del mensaje, la tendencia que se fabrica o sobre la que se monta y la progresiva respuesta con finitas posibilidades de acuerdo al target.

 

Estos paradigmas entonces, nos llevan a las características base del Politing® 3.0:

1.- Microsegmentación de la audiencia o cómo crear un mensaje que desee ser escuchado.

2.- Multidireccionalidad de los mensajes microsegmentados o cómo crear un mensaje- atleta.

3.- Adaptabilidad: a las plataformas o Multimedia en Multiplataforma.

4.- Comprensibilidad: Entender el lenguaje o cómo coquetear a los ojos.

5.- Corregibilidad: Corrección Política vs Cobardía

6.- Visibilidad: Ideología e Imagen

7.- Viralidad de los contenidos o cómo esquivar el amarillismo

En los subsiguientes artículos repararé en cada una de las características del Politing® 3.0. o la palanca efectiva de Arquímides para hacer politing en el marco del Pentágono del Politing® creado por el Dr. Carlos Salazar y que constituye el pull de herramientas para hacer politing® y empoderarse con la práctica del Politing® 3.0.

Pornopolítica o del exhibicionismo de las apetencias con fines corotales.

SR. XXX

La diferencia más importante entre la explotación del sexo 

y el arte erótico radica en la sensibilidad y talento del artista.
BRADLEY F. SMITH

 

El consumo adictivo de la pornografía tiene esa terrible faceta en la que termina por crear amantes mediocres.  Así, en la política, el electoralismo crea hombres y mujeres mediocres.

La euforia del «electoralismo» apalancado por un escenario de polarización social, hace a Venezuela el escenario perfecto para la incubación y proliferación masiva de oficinas de mercadeo político indiscriminado, dedicadas más a descubrir el ángulo perfecto que despierte las apetencias de público que a comprender lo que realmente necesita nuestro pueblo: contacto, integración y, sobre todo, soluciones.

Recuerdo un episodio de Rayuela. «Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto» Así en la política. Eligen un candidato ¡Y lo lanzan! ¡Eligen un líder “ideal” y lo presentan ataviado seductoramente a la masa! ¡Y la masa “elige” al líder!

Y aclaro que tampoco hablo de esa lamentable reducción del proceso de seducción en la política como medio para adherir gente en torno a una voluntad central y única. Hablo de aquella forma que se constituye en una conciencia y que se cristaliza en una vanguardia, cuya masa es abrazada y, dentro de ella, surgen, por la propia dinámica social, nuevos líderes que pasan a tomar el testigo. Un proceso de intercambio de “poder de transformación permanente” pero en la construcción de un “legado memorable” que se consustancia con la realidad de nuestro país. La diferencia entre una y otra concepción es como la televisión blanco y negro frente a la alta definición en 3D, que el país necesitará como visión en un plazo que podría llegar de urgencia, en contraste con la presentada por el mero deseo orgásmico del coroto por el coroto, que pronto se verá borroso como una película ochentosa.

Y es que la política en Venezuela se ha mediocrizado; prácticamente como lo ha hecho el consumismo íntimo en favor de la banalización de la seducción como un proceso única y exclusivamente orgásmico –real o no-. El tema es que de la política obtenemos el efecto «poder-clímax», fugaz e intrascendente, del coto en el poder admitido-filmado-producido por algún “otro”. Y por qué no… hasta fingido en el cénit de algunos partidos políticos que se vuelven el estudio de grabación perfecto para una vulgar película triple XXX de baja monta; donde entre néctares del olvido y carnes sanguinolentas se le dan “platos de comida” a las militancias-eco que repiten mensajes “seductores” y se creen, porque se lo creen, ungidos por la “verdad” divina.  Personajes poco creíbles, con afectos impostados y exaltaciones llenas de clichés… ¿El resultado? El mismo de siempre, una lluvia falsa que no cala en los huesos de nadie, y el país esperando…

¿Hasta cuándo seguiremos con cuerpos ajenos a nuestros deseos fingiendo placer para agradar a una audiencia inexistente?

Lo único que me tranquiliza es que hasta las porno cambian y la fascinación por lo “prohibido” ha venido transformando muchas hipocresías de cama en relaciones fallidas; para dar paso a parejas más sensatas. Así en la política.

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Marketing Político 3.0 – La forma de la espada es la utilidad de ésta

El que desea sacar la espada es un principiante. El que puede sacar la espada es un experto. El que es la espada misma es un maestro Proverbio japonés

Quise iniciar este post con esta frase por las siguientes razones: 1) Porque el marketing político no puede dejar nada al azar, ni esperar a ver las reacciones para determinar si una estrategia es efectiva o no. 2) Porque en Marketing Político las afrentas innecesarias pueden colocarte en la palestra como un bueno «opinador» pero no como el contrincante que pasa a ser vencedor. 3) Porque lo esencial trata sobre cómo hacer de un candidato la espada misma para cortar al oponente y hacerse con la victoria. Ahora bien; ¿cómo logramos esto? Evidentemente las recetas de 7 pasos, 3 trucos o 5 ingredientes no son exactas. Podemos esbozar estrategias genéricas pero siempre dependerá de las preguntas clave: ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Por quién? Cuando estudiaba letras recuerdo en Morfosintaxis del Español que hablábamos de las oraciones y cómo realizar el análisis morfosintáctico. Las preguntas enumeradas anteriormente eran parte del proceso de descubrimiento de qué función cumple cada palabra en relación al verbo. A la acción. En la campaña política la acción es VOTAR. Cada pregunta tiene una relación directa y lograr que la respuesta en cada votante conduzca al candidato es lo que buscamos. En el momento en el que la intención de voto es favorable por razones neuronales, es cuando podemos decir que estamos frente a una victoria. ¿Pero cómo que neuronales? En algún momento de la carrera en la Universidad Metropolitana -cuando estudié Est.Liberales- tomé una electiva que se llamaba «Inteligencia Emocional» aquel semestre conocí la teoría de «los Tres Cerebros»: reptil, límbico y neocortical. El primero es el más básico -el más visceral o reactivo- que responde a los instintos de supervivencia; el segundo es el más emotivo, que responde a las emociones sentidas -amor, odio, temor, alegría; el tercero el racional. Pues estos tres cerebros son los que nos llevan a tomar decisiones en todo momento, incluso cuando votamos. Una buena campaña política apela a los tres. Pero además comprende qué cerebro usan más los votantes a los que desea «convencer» y se enfoca en ellos. Como todos sabemos los recursos financieros en una campaña política son escasos. Por lo cual destinar fondos a cubrir satisfactoriamente el target que elegimos es una ardua tarea. No podemos abarcarlo todo. Por ello es importante que sepamos bien cómo despertar las reacciones, emociones y reflexiones sobre los votantes que marcan la diferencia. De por si, el 60% de los votantes lo hacen emocionalmente. Sólo entre un 15% y un 20% lo hacen racionalmente y aproximadamente un 20% a un 30% es indiferente a las campañas y responde a su entorno. Por lo tanto el meollo de la estrategia 3.0 -a aparte del uso de las herramientas BTL- implica la microsegmentación a la hora de definir cómo distribuir los recursos en medios y cómo «traducir» el mensaje según la audiencia. En un próximo post publicaré algunas consideraciones sobre la política neuronal o neuropolítica aplicada a una campaña 3.0; tema que además será tratado en el Curso Marketing Político 3.0 a celebrarse el próximo 7 y 8 se septiembre de 2012 en la Colina Creativa de la Unimet. Hasta la próxima! Info del curso en: http://www.emovil.com.ve

PD: El México el Prof. Carlos Salazar llama y explora sobre el concepto «politing» para referirse a «la conjugación de Mercadotecnia y Política. Como algunos asimilan mercadotecnia con “compra/venta”, se usa el anglicismo marketing para que los distraídos no lo confundan con la “compra y venta de votos”. (Cita del Paper Digital de Carlos Salazar «Politing: Marketing Político Integrado»