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Millennials y el reto de la interpretación creativa

Ya hay bastantes autores que señalan que la «creación», como invención absoluta, es cosa del ayer. Ya nada es creación o descubrimiento, así como Colón no descubrió América, sino que se tropezó con ella. La creación es cuestión de ego. La realidad es que todo es interpretación. Los Millennials sabemos esto, y lo asumimos con honradez intelectual. Para los religiosos el único creador es Dios. Para los agnósticos es una interrogante. Para los ateos la naturaleza -y sus fenómenos- ha creado todo, sin embargo aún seguimos sin explicarnos cuál es la causa primera. Pero, sinceramente, eso no nos preocupa realmente, porque el tema no es de pasado, sino de futuro. ¿Somos aún capaces de «interpretar» creativamente? A esto repondo que sí, en efecto. Y la urgencia de ello es que sólo la interpretación creativa permitirá la supervivencia del sistema.

millennials

Pero cómo podríamos sistematizar esta tarea, cómo podemos darle un sentido desde las diferentes profesiones, cómo viabilizar el entramado actual de intereses y trasnacionalismo económico, social e intelectual? A todas estas preguntas puede responderse se la misma manera.

Primero que nada hay que comprender dos factores que operan como base: la política y la economía. Dos hermanas gemelas que se disputan quién nació primero, yo particularmente creo que la pregunta es necia, al final sea el huevo o la gallina, ambas existen, coexisten y se requieren para continuar su ciclo vital y reproductivo. Hoy día yo añadiría una tercera hermana: la tecnología. Y con ella en mente, el poder y razón esencial de la concientización de la generación Y en su papel decisivo, tanto en la política como en la economía. Estamos en la era de la información y es por ello que los Millennials tienen la antorcha para hacer del sistema viable y sustentable. Vemos cómo influyen hombres y mujeres de Silicon Valley en la opinión general sobre asuntos no relacionados, por ejemplo la solidaridad con el terremoto en Chile, el matrimonio igualitario o la investigación sobre células madres. La información y el poder económico abrazan al poder político, pero no es menos cierto que los cambios en la Casa Blanca o un Papa latinoamericano, influyen en las percepciones y confianza en un país -o varios-

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Estamos ante la generación más abiertamente «opiniática» pero no siempre la mejor -en términos de calidad- informada. Estamos en la era de la información, y no por ello estamos mejor preparados para emitir opiniones. Internet es una bendición, pero también un espacio anárquico. ¿Estoy hablando de censura? Jamás. Hablo del desarrollo de criterio, y éste viene de la mano de la formación. La urgencia es formarnos cada vez con mejores y mayores estándares; y exigir bases a todo lo banalmente argumentado.

Creo que el reto actual pasa por la interpretación creativa, por el foco y el estímulo a pensar creativamente. Pasa por aprender a medir con la vara correcta el peso de las palabras, de las afirmaciones, de las argumentaciones e inclinarnos a comprender la multipolaridad de todos los problemas. El tema político, el tema social y el tema económico. Recuerdo un profesor del colegio que nos decía que un científico que no sepa nada de humanidades es un ignorante y un humanista que no sepa de ciencias es un estúpido. Nadie alega con esto que tengamos que ser especialistas en todo, muy por el contrario se trata de tener la capacidad de discernir y sopesar correctamente las materias de especialidad, nuestra y de los demás. Para valorar, para comprender y para delegar o rechazar la improvisación que tanto daño hace a la sociedad, para dejar de subvalorar al otro o de pretender que podemos engañarlos. O pregunten a Volkswagen en estos días…

Si es cierto que somos una generación más consciente esperemos que tengamos además una conciencia creativa… para resolver los problemas que la lógica de masa que los boomers han dejado.

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LA HORMIGA OBRERA DEL NEOLIBERALISMO MUNDIAL (entrevista a Hernando De Soto) Reflexiones sobre el sistema capitalista.

Más allá de algunos juicios de valor de Sandro Cruz, creo interesante la perspectiva que brinda la entrevista sobre los puentes entre bandos de derecha, izquierda y centro en base a la realidad de los países. Dejo a ustedes las opiniones.
tomado de: http://www.voltairenet.org/article120090.html
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Hernando de Soto economista peruano, estudió la primaria y secundaria en Suiza en un colegio anglo-americano. Su padre se encontraba en este país porque se había exiliado por razones políticas, encontrando trabajo en la OIT (Organización Internacional del Trabajo con sede en Ginebra). De Soto estudiará y vivirá más tarde en los EEUU en donde es recuperado por el movimiento neoliberal para que cumpla una misión en los paises en desarrollo muy importante para los intereses de estos ideólogos capitalistas neoliberales.


¿Es Ud. un pensador y defensor de la política neoliberal?

Entiendo por neoliberal la aplicación de proyectos de estabilización monetaria, de equilibrio fiscal, de privatizaciones macro-económicas y yo creo en eso. Podría ser un liberal atípico, porque también estoy influenciado por Marx y su discurso de clases sociales, por Adam Smith y otros más. Me intereso en los mercados ilegales (informales y negros) de los sectores pobres del Tercer Mundo. Tengo fe en la libertad, que ha permitido desarrollarnos. Estoy contra los gobiernos neoliberales que no respectan la democracia.
(Nota de la redacción: Hernando de Soto no sólo fue asesor económico del ex presidente peruano Alan García sino que también del dictador Fujimori actualmente fugado en Japón y buscado por la justicia.)

¿La mundialización es un producto del neoliberalismo?

Non. Comenzó hace mucho más. Yo por ejemplo, soy un producto de la mundialización. Tengo antepasados peruanos indios y españoles. La gente cree que la mundialización pertenece a un contexto neoliberal porque los últimos progresos tecnológicos han sido únicamente provechosos a las grandes compañías multinacionales. Verdadero o falso, bueno o malo, una cosa si es cierta, desde la caída del comunismo, los pobres del mundo han sido ignorados por el capitalismo.

¿Ignorados?….quiere decir explotados…

Si toma mi país el Perú, u otros como México, Filipinas o Egipto donde trabajo actualmente, verá que solo 10% de la población se siente tocada por la mundialización. ¡Los 90% restantes no participan! Porque para participar en el mundo capitalista hay que utilizar sus instrumentos de representación que son los pagarés, títulos, acciones, bonos, etc. a los cuales los pobres no pueden acceder. No poseen ni siquiera títulos de propiedad, sus empresas no son legales. 70% a 80% de los empleos se encuentran en el sector informal.

El comunismo predicaba un futuro mejor para la Humanidad y ha terminado en un caos. ¿Que le asegura que la mundialización que predica lo mismo no terminará igual?

Se corre un gran peligro si el proceso es exclusivo. Somos 6 mil millones de seres humanos en la Tierra. Mil millones de personas es la población de los países adelantados. Los 5 mil millones restantes pertenecen a los países en desarrollo trabajando en una economía informal. Si se ignora a ésta mayoría, es evidente que el sistema va hacia su destrucción. Cómo lo decía Marx en su critica al capitalismo del siglo XIX, si el sistema no hace participar a la mayoría, como es el caso en Europa y Estados Unidos hoy en día, efectivamente vamos hacia una catástrofe.

La Historia muestra que los países que han llegado a ser grandes potencias industriales, como Estados Unidos, Japón o Inglaterra -por citar algunos-, han protegido su mercado, el famoso proteccionismo. ¿Porqué los países pobres o en desarrollo no deben hacer la misma cosa?

Si la idea es proteger mercados para crear un empresariado popular competitivo, estaría dispuesto a estudiar el caso, aún más proclive a estudiarlo en un contexto de integración regional. Regresar al proteccionismo que conocimos antes, que era sólo un pretexto para que una cierta burguesía peruana o latinoamericana pueda cobrarnos al resto de nosotros, tres, cuatro o diez veces más del precio mundial por un producto tan sencillo como un automóvil o una escobilla de dientes, la respuesta es ¡no! Además, eso no ha permitido la industrialización del país, sino lo contrario y reducido los niveles de vida.

Estaría dispuesto a examinar a un nivel intelectual si los proteccionismos de antaño estaban verdaderamente justificados. A estudiar si no hubiese sido más rápido el desarrollo mismo de Inglaterra sin ese proteccionismo. No quiero de ninguna manera abrirle la puerta a las oligarquías latinoamericanas de los años treinta y noventa.

Ud. declaró que la gente marginalizada del sistema encontrará sus propias soluciones (la informalidad, mercado negro, etc.) a sus problemas. Dio el ejemplo de Europa en el siglo XIX donde los marginados del sistema inventaron el comunismo. Entonces, se puede afirmar que son las elites financieras mundiales y las potencias económicas las que han creado la mundialización?

Pensar que es el resultado de un acuerdo de multinacionales es un error. Más bien ésta esfera no comprende lo que está pasando, no saben en que dirección va el mundo. En el campo académico-político si hay personas que saben, que han asesorado el gobierno de Thatcher, de Reagan, Bush y el mismo Clinton. Gente que ve un mundo más entretejido, más interdependiente y prefieren eso a un aislamiento, tipo dictadura Pol-Pot o Hitleriana. No es, como sospecha mucha gente, parte de una conspiración por las elites financieras. La mundialización es el resultado de fuerzas incluso más poderosas que las multinacionales.

El hecho que nadie haya podido controlar los movimientos de capital, que se están universalizando. La gente mueve su dinero con gran facilidad y quien se cierra a eso está desprovisto de capital. La incapacidad de las fronteras a encapsular geográficamente a la gente, turcos en Alemania, una cantidad enorme de latinoamericanos en Estados Unidos. Ocurre que los sectores privados, con una mejor imagen financiada han sabido labrarse un mundo más beneficioso que la clase trabajadora, ¡eso sí!

Los anglo-sajones fundadores de los «think tanks» (centros de reflexión también llamados institutos) hacen la distinción entre los verdaderos «think tanks» que buscan una investigación política independiente, objetiva y los « advocacy tanks » que sólo difunden su pensamiento. ¿A qué categoría pertenece su think tank Instituto Libertad y Democracia?

Es una mezcla de «think tank» con gerencia de proyectos. No somos un «advocacy tank» porque hemos contribuido al análisis con cosas nuevas. The Economist hizó la guía de los buenos «think tanks» en el mundo y nos dio la segunda posición. La mayor parte de nuestra actividad se realiza en el campo con proyectos y la participación de 180 profesionales en todo el mundo, la implementación de proyectos no es típica de un «think tank» que en general son personas sentadas en un escritorio estudiando documentos. Pero también promovemos lo poco que publicamos y en es caso podemos ser un «advocacy tank».

¿Quiénes financian vuestro instituto ILD?

Son 14 financieras que apoyan al ILD (Instituto Libertad y Democracia) que van desde financiadoras sociales cristinas como la Konrad Adenauer, el PNUD organismo de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, la UECIAD y algunas financieras privadas. Lo que nos da esa imagen, -como insinúa su pregunta-, es que siempre hemos sido bien recibidos por los neo-conservadores.

¿Y eso por qué?

Al investigar el lado oscuro de la economía -el mercado negro, el sector informal-, hemos documentado de que manera funciona y es en el fondo una economía de mercado. Esto es muy placentero a los conservadores. Anteriormente había la idea de que era un mundo comunitario que no lograba insertarse dentro de un mundo socialmente estructurado. Muchas de nuestras propuestas no proponen una sociedad distinta sino una sociedad mejorada.

La mayor parte del capital financiero mundial trabaja en la especulación y no tiene relación con la economía real. ¿Qué le parece eso?

Lo especulativo, lo que se llama capital «golondrina» que entra y sale con gran facilidad de un país al otro, es peligroso. Y eso pasó en Chile. Cuando trabajamos en el gobierno peruano seguimos una política de no prestarle facilidades y cuando vino la última crisis latinoamericana, el Perú fue menos afectado que Chile por haberse protegido contra ese capital especulativo.

¿Existe una «Tercera Vía» a su punto de vista?

La «Tercera Vía» no la veo como una opción económica, sino como una opción política. El excelente trabajo de Anthony Giddens -su ideólogo- fue encontrar una forma política de compatibilizar un gobierno de izquierda con los instrumentos liberales que son los únicos aceptables mundialmente. Si en el tema económico no se puede hablar de una novedad, en el tema político ha hecho posible gobiernos que van desde Schroder al de Tony Blair y me parece muy razonable.

Puede el capitalismo dar soluciones a los grandes desafíos, incluso al enorme desempleo dentro de los países industrializados o ecológicos como el recalentamiento de la atmósfera?

El capitalista no ha dado respuesta a todo, pero es el que más respuestas eficientes ha dado hasta ahora. ¿Cuántos europeos occidentales han emigrado a Europa oriental? Una mínima cantidad. Las grandes migraciones de hoy son de países no capitalistas a países capitalistas y estos últimos están resolviendo bastante mejor sus problemas que cualquier otra alternativa.
(Nota de la redacción: hubiese sido más interesante escuchar al Sr. de Soto comparar los muchísimos países históricamente capitalistas de América Latina, Asia o África actualmente en ruinas o rezagados con los países industrializados de Europa. Es cierto que hay evidentes diferencias entre los países de Europa (Este-Oeste), pero estos países antiguamente socialistas como la ex-Checoslovaquía, Hungría, Polonia, por citar algunos, no conocen la miseria del Tercer Mundo y están atrapando muy rápido el standarde la Unión Europea donde una gran mayoría acaba de ingresar.)

Otra reflexión nos muestra que los países que tienen menor desempleo son los más capitalistas, como Suiza y los Estados Unidos. Países europeos con bastante desempleo como Francia y Alemania son los que tiene mayor cantidad de controles. En cuanto al medio ambiente, los desastres en lo que fue la Unión Soviética todavía no se dan en Occidente. El desarrollo sustentable es un objetivo digno de atención. Las primeras políticas del nuevo presidente Bush que parecen darle la espalda a lo ecológico van a cambiar a medida que ese gobierno se vaya topando con la realidad, y estos últimos días ya ha comenzado a cambiar.

La Organización Mundial del Comercio es muy criticada, ¿qué reproche le hace Ud.?

Es una organización manejada por los gobiernos miembros, cuando yo trabajé en lo que era el GATT, constaté que el Secretariado tenía muy poco que ver con la orientación de la organización. Los países en desarrollo siempre han gustado apoyarse sobre organizaciones secundarias, por eso se creó la UNCTAD. En eso estoy de acuerdo con algunos países africanos que expresan sus inquietudes a la mundialización, que un 80% del tercer mundo no entra a la economía global pero si tampoco puede entrar a la economía legal local! En ese sentido, efectivamente los acuerdos de l’OMC no abarcan todo y tiene que hacer mucho más, pero yo no sé si es la culpa de l’OMC o culpa de todos los países.

Libro: «El Misterio del Capital»
LA ÚLTIMA OBRA DE HERNANDO DE SOTO RECIBE ELOGIOS DE MARGARET THATCHER Y MILTON FRIEDMAN

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El libro «El Misterio del Capital» muy apreciado en los medios conservadores y liberales ha recibido elogios por parte de Margaret Thatcher y Milton Friedman.

¿Son los medios financieros y liberales los que apoyan sus publicaciones?

Los editores de mi último libro «El Misterio del Capital» Random House (Inglaterra) y Basic Books (USA), ninguno son de la corriente neoliberal. En Inglaterra, el libro fue lanzado por el «think tank» de Tony Blair -centro izquierda- y presentado por su asesor Jeff Mulgan. En Estados Unidos fueron conjuntamente un instituto de izquierda norteamericana llamado Broklyns y un instituto conservador The American Enterprises, quienes lo presentaron. No sólo lo avala Margaret Tatcher sino Bill Bradley, el candidato más izquierdista en las últimas elecciones norteamericanas. Mi primer libro, «El Otro Sendero» el 70% de las publicaciones fueron por editoriales de izquierdas.

¿Qué cosa lo inspiró a escribir y cómo decidió publicarlo?

Fueron las experiencias en el terreno en los diversos países que me inspiró. Tengo la suerte de trabajar con cinco jefes de Estado y tener un acceso a informarme y ver lo que piensa la gente. Había remarcado que en lo académico faltaban estudios que demostrasen la relación entre marginalidad y Derecho.

Ud. quiere legalizar la economía informal, dar títulos de propiedad a los pobres e integrarlos al capitalismo de mercado. Ud. da el ejemplo que en Europa cualquier propietario que busca capital lo puede obtener hipotecando su bien. En el Tercer Mundo hay gente con títulos de propiedad pero los bancos no aceptan este juego. ¿No cree qué es más compleja la situación?

El problema en si no es la hipoteca. Una parcela de tierra en el Perú, por ejemplo, ha sido titulada -en media- 22 veces. Hay la posibilidad que existan otros 21 títulos, y ésta es la razón del rechazo de los bancos. La inseguridad del sistema es tal que un banco peruano -según los estudios-, antes de otorgar las muy raras hipotecas, debe gastar 3200 dólares para investigar si el título es correcto o no. Queremos por tal motivo modificar el sistema de titulación. En el Tercer Mundo los títulos no faltan, lo que faltan son los buenos títulos.

¿Por qué el capitalismo triunfa en Occidente y fracasa en el resto del mundo?

Porque el sistema capitalista es un circuito legal, constituido de contratos, de representaciones estables que son la moneda y los títulos de propiedad. Estas reglas de juego solo tocan hoy día al 10% o 15% de la población del Tercer Mundo compuesta de cinco mil millones de seres humanos.

Muchas gracias

De nada y muchas gracias también por la entrevista.

Entre tiempos jurídicos, tiempos políticos y el cultivo de peces por @nancyarellano

 

“En el juicio del pasado ante el futuro,

las memorias contemporáneas son los testigos,

 la historia es el juez, y el fallo es casi siempre una iniquidad,

ya sea por la falsedad de las declaraciones,

por su ausencia o por la ignorancia del tribunal.

Afortunadamente, la convocatoria sigue abierta para siempre,

y la luz de nuevos siglos,

proyectada desde lejos sobre los siglos transcurridos,

denuncia los juicios tenebrosos”

 

 Luis A. Blanqui

 

Cuando hablamos de Blanqui, es imposible no traer a la Comuna de París a colación. Pero no caeremos en su análisis por la inutilidad que presenta frente a nuestro tiempo político, y es que el mismo Blanqui dice “El hecho consumado tiene una potencia irresistible. Es el destino mismo” así que hablaremos de lo que ocurre hoy, ahora, aquí: el presidente Chávez fue electo para gobernar como presidente y, por ahora, no está presente. ¿Poder popular? Pues hablemos como pueblo.

 

Intento separarme de cualquier afecto hacia una tendencia política, y busco, evitando tropezar con inconsistencias, hacer un análisis de cuál es el lugar exacto y momento preciso en el que nos encontramos. Advierto al lector que no se trata de qué hizo o dejó de hacer la burocracia estatal a lo largo del siglo XX o XXI, sino de cuál es el deber ser y con qué contamos.

 

Venezuela sufrió un cambio importante en el S. XX.  Con Gómez se inicia una tesis desarrollista de la nación. El fin del Estado es procurar “ordenar” las capacidades y “crear” instituciones que superen los personalismos caudillistas –pese a ser él  mismo el “Gendarme necesario” o el “loquero” imprescindible; pero se comprende que la coacción –el poder de las armas- debe estar en manos de hombres que defiendan un valor superior.  Básicamente, aunque de forma rudimentaria y con las limitaciones del Gral. Gómez y el momento, se “enseria” al país. Luego vino una serie de profundizaciones que pusieron nombre y apellido a las aspiraciones nacionales y se perfiló un proyecto lo más acabado posible, buscando que la Institucionalidad se fundamentara en La Constitución. ¿Esto se logró cabalmente?

 

La pregunta es válida. Y más que válida, necesaria.  A prácticamente 100 años de ese proyecto de “orden” y “desarrollo” del país hemos logrado avances, eso es innegable, sean de donde vengan las opiniones.  El llamado sistema puntofijista trajo consigo el camino de la democracia, desarrolló infraestructura y apertura cultural, insertó la idea de una industria y amplificó el espectro político nacional –con las consideraciones y errores de un país que empezó a “pensarse” en el siglo XX, y tan es así que llevó al poder a un hombre como Hugo Chávez, quien luego de un intento de Golpe de Estado –por la razones válidas o inválidas- hizo campaña electoral en 1998 prometiendo además destruir a la Constitución que le llevaría al poder, pues califica a ésta como el centro del sistema “decadente” de la llamada Cuarta República.

 

Lo interesante de analizar someramente estos cien años de vida republicana (1913-2013) es que encontramos una tesis asociada al poder como “política de reparto justo” y es que ésta ha sido la bandera esgrimida por todos los gobiernos hijos de todas las constituciones que, si somos sinceros,  han tenido como aspiraciones unas ideas de “justicia” y “equidad” más ligadas a un poder capaz de distribuir la riqueza nacional que a generarla, al menos eso nos indica la práctica. Insisto en que tenemos que reparar en más que los discursos o propaganda política, para juzgar con algo de sensatez intelectual.

 

Pero aún estamos lejos de ser el país potencia, la economía boyante o la sociedad armónica que nos imaginamos merecer, y es que el descalabro que en varios momentos hemos vivido, responde a una falta de conciencia política real, -pongo el calificativo de real porque no se trata de las “palabras bellas” ni de “bálsamos de sábila” hechos de frases.  Se trata de que los libritos llamado “constituciones” no son poemas para enamorar, son pactos que deben comprometer a nuestra sociedad para consolidar un terreno fecundo para la generación de riqueza social y económica.  Nuestro principal capital no puede ser el petróleo, debe ser el talento de los venezolanos, asumiendo al petróleo como nuestro principal producto apalancador de una diversificación que permita expandir nuestras capacidades humanas.   Calidad educativa, una terapia de “electrochoques” a la conciencia venezolanista, por tanto patriota. Educar en la escuela, la calle, la casa; educar a la administración pública, la empresa privada; educar por todos los medios, de todas la formas, a todos los actores para la convivencia democrática.

 

Los gobiernos tienen que hacerse responsables de los males hechos, pero sobre todo de las fallas de una perspectiva centrada en el desarrollo banal de las potencialidades de nuestro país. Así, se centraron en la creación de “obras” y rápidamente descuidaron las bases humanas de la Gran Obra.  Muchos olvidaron que los edificios no sirven a los edificios, sino que son para ser habitados y su utilidad dependerá del uso que hombres y mujeres den a las instalaciones; así, parques, plazas, liceos y universidades. Particularmente creo que esto se asocia con algo que dice J. S. Mill,  La regla es hacer responsable a un individuo del mal que hace a los otros; la excepción, comparativamente se entiende, hacerle responsable del mal que no les evitó.”  ¿Eficiencia o nada? Sí. ¿Pero es que acaso eso se logra con una oficina de supervisión? ¿Se logra en un escenario de polarización social y política?

 

El tema social no es agenda nueva, aunque su visibilidad actual es sin precedente, pero ha sido la palabra usada como sable por generaciones de “políticos” a lo largo y ancho del país. El problema deviene cuando la “agenda social” se centra únicamente en “dar” cosas. Y aclaro que digo “únicamente” porque ¡claro que hay que darlas!, pero también hay que pedir a cambio. ¿A qué me refiero? A que no se puede ser absolutamente materialista, como tampoco absurdamente espiritualista. No se admite ser absurdamente revolucionario, como tampoco inútilmente conservador. El tema está en combinar la innovación material que imponga la renovación espiritual. El cambio que se advierte como movilizador y transformador del caos para dar paso al cosmos.  Dar el pescado, enseñar a pescar y que ¡Pesquen! Y luego… ¡que inventen un nuevo modo de pescar! Pero además que pesquen… ¡cultiven peces!

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Volviendo a Mill, él decía que “La verdad, en los grandes intereses prácticos de la vida, es ante todo una cuestión de combinación y de conciliación de los extremos; pero muy pocos hombres gozan del suficiente talento e imparcialidad para hacer este acomodo de una manera más o menos correcta: en este caso será llevado a cabo por el procedimiento violento de una lucha entre combatientes que militan bajo banderas hostiles” Y es que el peligro de la hostilidad es que no permite el aprovechamiento de los recursos disponibles, del talento complementario, sino que procura la indiscriminada lógica de la arbitrariedad para prejuzgar las capacidades de compromiso, utilidad e inutilidad de los talentos, por no decir lo peor: de los hombres y mujeres que no son vistos como útiles, sino como utilizables…; Y es que el escenario polarizante de modo abstracto -y de la política de contraste sólo superficial- crea una tensión anímica suficiente para desgastar cualquier intento prescriptivo de revolución como sistema de mejoramiento social sostenible y sustentable, mata cualquier intento de vanguardia real. Pues trae consigo el efecto de imponer tiempos políticos útiles sólo como ejercicio desde el poder, y ésos no se imponen, surgen hacia el poder para transformarlo. Son estallidos producto del cansancio de los músculos tensados por un tiempo imprudencial; porque, volviendo a Blanqui, el hecho consumado es el destino. Y los antecedentes inmediatos colocan en el centro de la dinámica la necesidad de la generación de una vanguardia genuina que sea conciencia prospectiva, producto de ver la riqueza y pobreza del ayer y el hoy, una que no busque ser sistema sino “moscardón que despierte a Atenas”; no guiada tanto por las formalidades de un libro-receta que, lamentablemente, nunca ha estado en real uso. Y voy más allá, y es que los tiempos jurídicos los dictan los juristas, pero los políticos los dictan los pueblos.

 

«Fueron hombres de otro cuño

los que han hecho de Inglaterra lo que ha sido;

y hombres de otro cuño serán necesarios

 para prevenir su decadencia»

 

 J. S. Mill (Sobre la Libertad)

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La nueva torre de Babel está en curso por @nancyarellano

Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno,

y todos estos tienen un solo lenguaje;

y han comenzado la obra,

y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

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“Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda la que habla su compañero.” Y se crearon las lenguas, y se desunió el pueblo; dejaron de construir la Torre de Babel y abandonaron la Ciudad. Hay quien dice que esa torre es lo que hoy conocemos como el zigurat de Etemenanqui en la antigua Babilonia, pero quién sabrá la verdad sobre el hecho. Lo que sí podemos afirmar es que, en efecto, la lengua pareciese una de las cosas más importantes para hacer de un pueblo, pueblo. La lengua en ejercicio, es decir, la comunicación es el aglutinante por excelencia, porque viene a significar pasado, presente y futuro de una nación que comparte costumbres, historia y deseos: cultura y metas.

Nos reconocemos los unos a los otros como compañeros en la lucha por erigir una nueva torre de babel que, sin desafiar a Dios, quiere desafiar a las fuerzas dominantes en el orden mundial. Tenemos que hacerlo en nombre de la justicia, en acto justo frente a los dones que hemos recibido en tierra, mente y espíritu. ¿Podremos?

Es necesario luchar frontalmente contra los males de una sociedad llevada por la banalidad, cosa que va desde el show mediático hasta el ya mentado consumismo. Pero no me refiero al manido discurso contra “El Imperio” sino al simple hecho de empezar a acumular “cosas” por el simple gusto de llenar vacíos en nuestras vidas. Y hago esta aclaratoria porque la trampa del consumo abarca incluso el consumo irrestricto de “nociones” para llenar los vacíos intelectuales o sentido: identidad. Y peor aún creemos que la identidad se hace en el rechazo, en el contraste, y no en la unidad, en la construcción.

La perversión de este tipo de consumo es que es tan alienante como aquél del que tanto se hacen banderas en contra, el de esclavizarse con la compra de cosas. El tema aquí de mayor importancia es que el consumo enajenante de ideas, termina por escindir al individuo y resquebrajar a la sociedad de la que forma parte. Se pierden entonces criterios para distinguir la verdad vivida, experimentada, necesaria, de la verdad dada como cápsula –e incluso ajena, importada-.

Venezuela sigue siendo un país de “la periferia” como dijeran las teorías desarrollistas desde 1950 en adelante. Los países industrializados o de primer mundo, llevan la batuta del consumo mundial; mientras que la periferia, somos las economías  rezagadas desde la perspectiva tecnológica y organizativa; contamos con una heterogénea estructura productiva y nos centramos en productos primarios (petróleo, hierro, aluminio etc).  La tan mentada teoría “centroperiferia” atribuida al argentino Prebisch, que hizo ver que la relación entre las regiones disímiles (de los países poderosos y los demás) es una brecha creciente que tiende a ensancharse, pues aquéllos manejan nuestras economías al establecer los términos de intercambio del comercio internacional. Además de, por supuesto, procurar la situación de ser ellos la “demanda” (quienes compran) que controla los precios de la “oferta” (quienes venden) es decir nosotros.  En los años 70 se buscó entonces “afectar” ese orden de cosas con “la sustitución de importaciones” buscando procurar el desarrollo de una industria nacional, procesando nuestra materia prima y abasteciendo al mercado interno. Pero… los costos de implementar tales modelos sin la debida precisión, y precaución, se tradujo en intentar erigir la Torre de Babel para desafiar al cielo sin hablar la misma lengua entre nosotros. Así se cayó en la terrible década pérdida que, tras el Viernes Negro de 1983 para Venezuela, termina con las medidas económicas de 1989, vuelta a nuestra esquina “periférica” dependiente del FMI.

Desde hace algunos años el presidente Chávez vino hablando de que “Nuestro norte, es el sur” buscando reavivar la idea de que seamos nuestro propio centro y periferia, constituyendo un bloque y procurando hacernos de los ladrillos que erijan una nueva Torre de Babel. Si bien algunos proyectos ambiciosos se han mencionado con este fin, no es menos cierto que seguimos siendo la “oferta” del consumo directo de los países desarrollados; por un lado porque es del petróleo que se financian todos los proyectos nacionales y nuestros compradores son justamente los líderes de consumo mundial: China y EEUU. (los cuales tienen un negocio completo entre mano de obra barata el primero, patentes industriales el segundo; bonos del tesoro el primero sobre el segundo y mercado de consumo masivo el segundo que enriquece al primero) Conclusión: Ellos sí tienen “centroperiferia” mutua. (Si es bueno, malo, qué pasa con sus poblaciones, es algo que prefiero dejar por fuera; por razones varias). Por otro lado se esquiva la necesaria transferencia tecnológica necesaria para avanzar en tan ardua tarea y se elude la tarea urgente de diseñar modelos que promuevan la eficiencia en la ejecución de proyectos, simple lógica de castigo y premio a quienes entorpezcan o favorezcan la gestión de los recursos para los fines planteados.

El punto al que quiero llegar es que nuestro proyecto nacional de liberación cultural y económica, o proyecto nacionalista de independencia, soberanía, antiimperialismo etc… no puede ser posible a menos que comprendamos las ventajas comparativas que tenemos como nación y se tomen con manos firmes, colectivas, las medidas necesarias para ello. Desde nuestra ubicación geoestratégica, pasando por nuestros recursos naturales, siguiendo por el potencial turístico, y continuando por nuestra extensión territorial y unidad lingüística y cultural: hablamos la misma lengua y tenemos nuestra propia realidad civil y democrática.

No obstante tenemos una población pequeña, la mayoría dedicada a la burocracia estatal (1)  y no al campo productivo; más allá de discutir si la propiedad de los medios de producción debiera estar en manos del Estado de la forma que hoy está, lo cierto es que ese aparataje productivo adolece de tecnología que permita optimizar costos, procesos encauzados a la eficiencia y estándares de calidad que propendan a la exportación de productos terminados que se ubiques eficazmente en los mercados regionales y permitan hacer del Bolívar una moneda fuerte, más que en títulos. ¿Usted quiere que el dólar no sea un tema diario? Empiece por favorecer la diversificación de las exportaciones, para ello hay que trabajar.

¿Pero cuál es el problema? El problema es que nos hemos dedicado al consumo indiscriminado de las palabras, y no hemos digerido las ideas. Hemos deglutido ideas hambrientos de sentido y no hemos comprendido la responsabilidad común que implican.  Nos hemos embriagado de discursos y proclamas, y no hemos reparado en la sobriedad necesaria para llevarlas al campo de acción. Hemos visto que somos un país con menos del 10% de la población total del llamado “enemigo del norte” y nos hemos dedicado ha hablar distintas lenguas, enfrentados inútilmente, para “erigir” la Torre de Babel que ponga a temblar al que nos supera en 1000% de tamaño. Eso, sin hablar de China.

¿Acaso creemos que podemos fabricar suficientes ladrillos con un pueblo dividido? Sólo nos condenamos a terminar abandonando la ciudad, y dejando el zigurat a medio hacer… Empecemos por hablar venezolano.

Les invito a seguirme en twitter: @nancyarellano

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(1) Aclaro el punto de «Burocracia Estatal» como término extendido:  explico, la nómina estatal ocupa más de 2.558.131 personas (21,3% de la población ocupada) -digo más porque esa cifra es 2011 así que está ya un poco desactualizada). Ésa es la nómina directa. Ahora bien, si tomamos las cifras del INE para noviembre 2012 la población del sector formal es 7.313.064. Si pensamos cuánto representan esos 2.558.131 de los 7.313.064 tenemos que es el 35% (34,9%)…  Y eso considerando al sector formal cuyo concepto abarca a todo el que » labora en empresas que tienen cinco personas empleadas o más, tanto del sector público como del sector privado. También se incluye a los trabajadores por cuenta propia profesionales universitarios.»

Es decir, «trabajadores por cuenta propia» y «profesionales universitarios»…. ¿Para quién trabajan muchos de ellos? ¿Acaso no trabajan muchos para «empresas» que luego brindan servicios de «tercerización» para el Estado? … el petróleo es la gasolina de este carro…  (Por ejemplo: http://www.aporrea.org/oposicion/a149932.html)

La «economía privada» es una economía satelital de la economía estatal, por lo cual, finalmente se forma parte de la «burocracia estatal» (por ejemplo, el caso de las proveedoras de PDVSA que caían en mora cuando la estatal no pagaba a tiempo, esto impacto en 2009 -si mal no recuerdo- en el caso de las cartas de crédito de la banca privada, las empresas adolecen del mismo problema que un ministerio o instituto del estado (si no le han bajado recursos, se complica la cosa).  De hecho sería interesante analizar como se han «burocratizado» sectores como la educación universitaria, la banca privada, e incluso las empresas mixtas.  (Jerarquías verticales, procedimientos largos e ineficientes, cuotas de poder por escalafones etc)

Quizá no apunté a precisar los términos de la burocracia estatal medular y la satelital; pero ésta en conjunto supera a la mitad de la población ocupada en el sector formal, creo que eso es innegable…  ya que el 95,42% de los ingresos totales del país (fuente BCV 2012) son producto del petróleo (empresa estatal). Es decir, la economía viene «movida» por el Estado; los demás están sujetos satelitalmente al aparato burocrático para poder percibir de ese ingreso, ya que «propiamente» no lo producen. Y digo «producen» porque «ganan dinero» pero no «generan riqueza». Las empresas satelitales empiezan a «crecer» burocráticamente,incluso contratando personal que atienda a la burocracia estatal (caso de departamentos de licitaciones, encargados de «finanzas» dedicados a Cadivi, Sitme, o departamentos de cobranzas abocados a las gestiones con las estatales)… papeles, papeles y más papeles…