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Millennials y el reto de la interpretación creativa

Ya hay bastantes autores que señalan que la «creación», como invención absoluta, es cosa del ayer. Ya nada es creación o descubrimiento, así como Colón no descubrió América, sino que se tropezó con ella. La creación es cuestión de ego. La realidad es que todo es interpretación. Los Millennials sabemos esto, y lo asumimos con honradez intelectual. Para los religiosos el único creador es Dios. Para los agnósticos es una interrogante. Para los ateos la naturaleza -y sus fenómenos- ha creado todo, sin embargo aún seguimos sin explicarnos cuál es la causa primera. Pero, sinceramente, eso no nos preocupa realmente, porque el tema no es de pasado, sino de futuro. ¿Somos aún capaces de «interpretar» creativamente? A esto repondo que sí, en efecto. Y la urgencia de ello es que sólo la interpretación creativa permitirá la supervivencia del sistema.

millennials

Pero cómo podríamos sistematizar esta tarea, cómo podemos darle un sentido desde las diferentes profesiones, cómo viabilizar el entramado actual de intereses y trasnacionalismo económico, social e intelectual? A todas estas preguntas puede responderse se la misma manera.

Primero que nada hay que comprender dos factores que operan como base: la política y la economía. Dos hermanas gemelas que se disputan quién nació primero, yo particularmente creo que la pregunta es necia, al final sea el huevo o la gallina, ambas existen, coexisten y se requieren para continuar su ciclo vital y reproductivo. Hoy día yo añadiría una tercera hermana: la tecnología. Y con ella en mente, el poder y razón esencial de la concientización de la generación Y en su papel decisivo, tanto en la política como en la economía. Estamos en la era de la información y es por ello que los Millennials tienen la antorcha para hacer del sistema viable y sustentable. Vemos cómo influyen hombres y mujeres de Silicon Valley en la opinión general sobre asuntos no relacionados, por ejemplo la solidaridad con el terremoto en Chile, el matrimonio igualitario o la investigación sobre células madres. La información y el poder económico abrazan al poder político, pero no es menos cierto que los cambios en la Casa Blanca o un Papa latinoamericano, influyen en las percepciones y confianza en un país -o varios-

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Estamos ante la generación más abiertamente «opiniática» pero no siempre la mejor -en términos de calidad- informada. Estamos en la era de la información, y no por ello estamos mejor preparados para emitir opiniones. Internet es una bendición, pero también un espacio anárquico. ¿Estoy hablando de censura? Jamás. Hablo del desarrollo de criterio, y éste viene de la mano de la formación. La urgencia es formarnos cada vez con mejores y mayores estándares; y exigir bases a todo lo banalmente argumentado.

Creo que el reto actual pasa por la interpretación creativa, por el foco y el estímulo a pensar creativamente. Pasa por aprender a medir con la vara correcta el peso de las palabras, de las afirmaciones, de las argumentaciones e inclinarnos a comprender la multipolaridad de todos los problemas. El tema político, el tema social y el tema económico. Recuerdo un profesor del colegio que nos decía que un científico que no sepa nada de humanidades es un ignorante y un humanista que no sepa de ciencias es un estúpido. Nadie alega con esto que tengamos que ser especialistas en todo, muy por el contrario se trata de tener la capacidad de discernir y sopesar correctamente las materias de especialidad, nuestra y de los demás. Para valorar, para comprender y para delegar o rechazar la improvisación que tanto daño hace a la sociedad, para dejar de subvalorar al otro o de pretender que podemos engañarlos. O pregunten a Volkswagen en estos días…

Si es cierto que somos una generación más consciente esperemos que tengamos además una conciencia creativa… para resolver los problemas que la lógica de masa que los boomers han dejado.

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Textos fundamentales del «chavismo» como propuesta; a debatir democráticamente.

Durante estos días, estaré publicando los textos fundamentales de las propuestas políticas más importantes en el espectro político venezolano.

Mi idea es contribuir activamente en el Diálogo por la Paz; creo que para ello, tenemos que ver y entender a cada uno de los voceros que se aproximan, y haber estudiado sus propuestas y premisas.

Dejo, para empezar, los textos más resaltantes de la Biblioteca Chavista:

Programa-Patria-2013-2019

Libro-Azul-Web

LINEAS-ESTRATEGICAS-PSUV1

Libro-Rojo

Leyes del Poder Popular

Hagan click en el link para descargar.

Espero podamos iniciar algún debate democrático y fructífero!

El carnaval bajtiniano en la democracia de Venezuela por @nancyarellano

Carnaval Solana


 

El único crimen consiste en ser superficial.

Todo lo que se comprende está bien-.

La reiteración de esta frase irrita, pero es reveladora.

Jean Cocteau

Agarro de mi biblioteca libros de venezolanos, latinoamericanos, europeos y americanos.  Hojeándolos, para ver si rememoro alguna fórmula estudiada, sólo logro recaer en la invariable aseveración: la realidad no tiene teoría, pero la teoría sigue brindando claves para entender a la realidad.  Las ciencias sociales son un fenómeno a posteriori, por ello, hurgar en mis libros, no dará respuestas precisas sólo indicios para entablar un diálogo.  Por tanto, sigue siendo la única forma racional de deconstruir y construir la realidad; porque, espero, me permita hallar indicios de cuáles serán las preguntas correctas en una conversación con el que me lea.

Digan lo que digan, no puedo sentirme a gusto con la realidad actual de mi país, o de varios países en estos momentos, tampoco puedo conformarme con las escuetas y dudosas aseveraciones que salen por los medios tradicionales o informáticos.  Unos están atravesados en las calles, otros celebrando carnavales.  Yo, y supongo unos cuantos más en el medio, intento trabajar, leer, pensar y escribir.  ¿Somos todos parte del mismo carnaval?

Pretendo escribir esto sin sobresaltos guiados por el twitterror o, pretendiendo, que no soy parte del carnaval bajtiniano, ése que se vive, no se “especta”.  Aquí haré un inciso, por lo interesante de la teoría de Mijail Bajtin (1895-1975) sobre “lo carnavalesco” y porque, guiada por Bajtín, puedo aserverar que estamos ante la celebración más auténtica de lo carnavalesco en Venezuela.  Me explico:

En su ensayo Carnaval y Literatura, el ruso Bajtín asevera que lo carnavalesco está omnipresente en los grandes clásicos y que su significado ha venido banalizándose luego del renacimiento, pasando de “una forma de espectáculo sincrético de carácter ritual” a “mascarada o, aún peor, bohemia vulgar”.  Mi lectura de estos días atiende al concepto, retomado por Bajtín, del carnaval.

Su punto de partida, desde el análisis de las civilizaciones griega y romana, es que lo carnavalesco ha estado presente de forma arquetípica en la literatura, y en la vida por tanto, para significar la libertad; al colocar todos los universos de la vida humana en un mismo nivel de discurso, al eliminar barreras sociales, morales, y todo límite a la interacción de elementos.  Lo ejemplifica con los famosos Diálogos de Platón: la simbología típica del diálogo abierto en plaza, arena propia de lo carnavalesco y popular, de contrastes burlescos (para la época) como mujer-sabia, la supresión de la distancia entre la aristocracia- pueblo, la disminución del personaje (Sócrates) haciéndolo familiar, aproximarlo al interlocutor (escucha-lector), humanizarlo; la ironía socrática, dice, «es una risa carnavalesca reducida».  Caso similar de carnavalización es el Nuevo Testamento de la Biblia; donde “Jesús dialoga”, trayendo elementos carnavalescos: Dios-hombre, eterno-mortal, pobre-rico, todos en un mismo lugar como excusa para un mensaje sin los límites cotidianos del orden “normal”.  Así, lo carnavalesco se constituye en una suerte de manipea frontal en el elemento dialógico y muestra el carácter universalizante de la carnavalización como profusión discursiva de elementos conjugados a un mismo nivel: liberador.  Se trata de la suspensión temporal de la coerción cotidiana.

¿Y por qué a un mismo nivel?  Primero debe entenderse que “Todos sus participantes son activos, todos comunican en el acto carnavalesco”.  Y cuando dudo, si formo parte o no del carnaval venezolano, Bajtín me responde: “No se mira el carnaval y, para ser más exactos, habría que decir que ni siquiera se lo representa sino que se lo vive”.  Así que solamente con advertirme en presencia de él, formo parte.  ¿Pero por qué decir que estamos ante lo carnavalesco?  Porque, desde mi punto de vista, lo carnavalesco es propio de la democracia latinoamericana, más aún en un orden subvertido y con la presencia de medios diversos para interactuar (redes sociales, teléfonos celulares, prensa, tv y radio); donde se han roto todos los esquemas tradicionales de orden social preestablecido.  La democracia venezolana ha venido mostrando características que la carnavalizan, regreso a Bajtín, quien señala que “se comienza por invertir el orden jerárquico y todas las formas de miedo que éste entraña: veneración, piedad, etiqueta, es decir todo lo que está dictado por la desigualdad social o cualquier otra (…) quedan abolidas también todas las distancias entre los hombres, para reemplazarlas por una actitud carnavalesca especial: un contacto libre y familiar”.  Si algo hay que reconocer del gobierno venezolano post 1999, es que eliminó todo orden jerárquico, acercando a ese contacto “libre y familiar” propio de lo carnavalesco.  Y admitiendo, por tanto, que todos los elementos discursivos tomen voz en la arena pública.

¿En qué se traduce eso? Toma la palabra Bajtín, “es una especia de vida al revés, un monde à l’envers” porque, así como en la profusa simbología de lo carnavalesco, la mutiplicidad de interlocutores en democracia popular traen mensajes disímiles y de contraste.  Y con ello “el pathos de la decadencia y el reemplazo, de la muerte y el renacimiento.  El carnaval es la fiesta del tiempo destructor y regenerador” porque el carnaval es una suerte de revolución del orden establecido.  A diferencia de los tiempos político-sociales, el carnaval,  tiene un término, un fin.  Por ello el viejo rito carnavalesco de la coronación del bufón, tiene ya la destitución.  “La entronización contiene ya la idea de la destronización futura: es ambivalente desde el comienzo”  Básicamente porque el carnaval nace y muere, así toda la significación de sus símbolos.  Y para hacer honor a sus contrastes “Se entroniza lo contrario a un verdadero rey, se entroniza a un esclavo o un bufón, y ese hecho esclarece en cierta forma el mundo al revés carnavalesco”.  Así  “todos contienen en perspectiva la negación y su contrario” y trae consigo los mensajes más legítimos.  Prueba de ello, lo carnavalesco en Don Quijote de la Mancha; donde el noble que combate molinos de viento trae consigo un mensaje contundente, la razón es Sancho. “El carnaval festeja el cambio, su proceso mismo, y no lo que sufre el cambio” por ello los molinos son excusas, Dulcinea o Sancho.  Porque su mensaje es el proceso mismo, el viaje hacia Ítaca de Odiseo, no así el destino. “Es por así decirlo no substancial sino funcional” como dice Bajtín.  Aquí la democracia ha de ser el viaje.

“El carnaval no conoce la negación ni la afirmación absolutas” tampoco la democracia, que no es una meta sino un camino de dispares que crean el espacio, la arena de convivencia.  “Si la ambivalencia carnavalesca se borra en las imágenes desentronizantes, aquellas degeneran en una simple denuncia negativa, de carácter moral o socio-político, que se desarrolla sobre un solo plano y pierde todo valor artístico”  Esto, es lo que ocurre en el carnaval venezolano cuyo escenario debe garantizarse como popular y amplio.  Y hay que recordar que  la imagen no es ambivalente; el poder es obtenido por elección popular, más allá de la presidencia, en una multiplicidad de cargos; y sus ocupantes profesan virtudes distintas y símbolos constrastantes.  En la actualidad no hay proceso de in-desentronización carnavalesca (sólo viene a mi memoria el 2002, con Carmona, sí como ejemplo del proceso carnavalizante de la política nacional).

Así que no podemos permitir que la crítica al gobierno nos sitúe en “La Oposición” (como brazo actor de la Derecha, proimperialista), pero tampoco que el estar de acuerdo con las políticas del gobierno nos vuelva “oficialistas acérrimos y comunistoides”; porque ni toda crítica nos hace opositores, ni todo aplauso nos muta en progobierno.  La crítica es el único ejercicio viable para el ser pensante que se encuentre fuera del campo de acción de la política en poder.  En un sistema democrático, la libertad supone eso, el ejercicio de nuestras aficiones y aptitudes; definitivamente las mías no versan sobre la evasión o la guarimba.  De aquí que mis palabras estén escritas para darle espejo no a los opositores radicales, tampoco a los chavistas a ultranza, sino a muchos venezolanos trabajadores que creo sienten que algo falta en nuestro país más allá del rojo rojito, o del azul azulito, aunque conteniéndolos.  El carnaval también nos representa, en la manipea obra que se desarrolla en nuestras calles y debates.

Más allá de la visión del chavismo, o de la oposición, creo que en ambos extremos, cuando son extremos, hay falacias, hay errores.  Tampoco considero que tengo la verdad, si pudiese argüir alguna característica, es la humildad con la que asumo el no tener todas las respuestas, no sabría decir cuáles.  Eso es lo que más me perturba de sendos bandos, en manos de sus voceros más furibundos; unos alegan poder resolver los problemas con el socialismo; aún sin delimitar, más allá de algunas vagas directrices compiladas en el Libro Azul de Chávez, qué significa exactamente este modelo que no ha logrado poner coto a desmanes de pequeños grupos con intereses egoístas que, sin plegarse a un pacto social desarrollista y nacionalista, han desangrado la finanzas estatales sin contribuir a la productivización de la nación.  Otros, alegan poder resolver esto con las fórmulas más trilladas del neoliberalismo contemporáneo, recetas manidas y que se han mostrado inviables para una realidad rentista como la venezolana; donde hay tanto en qué invertir socialmente para lograr la movilidad social, donde hay tantos que merecen la igualdad de oportunidades en igualdad de condiciones.  Sería un absurdo pretender volver sobre las fórmulas de los 70´s o de los 90’s.  Hay que asumir la contemporaneidad de la situación venezolana.

Vuelvo con la manía de los libros… Sartori afirma que “la civilización occidental es una civilización superior (…) siempre y cuando delimitemos esa tesis a la “buena ciudad” (civilidad) y a los valores ético-políticos que la sustancian.  Indicando, no obstante, cómo pueden confirmarse las preferencias de valor”  Menciono a Sartori porque él refiere esto a la preferibilidad de la democracia.  Y carnavalesca como es, en el sentido bajtiniano, la creo preferible por la abundancia de sus argumentos y presupuestos, porque su arena sigue siendo la calle donde un Sócrates buscaba ser partero de la verdad.  Creo que ambos bandos formalmente están de acuerdo en ello.  Luego, es comprensible que, cuando hablamos de civilidad, hablamos de la “vida libre en ciudad” la visión del ciudadano, aquél que está sometido a la autoridad de las normas, no de individuo alguno.  El primer caso es ciudadano, el segundo es súbdito.  También hay acuerdo en ello en ambos bandos, se supone que la preeminencia del cumplimiento cabal, íntegro, de nuestra carta magna no está en discusión: una apuesta al “Estado democrático, social de Derecho y de Justicia que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. (Art. 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela).

Finalmente, que el carnaval sirva para comunicar, se ha entronado al caos, ahora restituyamos el orden y sigamos el camino democrático.

Les invito a seguirme en twitter @nancyarellano

Añado: Un artículo interesante, y de donde tomé la imagen de carnaval: http://sociologiadisidente.blogspot.com/2011/02/carnaval-inversion-y-subversion-y-ii.html

Sea serio, de una buena vez por @nancyarellano

Recientemente reparé en el estudio de las crisis económicas latinoamericanas: Chile 1982, México 1994, Argentina 2001. Me encontré con la misma razón en todas: un Estado irresponsable que quiso ser el todo omniabarcante y decidieron destruir a sus países.
Hoy Chile ostenta una economía nada despreciable, México también y Argentina… bueno, Argentina parece no haber aprendido aún la lección de los ochenta y menos la de los noventa. Así que tendremos que ver en qué para su historia económico-política.
El tema que nos ocupa es Venezuela. Veo con profunda preocupación que muchos de los causales de las crisis de aquellos países están presente en nuestro país: alto gasto público sin control del destino de los fondos, control cambiario que mantiene una moneda sobrevaluada, baja diversificación de las exportaciones, burocracia acrecentada, baja producción del aparato industrial, alta dependencia de las importaciones, poco estímulo a la Inversión Extranjera Directa (IED), alto endeudamiento del Estado y poca claridad en la planificación de las finanzas estatales etc etc etc. Los casos de corrupción de denunciados proliferan en páginas pro-gobierno y pro-oposición; la afrenta estéril entre grupos (porque ya ni siquiera son partidos) está cada vez pareciendo más tonta dado que, al menos los problemas en materia económica, no distinguen entre colores de camisas o plegarias por la salud del presidente electo.
El asunto ya no es quién tiene, quiere, desea, sueña o vislumbra el poder. El tema ahora subyace, al menos para esta humilde venezolana, en cómo logramos ordenar nuestra vida nacional para que el fantasma que recorre Latinoamérica – que no es el socialismo del S. XXI- sino la crisis económica, no nos agarre y nos lance de una contracción a una depresión.
Para ello lo primero que deberíamos terminar de comprender, y en esto espero algo de sensatez en los personeros de gobierno y en las bancadas de oposición, es que no es posible, y China es la muestra más clara y defectuosa, olvidarse de las tendencias del comercio internacional y de los mercados internacionales, si queremos que nuestra economía ostente el blindaje suficiente que nos proteja de la bendita «mano invisible» y los ciclos económicos, que tanto han dicho que es la perversión capitalista.
El Estado puede querer ser todo lo socialista que quiera ser, puede querer dar todas las misiones que quiera dar, pero ambas intenciones requieren de dinero, sí, capital,para poder cumplir sus intenciones. Más aún, requiere capital y trabajo. Y con capital y trabajo, viene también que se requiere un mercado, donde haya gente que pague por ese «trabajo» (sean productos terminados, materias etc) entonces se necesita algo más que bellas intenciones y pensar que el Estado tiene una chequera ilimitada. Porque los precios del petróleo cambian y «solo de petróleo no vive el hombre»; ningún hombre.
Mentir en el presupuesto de la nación no trajo más que decepciones; calcularon la moneda a 4,30 para luego mostrarse improvisados y devaluar; calculan el precio del crudo muy por debajo para luego tener recursos adicionales; pero luego plantean un gasto público también por debajo para mostrar… Que no tenemos idea del gasto real.
La inflación actual es una cifra indeterminada. El gobierno es responsable del 40% de las importaciones actuales. Controla buena parte de la industria nacional, de la banca nacional, y hasta controla cafeterías y fábricas de helado. ¿Y qué es lo que trae a casa las divisas que hagan nuestra moneda competitiva? El petróleo. Entonces tampoco el Bolivar fuerte logra ser fuerte. ¿Entonces cuál es la seriedad que distingue a esta administración?
Países como Chile y México lograron enfrentar sus crisis con cambios estructurales; no se trató del FMI o el Banco Mundial, se trató de diversificar sus exportaciones en cuanto a productos y, en el caso chileno, en cuanto a destinos. Aún les quedan muchos retos por afrontar a ambos países, el primero resolver un problema de liquidez de su mercado financiero y al segundo lograr diversificar el destino de sus exportaciones para que no les alcance, como en 2008, la crisis financiera norteamericana de forma tan sentida.
Pero Venezuela, que es el país del cual debemos preocuparnos con la urgencia que impone el ser venezolanos, tiene poco espacio de maniobra si no reparamos en el daño que la política de nombres, terquedad y soberbia, hace a nuestra capacidad productiva y posibilidades de desarrollo. En dos palabras, la consecución de estabilidad y sostenibilidad económica y, en tanto, de progreso social. No hay fórmula discursiva que contenga la devaluación monetaria, no hay eslogan que nos haga productivos, no hay grito de guerra que nos haga competitivos, no hay «tiempos de Dios» que corrijan el déficit fiscal o la corrupción.
Son necesarias fórmulas de corrección estructural, planificación sistemática y claridad política; todo producto de un la pacto inter-sectorial y socio-politico.
No se trata de gorras, boinas, o misterios médicos. Entiendo que haya pasiones políticas, pero con eso no lograremos hacer de la segunda década del siglo XXI una etapa de corrección para el desarrollo del país. Agota la teatralidad política y perdernos entre la discrecionalidad gobiernera y los lugares comunes en la Asamblea. Sea serio, de una buena vez Sr. Político. (Señor, señora, señorito, señorita…) pero séanlo, seguimos a la espera.

……..

Aclaratoria: El estado omniabarcante puede serlo hasta negativamente, por omisión… (Es como la libertad negativa y positiva de Isaias Berlin) porque se trata de que el estado se abstiene de la obligación que estaba pactada en el modelo de Estado planteado constitucionalmente ( la reforma de los 70 es un tema militar supraconstitucional y la reforma formal es de 1994 para argentina).

En todos esos casos se da un cambio abrupto e inconsulto de modelo productivo. No creen que el Estado se arrogó la soberanía? Pinochet con su chicago boys o los «democratas» argentinos? Y hasta en ese caso el no participar en determinados asuntos es una decisión por tanto una acción, de inacción que también tiene reflejo en la vida social…. Así es el caso de la des regulación bancaria por ejemplo… O darle el poder a las recetas de Washington…
En Venezuela cuando Gómez (más allá de si era o no la única posibilidad y de que éste era un dictador) entrega a las petroleras la posibilidad de hacer su propia ley; no estaba Gómez agarrándose la soberanía para si? Su inacción al respecto y ceder esa competencia no era un poder supremo que le era otorgado por ser omniabarcante hasta para ceder el lugar?
Así entiendo de dos modos la capacidad del Estado cuando actúa -el gobierno- como soberano absoluto: en positivo al participar en todo o en negativo al decidir quién participa en qué y «delega» responsabilidad.

La nueva torre de Babel está en curso por @nancyarellano

Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno,

y todos estos tienen un solo lenguaje;

y han comenzado la obra,

y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

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“Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda la que habla su compañero.” Y se crearon las lenguas, y se desunió el pueblo; dejaron de construir la Torre de Babel y abandonaron la Ciudad. Hay quien dice que esa torre es lo que hoy conocemos como el zigurat de Etemenanqui en la antigua Babilonia, pero quién sabrá la verdad sobre el hecho. Lo que sí podemos afirmar es que, en efecto, la lengua pareciese una de las cosas más importantes para hacer de un pueblo, pueblo. La lengua en ejercicio, es decir, la comunicación es el aglutinante por excelencia, porque viene a significar pasado, presente y futuro de una nación que comparte costumbres, historia y deseos: cultura y metas.

Nos reconocemos los unos a los otros como compañeros en la lucha por erigir una nueva torre de babel que, sin desafiar a Dios, quiere desafiar a las fuerzas dominantes en el orden mundial. Tenemos que hacerlo en nombre de la justicia, en acto justo frente a los dones que hemos recibido en tierra, mente y espíritu. ¿Podremos?

Es necesario luchar frontalmente contra los males de una sociedad llevada por la banalidad, cosa que va desde el show mediático hasta el ya mentado consumismo. Pero no me refiero al manido discurso contra “El Imperio” sino al simple hecho de empezar a acumular “cosas” por el simple gusto de llenar vacíos en nuestras vidas. Y hago esta aclaratoria porque la trampa del consumo abarca incluso el consumo irrestricto de “nociones” para llenar los vacíos intelectuales o sentido: identidad. Y peor aún creemos que la identidad se hace en el rechazo, en el contraste, y no en la unidad, en la construcción.

La perversión de este tipo de consumo es que es tan alienante como aquél del que tanto se hacen banderas en contra, el de esclavizarse con la compra de cosas. El tema aquí de mayor importancia es que el consumo enajenante de ideas, termina por escindir al individuo y resquebrajar a la sociedad de la que forma parte. Se pierden entonces criterios para distinguir la verdad vivida, experimentada, necesaria, de la verdad dada como cápsula –e incluso ajena, importada-.

Venezuela sigue siendo un país de “la periferia” como dijeran las teorías desarrollistas desde 1950 en adelante. Los países industrializados o de primer mundo, llevan la batuta del consumo mundial; mientras que la periferia, somos las economías  rezagadas desde la perspectiva tecnológica y organizativa; contamos con una heterogénea estructura productiva y nos centramos en productos primarios (petróleo, hierro, aluminio etc).  La tan mentada teoría “centroperiferia” atribuida al argentino Prebisch, que hizo ver que la relación entre las regiones disímiles (de los países poderosos y los demás) es una brecha creciente que tiende a ensancharse, pues aquéllos manejan nuestras economías al establecer los términos de intercambio del comercio internacional. Además de, por supuesto, procurar la situación de ser ellos la “demanda” (quienes compran) que controla los precios de la “oferta” (quienes venden) es decir nosotros.  En los años 70 se buscó entonces “afectar” ese orden de cosas con “la sustitución de importaciones” buscando procurar el desarrollo de una industria nacional, procesando nuestra materia prima y abasteciendo al mercado interno. Pero… los costos de implementar tales modelos sin la debida precisión, y precaución, se tradujo en intentar erigir la Torre de Babel para desafiar al cielo sin hablar la misma lengua entre nosotros. Así se cayó en la terrible década pérdida que, tras el Viernes Negro de 1983 para Venezuela, termina con las medidas económicas de 1989, vuelta a nuestra esquina “periférica” dependiente del FMI.

Desde hace algunos años el presidente Chávez vino hablando de que “Nuestro norte, es el sur” buscando reavivar la idea de que seamos nuestro propio centro y periferia, constituyendo un bloque y procurando hacernos de los ladrillos que erijan una nueva Torre de Babel. Si bien algunos proyectos ambiciosos se han mencionado con este fin, no es menos cierto que seguimos siendo la “oferta” del consumo directo de los países desarrollados; por un lado porque es del petróleo que se financian todos los proyectos nacionales y nuestros compradores son justamente los líderes de consumo mundial: China y EEUU. (los cuales tienen un negocio completo entre mano de obra barata el primero, patentes industriales el segundo; bonos del tesoro el primero sobre el segundo y mercado de consumo masivo el segundo que enriquece al primero) Conclusión: Ellos sí tienen “centroperiferia” mutua. (Si es bueno, malo, qué pasa con sus poblaciones, es algo que prefiero dejar por fuera; por razones varias). Por otro lado se esquiva la necesaria transferencia tecnológica necesaria para avanzar en tan ardua tarea y se elude la tarea urgente de diseñar modelos que promuevan la eficiencia en la ejecución de proyectos, simple lógica de castigo y premio a quienes entorpezcan o favorezcan la gestión de los recursos para los fines planteados.

El punto al que quiero llegar es que nuestro proyecto nacional de liberación cultural y económica, o proyecto nacionalista de independencia, soberanía, antiimperialismo etc… no puede ser posible a menos que comprendamos las ventajas comparativas que tenemos como nación y se tomen con manos firmes, colectivas, las medidas necesarias para ello. Desde nuestra ubicación geoestratégica, pasando por nuestros recursos naturales, siguiendo por el potencial turístico, y continuando por nuestra extensión territorial y unidad lingüística y cultural: hablamos la misma lengua y tenemos nuestra propia realidad civil y democrática.

No obstante tenemos una población pequeña, la mayoría dedicada a la burocracia estatal (1)  y no al campo productivo; más allá de discutir si la propiedad de los medios de producción debiera estar en manos del Estado de la forma que hoy está, lo cierto es que ese aparataje productivo adolece de tecnología que permita optimizar costos, procesos encauzados a la eficiencia y estándares de calidad que propendan a la exportación de productos terminados que se ubiques eficazmente en los mercados regionales y permitan hacer del Bolívar una moneda fuerte, más que en títulos. ¿Usted quiere que el dólar no sea un tema diario? Empiece por favorecer la diversificación de las exportaciones, para ello hay que trabajar.

¿Pero cuál es el problema? El problema es que nos hemos dedicado al consumo indiscriminado de las palabras, y no hemos digerido las ideas. Hemos deglutido ideas hambrientos de sentido y no hemos comprendido la responsabilidad común que implican.  Nos hemos embriagado de discursos y proclamas, y no hemos reparado en la sobriedad necesaria para llevarlas al campo de acción. Hemos visto que somos un país con menos del 10% de la población total del llamado “enemigo del norte” y nos hemos dedicado ha hablar distintas lenguas, enfrentados inútilmente, para “erigir” la Torre de Babel que ponga a temblar al que nos supera en 1000% de tamaño. Eso, sin hablar de China.

¿Acaso creemos que podemos fabricar suficientes ladrillos con un pueblo dividido? Sólo nos condenamos a terminar abandonando la ciudad, y dejando el zigurat a medio hacer… Empecemos por hablar venezolano.

Les invito a seguirme en twitter: @nancyarellano

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(1) Aclaro el punto de «Burocracia Estatal» como término extendido:  explico, la nómina estatal ocupa más de 2.558.131 personas (21,3% de la población ocupada) -digo más porque esa cifra es 2011 así que está ya un poco desactualizada). Ésa es la nómina directa. Ahora bien, si tomamos las cifras del INE para noviembre 2012 la población del sector formal es 7.313.064. Si pensamos cuánto representan esos 2.558.131 de los 7.313.064 tenemos que es el 35% (34,9%)…  Y eso considerando al sector formal cuyo concepto abarca a todo el que » labora en empresas que tienen cinco personas empleadas o más, tanto del sector público como del sector privado. También se incluye a los trabajadores por cuenta propia profesionales universitarios.»

Es decir, «trabajadores por cuenta propia» y «profesionales universitarios»…. ¿Para quién trabajan muchos de ellos? ¿Acaso no trabajan muchos para «empresas» que luego brindan servicios de «tercerización» para el Estado? … el petróleo es la gasolina de este carro…  (Por ejemplo: http://www.aporrea.org/oposicion/a149932.html)

La «economía privada» es una economía satelital de la economía estatal, por lo cual, finalmente se forma parte de la «burocracia estatal» (por ejemplo, el caso de las proveedoras de PDVSA que caían en mora cuando la estatal no pagaba a tiempo, esto impacto en 2009 -si mal no recuerdo- en el caso de las cartas de crédito de la banca privada, las empresas adolecen del mismo problema que un ministerio o instituto del estado (si no le han bajado recursos, se complica la cosa).  De hecho sería interesante analizar como se han «burocratizado» sectores como la educación universitaria, la banca privada, e incluso las empresas mixtas.  (Jerarquías verticales, procedimientos largos e ineficientes, cuotas de poder por escalafones etc)

Quizá no apunté a precisar los términos de la burocracia estatal medular y la satelital; pero ésta en conjunto supera a la mitad de la población ocupada en el sector formal, creo que eso es innegable…  ya que el 95,42% de los ingresos totales del país (fuente BCV 2012) son producto del petróleo (empresa estatal). Es decir, la economía viene «movida» por el Estado; los demás están sujetos satelitalmente al aparato burocrático para poder percibir de ese ingreso, ya que «propiamente» no lo producen. Y digo «producen» porque «ganan dinero» pero no «generan riqueza». Las empresas satelitales empiezan a «crecer» burocráticamente,incluso contratando personal que atienda a la burocracia estatal (caso de departamentos de licitaciones, encargados de «finanzas» dedicados a Cadivi, Sitme, o departamentos de cobranzas abocados a las gestiones con las estatales)… papeles, papeles y más papeles…

Que el político sea un pequeño dios… por @nancyarellano

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
V.Huidobro.

Hace casi un siglo (1916) que Vicente Huidobro y otros poetas dieron vida al movimiento creacionista. Una afrenta directa al modernismo que, con Rubén Darío, daba vida a la exquisitez literaria del exotismo y la perfección rítmica y métrica. La búsqueda literaria latinoamericana se centra con él, en la idea de “crear” en el poema; contrario a “importar” imágenes que eran ajenas a nuestra latinoamericanidad; imágenes llenas de vacío para nosotros. Hoy, a casi un siglo, pareciera que el movimiento creacionista recobra vida y con otro sentido.

“Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.”

Dice Huidobro en su “Arte Poética”; señalando que no vale tomar prestados los mundos ajenos para embellecer, diciendo que no vale calificar exhaustivamente sustantivos prestados porque son extranjeros que rondan el terruño y lo empobrecen. Luego nos recuerda en el poema que “Estamos en el ciclo de los nervios/ El músculo cuelga/ Como recuerdo, en los museos/ Mas no por eso tenemos menos fuerza: / El vigor verdadero/ Reside en la cabeza.” Maravilloso verso; porque nos habla de frente para decirnos que no se trata de “cuanto mundo haya” sino de cuanto mundo logremos interpretar con el intelecto, y que el primer mundo ha de ser el nuestro; el inmediato. El que no admira la belleza propia carece del sentido de participación –como diría Szymborska-.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;

No importemos modelos, ideologías, formas políticas. Para qué hablar de socialismo, comunismo, capitalismo, liberalismo… “Haced florecer el venezolanismo” debemos reinterpretar.

Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.

Yo diría –si Huidobro me lo permite-

Sólo para nosotros
Viven todas las cosas en Venezuela
El político verdadero
es un pequeño creador en su tierra.

Si no admiramos y nos abrimos a nuestra propia realidad y circunstancia estaremos como la princesa de Sonatina eternamente… “La princesa está triste/ qué tendrá la princesa(…)” Y no hay príncipe que venga a salvarla. Debemos ser nosotros con arpa, cuatro, maracas y un turpial, que nos hable de la mañana. La democracia venezolana es un proceso nacional que debe “crearse” sin matices importados que le hagan torpe y frívolo. En aquel momento, Enrique González Martínez, decía “Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje/ que da su nota blanca al azul de la fuente/ él pasea su gracia no más, pero no siente/ el alma de las cosas ni la voz del paisaje” Venezuela desde los venezolanos.

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Los Pendejos en La Política

El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones:

o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros.

Stendhal

En estos días estaba leyendo variadas opiniones sobre el tema del Estado Comunal. Una de las aseveraciones era que no se trata de cambiar la estructura político-administrativa de la nación sino más bien de complementarla con más “poder popular”. Adicionalmente se señalaba que el empoderamiento de las comunas vierte mayor eficiencia en la administración de recursos que lleguen directamente al Pueblo. Pero ¿Qué es el poder popular? ¿Qué son las comunas? ¿Cómo afectan al funcionamiento del Estado tal y como lo conocemos? ¿Afectan a las alcaldías y gobernaciones? ¿Qué leyes amparan esta nueva instancia? ¿Es constitucional? ¿Cómo me soluciona mis problemas diarios? Son algunas de las preguntas lógicas que, antes que nada, debería responder el propio gobierno; pero además deberían ser las respuestas que los políticos brinden con sustento en el análisis de las leyes involucradas y su pertinencia respecto a la ley máxima de nuestro país: La Constitución.

Desde el ala del Polo Patriótico se han hecho muchos comentarios retóricos, no menos que del lado de la oposición. ¿Y entonces? Pues finalmente el ciudadano de a pie termina con una opinión sesgada que no tiene utilidad real en el quehacer político cotidiano, haciendo virtualmente el papel de “pendejos”. ¿Y por qué virtualmente? Porque pretenden que el ciudadano común sea el “tonto” de la política, al atender –irrestrictamente- a la opinión de los “opinadores profesionales” que versan de lado y lado para sacarle “el coco” a la política y “liderar” la posición de cada lado. No hay salvadores señores. Cada ciudadano debe ser real partícipe de la política en la formación de criterio producto de la información exigible a aquéllos que, dicen, dedican su vida a la política.

¿Por qué usar una palabra como pendejo? Más allá de que el Sr. Presidente haya usado este calificativo en tiempos pasados; la uso con toda la acepción de la RAE. Específicamente cuando se señala: “2. m. coloq. Hombre cobarde y pusilánime. 3. m. coloq. Hombre tonto, estúpido.” Y es que la segunda acepción es lo que se espera del Pueblo; la primera va para con los cuasi-políticos.

¿Pero es que usted está diciendo que las Comunas son buenas? No. No digo eso. Y no lo digo porque crea que todo lo que viene del lado del oficialismo sea malo o bueno; sino porque este particular es deficiente, torcido, falaz y engañoso. Deficiente porque no corrige las ineficiencias burocráticas, administrativas y prácticas de la atención a los problemas locales. Torcido porque no se corresponden los enunciados de las leyes que atañen a la Comunas con el modelo sustitutivo –o complementario- propuesto para dar “mayor poder al Pueblo”; falaz porque en efecto no suma poder sino que resta a la localidad al subyugarlo al poder central pese a decir que es mayor poder; y engañoso porque, lleno de adjetivos “pro-popular”, adversa un modelo de transformación social volviendo la transformación burocrática, operativa y no sustantiva. Es una zanahoria puesta para que el burro ande…

En fin; revise las siete leyes relacionadas con las Comunas: Ley de Planificación Pública y Popular, Ley Poder Popular, Ley Contraloría, Ley Comunas, Ley Economía Comunal, Ley Consejo Federal y Ley Contraloría Social. Luego coteje lo que se señala en éstas versus lo que hablan los pendejos.

De todos modos, estaré publicando el análisis del entramado en los próximos días para que usted tenga una opinión formada al respecto; para que sea auténticamente libre de decidir. Y recuerde, no se deje manipular por pendejadas de cualquier lado, busque ser parte de los que creen y actúan con poder por, para, desde y con el Pueblo. Esto significa: información y criterio que empoderan.

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El reto del presidente Chávez y de la Alternativa Democrática por @nancyarellano

“Les invito a ser mejores venezolanos, mejores patriotas, mejores trabajadores, mejores productores, mejores líderes para acelerar la construcción de la Venezuela potencia, la Venezuela grande (…) incluyendo a los sectores de la oposición. Les hago el llamado a los sectores de oposición (…) a dejar de desconocer lo bueno de esta tierra venezolana (…) aportemos lo mejor, con nuestra diferencias, con nuestros conflictos, y contribuyamos con la patria a fortalecerla cada día más” Dijo el presidente en su discurso de victoria.  Presidente Chávez, le tomo la palabra.

El reto que usted tiene desde hoy mismo –por aquello de que su nuevo periodo empieza hoy- es dejarse de sectarismos y comprender que los demócratas que no militamos en el Polo Patriótico queremos a este país tanto como ustedes –y más que muchos pseudorevolucionarios-. Desde esta esquina le tomamos la palabra; porque hay muchos venezolanos que quieren trabajar por el país desde los diferentes partidos, desde los diferentes movimientos, desde causas colectivas que usted no tiene en mente –porque una sola cabeza no puede pensar en todo-; así que usted tiene el reto de realmente ver en nosotros una crítica sana que tiene que tomarse en cuenta; unos brazos que suman desarrollo; y unos ojos dispuestos a denunciar los desvíos de una administración pública gigantesca y con muchos desmanes que no velan por la justicia social.

Con el 54% de los venezolanos no se puede hacer la Venezuela potencia, necesita al 100% de los venezolanos; o, al menos, al 80%. (porque de lado y lado hay gente que definitivamente no quiere al país).

Tenemos que construir una Venezuela 100% venezolana Sr. Presidente; con un antiimperialismo no selectivo; con independencia tecnológica, alimentaria e intelectual y eso, eso no se logra con el 54% de la población. Eso se logra con el 80% del país.  Esa Venezuela potencia y líder que usted dice querer, no puede ser un proyecto dogmático regido por países extranjeros de ningún tipo, ni puede hacerse con medios de comunicación partidizados y disminuidos culturalmente. La Red de Medios Públicos debe «hacer país», no hacer sólo política partidista; debe crear conciencia en el debate sano, en la crítica real, en la creación de matrices de opinión consensuadas con participación de los adversarios políticos –nunca enemigos- del partido dominante en el ejecutivo. Usted tiene el reto de enviar un mensaje claro y continuo a sus partidarios -y sus adversarios- de que hay que respetar a cada venezolano aunque piense distinto; porque un 4% o 6% de mayoría no puede imponerse en la práctica democrática; debe abrirse a escuchar, dialogar, consensuar y, entre todos, hacer.

Contamos con un gran país, grandes recursos y gran talento. Y ese talento debe ser la medida por la que se juzgue al otro, más allá del color de la camisa que cargue o de la actitud servil que –si ud. me pregunta- ha sido culpable de gran parte de los fracasos de planes que –conceptualmente buenos- han sido terribles en la puesta en práctica. Además, los mensajes del proceso revolucionario en términos de democracia, crecimiento económico e independencia también deben ser revisados; porque debe usted mandar un mensaje claro, nítido -insisto- a los sectores que quieren invertir en el país y a quienes quieren trabajar por el país.  La clase política joven, ésa que cobra razón desde 1999, sólo le ha visto a usted dirigir el barco; y muchos tenemos críticas que no pueden ser respondidas simplemente con decirnos que “la Cuarta era peor”. A nosotros la “Cuarta” nos suena a texto académico; no nos enchina la piel ni para bien, ni para mal porque vemos en ella logros y fracasos; con la mirada equilibrada que da la distancia y el tiempo.  Pero sí nos retumba en el corazón el ver las deficiencias –muchas no corregidas- de dos periodos anteriores; sí lo hace el escuchar cómo se nos juzga sin razón por el estatus social al que pertenecemos (como si uno decidiera nacer en la clase media o como si nuestros padres no hubiesen trabajado por nuestro bienestar); se nos juzga por el color de piel, dónde vivimos o la Universidad en la que estudiamos.  El reto Sr. Presidente está en ver justamente en la clase política post 1999 –quienes empezamos a ejercer nuestro derecho al voto después que usted entró en el poder- gente con una perspectiva fresca, con una visión de vanguardia, con ideas innovadoras, con un orgullo nacional real; muchachos –le aclaro- de todas las clases sociales, mujeres y hombres de todos los sectores, comprometidos con un país igualitario y con movilidad social ascendente. Muchos de nosotros Sr. Presidente, somos hijos de la Constitución del 99 y por eso “Lo Social” ni siquiera lo discutimos, la agenda social ES prioridad y base de nuestra república, está consagrada en la Constitución.

Vea entonces el reto que usted tiene de destruir ese aparato discriminante y sectario, en exceso burocrático y nepótico (sin real mérito) que se sustenta muchas veces más en la publicidad que en la profundización de los modelos de desarrollo autosustentable y sostenible.  No vea sólo a los hijos directos de su sistema, porque los que crecimos en el sistema tradicional de educación y formación, también vemos con detalle las carencias de nuestra sociedad, también vemos deficiencias en el modelo y también proponemos soluciones por las que estamos dispuestos a trabajar. Tenemos sensibilidad por los antes “invisibles” y creemos en la educación liberadora.  Pero con “calidad” Sr. Presidente. Eso si,  todo esto desde nuestras propias organizaciones y partidos; no por el acto egoísta de partidismo o sectarismo, sino por el acto democrático de pluralismo, tolerancia e inclusión: Unidad en la Diversidad.

Muchos partidarios de la alternativa democrática,  sí hemos visto logros en su gestión, pero también vemos muchos desmanes, violencia, ineficiencia –como la vemos también en las gestiones de muchos de la misma alternativa- pero en todo caso, somos Pueblo, tan Pueblo como el que le apoya a usted militando en el PSUV.

Usted como dirigente del PSUV puede adoctrinar cuanto quiera –está en su derecho- pero como Presidente debe abrir las puertas a quienes, por otra vía, creemos en un proyecto país que responde a la visión de nuestra Constitución: que es La Soberana en este juego democrático.

Finalmente, nosotros desde la Alternativa Democrática, tenemos la responsabilidad de ser el “ojo visor”  de la gestión de los gobiernos de turno a todo nivel, y ustedes –que son Pueblo tanto como nosotros- de serlo en los niveles de gobierno que las diferentes organizaciones de la Alternativa Democrática ocupe.  Ahí está el balance.

Venezuela es el destino; una Venezuela libre y 100% nacional respetuosa a la Constitución: por, para , con y desde El Pueblo.

¡DOSIS DE FITINA PARA IR A VOTAR! por @nancyarellano

El juego democrático funciona bajo dos premisas: efectividad y posibilidad de alternabilidad.  No existe país alguno verdaderamente democrático donde ambos paradigmas no sean respetados y hermanados. Es decir, cuando un gobierno pierde efectividad se acude a la alternabilidad y, gracias a la alternabilidad, es que los gobiernos respetan las necesidades de eficiencia.

Fue el caso reciente de México, España, Estados Unidos y, en 1998, de Venezuela.   Los partidos gobernantes perdieron su poderío como producto del “Voto Castigo” unido a la opción que ofrecían; pero es absurdo pensar que se debe sólo a la opción que representan que obtuvieron el apoyo de la mayoría. Justamente en la posibilidad de cambio está el Poder del Pueblo para hacernos respetar ante los gobernantes.

En Venezuela pareciera que muchas veces falta esa bendita pastillita de Fitina –que es para la memoria- y que la gente tiene severas dificultades para recordar qué cosas prometen los candidatos y qué hacen luego; así mismo qué responsabilidades y poderes tienen.  Y es que el papel de un dirigente no se limita –y no debe limitarse- a encender a la masa; sino que debe comprender que se trata de responder a las facultades que le son otorgadas. ¿Y cuáles son? Vamos a repasar las más relevantes para juzgar a un gobierno, no vaya a ser que caigamos en el típico error de creer que está sobreentendido:

Artículo 236 de la Constitución: Son atribuciones y obligaciones del Presidente o Presidenta de la República:

1. Cumplir y hacer cumplir esta Constitución y la ley. ¿Si no cumple la Constitución está fallando en su trabajo? Si.

 

2. Dirigir la acción del Gobierno. ¿Si el gobierno no es eficiente es culpa de él/ella? Si. (Salvar a la Patria pasa por obedecer a la Constitución y cumplir con el fin para el que fue “contratado” –electo.

3. Nombrar y remover al Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva; nombrar y remover los Ministros o Ministras. ¿Si el Ministro/a es corrupto e ineficiente el presidente es cómplice? Si.

4. Dirigir las relaciones exteriores de la República y celebrar y ratificar los tratados, convenios o acuerdos internacionales. ¿Es responsable de todos los convenios buenos y malos que se celebran? Si.

5. Dirigir la Fuerza Armada Nacional en su carácter de Comandante en Jefe, ejercer la suprema autoridad jerárquica de ella y fijar su contingente. ¿Es responsable del buen funcionamiento de las FFAANN? Si.

6. Ejercer el mando supremo de la Fuerza Armada Nacional, promover sus oficiales a partir del grado de coronel o coronela o capitán o capitana de navío, y nombrarlos o nombrarlas para los cargos que les son privativos.  ¿Es responsable de los ascensos? Si. ¿Puede manipular a las FFAANN por esta razón? Si.

8. Dictar, previa autorización por una ley habilitante, decretos con fuerza de ley. ¿Entonces puede dictar leyes para atender situaciones muy importantes y para corregir desvíos en nuestro ordenamiento? Si.  ¿Y sería el único responsable de las leyes dictadas por él/ella? Si.

9. Convocar la Asamblea Nacional a sesiones extraordinarias. ¿Puede solicitar al gran cuerpo de la Asamblea a trabajar con él en leyes necesarias para la República, convocando a todos los diputados elegidos popularmente para que las leyes sean expresión de todos los sectores en real acuerdo? Si. ¿Lo ha hecho algún presidente desde 1999? No.

10. Reglamentar total o parcialmente las leyes, sin alterar su espíritu, propósito y razón. ¿Puede entonces precisar el alcance de una ley para darle mayor efectividad? Si.

11. Administrar la Hacienda Pública Nacional. ¿Es responsable del gasto público entonces? Si. ¿Y si se roban el dinero también es responsable? Si.

12. Negociar los empréstitos nacionales. ¿También es el responsable de las deudas? Si.

13. Decretar créditos adicionales al Presupuesto, previa autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada. ¿Y puede pedir más plata si le falta en el camino? Si.

15. Designar, previa autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada, al Procurador o Procuradora General de la República y a los jefes o jefas de las misiones diplomáticas permanentes. ¿También es responsable de las misiones diplomáticas afuera? Si.

16. Nombrar y remover a aquellos funcionarios o aquellas funcionarias cuya designación le atribuyen esta Constitución y la ley. ¿Si la gente alrededor no sirve y no la bota es porque así lo decide? Si.

17. Dirigir a la Asamblea Nacional, personalmente o por intermedio del Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, informes o mensajes especiales. ¿Puede comunicarse todo el tiempo con la Asamblea para saber bien cómo van las cosas o comunicarle sus ideas para que estén alineados? Si. Y no como partido político, sino como presidente a todos los diputados para escuchar y compartir todas las posiciones.

18. Formular el Plan Nacional de Desarrollo y dirigir su ejecución previa aprobación de la Asamblea Nacional. ¿Es decir que es responsable de para dónde vamos, cómo vamos y cómo enderezar la carga si algo va mal? Si. Exactamente. ¿Pero solo? No. Con todo el equipo, con la Asamblea, con los gobernadores y alcaldes.

19. Conceder indultos. ¿Puede liberar a aquéllos que han sido condenados injustamente? Si.

20. Fijar el número, organización y competencia de los ministerios y otros organismos de la Administración Pública Nacional, así como también la organización y funcionamiento del Consejo de Ministros, dentro de los principios y lineamientos señalados por la correspondiente ley orgánica. ¿El presidente/ta puede controlar cuántos ministerios hay y qué tienen que hacer para satisfacer las necesidades de la población? Si. ¿Y si no sirven puede modificarlos? Si.

22. Convocar referendos en los casos previstos en esta Constitución. ¿Puede promover cuando alguien no sirve que el pueblo vaya a referéndum revocatorio? Si. ¿Y puede consultarnos cuando quiera sobre leyes o propuestas? Si.

23. Convocar y presidir el Consejo de Defensa de la Nación. ¿Entonces tiene el control máximo sobre la seguridad de la República frente a amenazas extranjeras o internas? Si.

 

Entonces el presidente tiene todos los poderes para resolver la economía, seguridad y bienestar del Pueblo y es responsable por hacer uso u omisión de estas facultades –además de todo el dinero que ingresa por concepto de venta de petróleo-; no podemos pretender que no cumpla con las tareas asignadas por nuestra Constitución ni que evada responsabilidades frente a un equipo que puede remover, ampliar y que debe supervisar. Nosotros no podemos olvidar qué tiene como obligaciones y qué debe hacer con todo el poder conferido, además –teniendo todos los canales para hacerlo- puede gobernar completamente con, para, por y desde el Pueblo.

IZQUIERDA DEMOCRÁTICA EN EL S.XXI

Por: Nancy Arellano

Hablar de la izquierda es remontarnos a las luchas sociales por la reivindicación de las clases y sectores apartados de los beneficios de la sociedad mayoritaria y dominante. En el s.XIX se trataba de proletariado en plena revolución industrial, y buena parte del s.XX también obedeció a esta premisa, con el auge del capitalismo de mercados financieros.  Nadie pretende afirmar que el capitalismo ha cedido espacio completamente o que no lo ha hecho ¿Pero de qué se trata la lucha de la izquierda hoy día? ¿Cómo podemos entender a una izquierda existente en la sociedad globalizada? “Un fantasma recorre Europa” o quizás ¿“Un fantasma recorre al orbe”? Los mercados financieros han creado una gran burbuja –es cierto- pero Venezuela es un país privilegiado “donde sea nace una mata de mango” decía mi abuelo. Y así es. Podemos encontrar muchas bondades en este suelo patrio; entre ellas que nuestra economía es relativamente sencilla (en cuanto a estructura) y muy lucrativa (en tanto que devengamos renta petrolera a buen precio, por los momentos).

El hoy fallecido ideólogo y militante de la izquierda Domingo Alberto Rangel, en su libro “Hacia un Socialismo para el Siglo XXI” habla de la acción corruptora del poder en la izquierda. Cita el ejemplo soviético que “se vino abajo sin una lágrima” y cómo el modelo chino “se ha pervertido de manera tan completa que es casi una mezcla de burdel con buhonería”. Ni hablar de lo que opinaba del modelo venezolano, cuando señala que “en ningún país cabe ya un socialismo de jefe infalible, partido único, sociedad mediatizada y terror policial”.  Domingo Alberto –evidentemente- no era chavista, pero tampoco entraba en lo que conocemos como La Oposición.  Y si soy justa y coherente, debo señalar que en muchas cosas discrepo con el profesor Rangel, pero lo que sí apoyo es que la salida contempla un movimiento social, “un movimiento, no importa que sea pequeño, pero dotado de la lucidez, la agilidad y la audacia suficiente, puede convertir alguna vicisitud que estremezca a una sociedad subdesarrollada en intentona seria para captura de poder (…) dedicar –con paciencia- muchos años a la tarea de educar a sus afiliados en el manejo de la teoría política, de entrenarlos en el trabajo de masas, de aguzar sus instintos políticos para ubicar y cultivar las fuerzas sociales que serán decisivas(…)”  Si bien el Profesor Rangel seguía creyendo en una izquierda que se mantuviera al margen del juego democrático –quizás por la costumbre de quien tenía más de 60 años en lucha y vio corrompida a su generación- lo cierto es que se trata de un movimiento social.  Yo añadiría que socio-político.

Adentrándome en lo que quiero señalar, veo en el legado de las luchas sociales del siglo XX un camino para repasar desde la nueva izquierda; hay que comprender sus aciertos y sus desatinos. Muchos de ellos ideológicos –por extremistas y dogmáticos- y otros por exceso de pragmatismo –cuando bebieron de las mieles del poder-.  Una nueva generación de izquierda trasnacional y mediatizada –en el sentido del aprovechamiento de los medios de comunicación democratizados como internet; no sólo es necesaria, sino que es urgente. Pero no como reencarnaciones de viejas escuelas que creen que por usar twitter y Facebook están en las nuevas generaciones. Sino por la comprensión de la dinámica mundial y de que la lucha es obligatoria con las reglas del juego en el desenmascaro de las contradicciones de los nuevos sistemas de producción y en la creación de una sociedad multipolar sin botas ni fusil. Si un logro tuvo la izquierda fue la preeminencia de los derechos humanos, la apertura educativa, la exigencia –extendida- de la responsabilidad social –que no es una dádiva de las empresas, es una obligación y, sobre todo, que tenemos voz en los medios 2.0 sin censura de los poderes económicos. ¿Qué vamos a hacer con las nuevas herramientas? ¿Cómo podemos organizarnos en una sociedad como la actual? ¿Qué papel cumplen los partidos de izquierda? ¿Qué papel protagónico en la contraloría social? ¿Cómo vamos a hacernos escuchar en la elaboración de políticas públicas? ¿Qué generación formada en economía, política, filosofía e historia tenemos para hacer síntesis del proceso antagónico en la comprensión de la multidimensionalidad del hombre y las interrelaciones hipercomplejas de nuestra sociedad actual?

La izquierda democrática actual tiene mucho pendiente, y tiene una deuda importante que saldar: los logros a nivel formal deben cumplirse en la práctica y deben actualizarse. Basta de conformarnos con las palabras bonitas o los discursos incendiarios. El reto es ser parte del juego y exigir el cumplimiento por parte de los actores políticos que dicen apoyarnos y abrazarnos.  Eso si, que no me digan “Yo soy de izquierda” ni me pinten estrellitas rojas. Eficiencia y responsabilidad en obras con, para, por y desde el Pueblo.

@nancyarellano

http://www.nancyarellano.com