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#Proposición: Diagrama Político para el Siglo XXI

Hablar del espectro político nos conduce casi siempre a:

  1. La división clásica de derecha vs izquierda: en el sentido de intervención del Estado en la economía. O tamaño del Estado inclusive.
  2. El diagrama de Nolan que considera las libertades económicas y sociopolíticas como consecuencia de la intervención estatal.

Algunos críticos dicen que el diagrama tiene un sesgo libertario. Veamos el diagrama:

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Diagrama de Nolan (1969)

En pleno siglo XXI es indudable que hay cambios que se han sucedido, muchos sin poder ser advertidos. En lo particular me obsesiona la vigencia del Estado como ente rector de la «vida política» y los nuevos fenómenos menos informes como el terrorismo: teocrático como el caso de ISIS o anómico/ amoral como el del paramilitarismo o los mercenarios terroristas.

Otro fenómeno es el post-capitalismo producto de la masificación tecnológica. En 1969 poco podía pensarse de los efectos que tendría la tecnología en la economía. La idea de que se cree un nuevo escenario de relaciones sociales a partir de un ordenador/computador era impensable. ¿Cómo afecta esto nuestra relación con el Estado? ¿Cómo influye en la idea de izquierda y derecha? ¿Cuál es el papel de la innovación en este sentido? ¿Cuándo una propuesta destruye la noción de Estado? ¿Dónde están los límites donde peligra el Estado como ente rector de la tolerancia?

Entendiendo que la «tolerancia» como espacio de realización de la diferencia es crucial en el siglo XXI para salvaguardar a la democracia y orbita en torno a los Derechos Humanos.

Mi propuesta, aún en construcción, es la siguiente:

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  1. En el centro (utópico) encontramos al equilibrio perfecto entre derecha e izquierda, conservadurismo  y liberalismo moral en respeto absoluto a los Derechos Humanos de 1, 2, 3 e incluso 4ta generación. Es utópico porque tendríamos que lograr la armonía social perfecta y discrecionalidad respetuosa. Para que ello ocurra tendrían que estar zanjadas las diferencias sociales de clase, debería haber pleno empleo o capacidades productivas y un control extendido sobre la Agenda Pública. Tolerancia perfecta.
  2. Luego vemos derecha o izquierda:  Mientras más Estado nos acercamos a la noción de izquierda y mientras menos Estado a la noción de derecha: lo público (Bien Común por masificación: la masa sobre el individuo) y lo privado (Bien Común por agregados: individuo sobre la masa). Cuando la intervención estatal  de Izquierda es absoluta y el Estado toma todo en la sociedad los límites entre Estado y Sociedad se desvanecen para dar paso a la utopía comunista. Cuando la privatización es absoluta, el Estado pierde poder sobre el individuo y se destruye dando paso a la anarquía. En ambos supuestos se busca el bien común pero prescriben métodos distintos. La izquierda presupone que el Estado debe ampliarse para reglar la dinámica social, zanjando diferencias, y procurar la solidaridad. La derecha cree que el estado debe replegarse para permitir que los individuos actúen por solidaridad y arreglo de intereses, sin causar distorsiones.
  3. La concepción de conservadurismo deriva de la noción de «autoridad moral» (llámese Vaticano, Pastor, Rabino o Imán etc. Quien ejerce un «poder moral» sobre la sociedad y regla la conducta de la masa. En los liberales entiendo la ausencia de tal noción moral-autoritaria para dar paso a una ética personal frente al «mores» (moralidad).  Se trata de la conducta racionalizada frente a la conducta aprendida.  Cuando se recae en el extremo hablamos de amoralidad y por tanto no se acata ningún tipo de racionalidad: conducta hedonista. En el otro extremo está la discresionalidad de la autoridad divina, conducta absolutista. Ambas destruyen al Estado como espacio de tolerancia. En este sentido se cae en la ausencia de Estado. Sea de Derecha o de Izquierda.
  4. Si la autoridad moral o la amoralidad reina el resultado cae en la destrucción del Estado, se pierde por noción básica el monopolio de la fuerza coactiva y se cae en las formas de terrorismo: teocrático (absolutismo) o anómico (caos).
  5. Si la derecha es absoluta entonces caemos en una anarquía que impone una ética social equilibrada, pero destruye al Estado como garante; y si se cae en la izquierda absoluta se destruye igualmente al Estado en el nombre de una ética social equilibrada.  Ambas armonías se consideran utópicas.
  6. El circulo grande es la existencia del Estado como rector de la dinámica social y vigilante del respeto a los derechos humanos. Cuando nos salimos por combinación de ejes del círculo el Estado en función de 1) monopolio de la fuerza coactiva 2)protector de la imposición de cúpulas de poder 3) actor de mediación y tolerancia se ve en peligro. Mientas más me alejo del circulo más peligro se advierte.

 

 

 

 

#SeguiremosPensando

 

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Millennials y el reto de la interpretación creativa

Ya hay bastantes autores que señalan que la «creación», como invención absoluta, es cosa del ayer. Ya nada es creación o descubrimiento, así como Colón no descubrió América, sino que se tropezó con ella. La creación es cuestión de ego. La realidad es que todo es interpretación. Los Millennials sabemos esto, y lo asumimos con honradez intelectual. Para los religiosos el único creador es Dios. Para los agnósticos es una interrogante. Para los ateos la naturaleza -y sus fenómenos- ha creado todo, sin embargo aún seguimos sin explicarnos cuál es la causa primera. Pero, sinceramente, eso no nos preocupa realmente, porque el tema no es de pasado, sino de futuro. ¿Somos aún capaces de «interpretar» creativamente? A esto repondo que sí, en efecto. Y la urgencia de ello es que sólo la interpretación creativa permitirá la supervivencia del sistema.

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Pero cómo podríamos sistematizar esta tarea, cómo podemos darle un sentido desde las diferentes profesiones, cómo viabilizar el entramado actual de intereses y trasnacionalismo económico, social e intelectual? A todas estas preguntas puede responderse se la misma manera.

Primero que nada hay que comprender dos factores que operan como base: la política y la economía. Dos hermanas gemelas que se disputan quién nació primero, yo particularmente creo que la pregunta es necia, al final sea el huevo o la gallina, ambas existen, coexisten y se requieren para continuar su ciclo vital y reproductivo. Hoy día yo añadiría una tercera hermana: la tecnología. Y con ella en mente, el poder y razón esencial de la concientización de la generación Y en su papel decisivo, tanto en la política como en la economía. Estamos en la era de la información y es por ello que los Millennials tienen la antorcha para hacer del sistema viable y sustentable. Vemos cómo influyen hombres y mujeres de Silicon Valley en la opinión general sobre asuntos no relacionados, por ejemplo la solidaridad con el terremoto en Chile, el matrimonio igualitario o la investigación sobre células madres. La información y el poder económico abrazan al poder político, pero no es menos cierto que los cambios en la Casa Blanca o un Papa latinoamericano, influyen en las percepciones y confianza en un país -o varios-

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Estamos ante la generación más abiertamente «opiniática» pero no siempre la mejor -en términos de calidad- informada. Estamos en la era de la información, y no por ello estamos mejor preparados para emitir opiniones. Internet es una bendición, pero también un espacio anárquico. ¿Estoy hablando de censura? Jamás. Hablo del desarrollo de criterio, y éste viene de la mano de la formación. La urgencia es formarnos cada vez con mejores y mayores estándares; y exigir bases a todo lo banalmente argumentado.

Creo que el reto actual pasa por la interpretación creativa, por el foco y el estímulo a pensar creativamente. Pasa por aprender a medir con la vara correcta el peso de las palabras, de las afirmaciones, de las argumentaciones e inclinarnos a comprender la multipolaridad de todos los problemas. El tema político, el tema social y el tema económico. Recuerdo un profesor del colegio que nos decía que un científico que no sepa nada de humanidades es un ignorante y un humanista que no sepa de ciencias es un estúpido. Nadie alega con esto que tengamos que ser especialistas en todo, muy por el contrario se trata de tener la capacidad de discernir y sopesar correctamente las materias de especialidad, nuestra y de los demás. Para valorar, para comprender y para delegar o rechazar la improvisación que tanto daño hace a la sociedad, para dejar de subvalorar al otro o de pretender que podemos engañarlos. O pregunten a Volkswagen en estos días…

Si es cierto que somos una generación más consciente esperemos que tengamos además una conciencia creativa… para resolver los problemas que la lógica de masa que los boomers han dejado.

Sea serio, de una buena vez por @nancyarellano

Recientemente reparé en el estudio de las crisis económicas latinoamericanas: Chile 1982, México 1994, Argentina 2001. Me encontré con la misma razón en todas: un Estado irresponsable que quiso ser el todo omniabarcante y decidieron destruir a sus países.
Hoy Chile ostenta una economía nada despreciable, México también y Argentina… bueno, Argentina parece no haber aprendido aún la lección de los ochenta y menos la de los noventa. Así que tendremos que ver en qué para su historia económico-política.
El tema que nos ocupa es Venezuela. Veo con profunda preocupación que muchos de los causales de las crisis de aquellos países están presente en nuestro país: alto gasto público sin control del destino de los fondos, control cambiario que mantiene una moneda sobrevaluada, baja diversificación de las exportaciones, burocracia acrecentada, baja producción del aparato industrial, alta dependencia de las importaciones, poco estímulo a la Inversión Extranjera Directa (IED), alto endeudamiento del Estado y poca claridad en la planificación de las finanzas estatales etc etc etc. Los casos de corrupción de denunciados proliferan en páginas pro-gobierno y pro-oposición; la afrenta estéril entre grupos (porque ya ni siquiera son partidos) está cada vez pareciendo más tonta dado que, al menos los problemas en materia económica, no distinguen entre colores de camisas o plegarias por la salud del presidente electo.
El asunto ya no es quién tiene, quiere, desea, sueña o vislumbra el poder. El tema ahora subyace, al menos para esta humilde venezolana, en cómo logramos ordenar nuestra vida nacional para que el fantasma que recorre Latinoamérica – que no es el socialismo del S. XXI- sino la crisis económica, no nos agarre y nos lance de una contracción a una depresión.
Para ello lo primero que deberíamos terminar de comprender, y en esto espero algo de sensatez en los personeros de gobierno y en las bancadas de oposición, es que no es posible, y China es la muestra más clara y defectuosa, olvidarse de las tendencias del comercio internacional y de los mercados internacionales, si queremos que nuestra economía ostente el blindaje suficiente que nos proteja de la bendita «mano invisible» y los ciclos económicos, que tanto han dicho que es la perversión capitalista.
El Estado puede querer ser todo lo socialista que quiera ser, puede querer dar todas las misiones que quiera dar, pero ambas intenciones requieren de dinero, sí, capital,para poder cumplir sus intenciones. Más aún, requiere capital y trabajo. Y con capital y trabajo, viene también que se requiere un mercado, donde haya gente que pague por ese «trabajo» (sean productos terminados, materias etc) entonces se necesita algo más que bellas intenciones y pensar que el Estado tiene una chequera ilimitada. Porque los precios del petróleo cambian y «solo de petróleo no vive el hombre»; ningún hombre.
Mentir en el presupuesto de la nación no trajo más que decepciones; calcularon la moneda a 4,30 para luego mostrarse improvisados y devaluar; calculan el precio del crudo muy por debajo para luego tener recursos adicionales; pero luego plantean un gasto público también por debajo para mostrar… Que no tenemos idea del gasto real.
La inflación actual es una cifra indeterminada. El gobierno es responsable del 40% de las importaciones actuales. Controla buena parte de la industria nacional, de la banca nacional, y hasta controla cafeterías y fábricas de helado. ¿Y qué es lo que trae a casa las divisas que hagan nuestra moneda competitiva? El petróleo. Entonces tampoco el Bolivar fuerte logra ser fuerte. ¿Entonces cuál es la seriedad que distingue a esta administración?
Países como Chile y México lograron enfrentar sus crisis con cambios estructurales; no se trató del FMI o el Banco Mundial, se trató de diversificar sus exportaciones en cuanto a productos y, en el caso chileno, en cuanto a destinos. Aún les quedan muchos retos por afrontar a ambos países, el primero resolver un problema de liquidez de su mercado financiero y al segundo lograr diversificar el destino de sus exportaciones para que no les alcance, como en 2008, la crisis financiera norteamericana de forma tan sentida.
Pero Venezuela, que es el país del cual debemos preocuparnos con la urgencia que impone el ser venezolanos, tiene poco espacio de maniobra si no reparamos en el daño que la política de nombres, terquedad y soberbia, hace a nuestra capacidad productiva y posibilidades de desarrollo. En dos palabras, la consecución de estabilidad y sostenibilidad económica y, en tanto, de progreso social. No hay fórmula discursiva que contenga la devaluación monetaria, no hay eslogan que nos haga productivos, no hay grito de guerra que nos haga competitivos, no hay «tiempos de Dios» que corrijan el déficit fiscal o la corrupción.
Son necesarias fórmulas de corrección estructural, planificación sistemática y claridad política; todo producto de un la pacto inter-sectorial y socio-politico.
No se trata de gorras, boinas, o misterios médicos. Entiendo que haya pasiones políticas, pero con eso no lograremos hacer de la segunda década del siglo XXI una etapa de corrección para el desarrollo del país. Agota la teatralidad política y perdernos entre la discrecionalidad gobiernera y los lugares comunes en la Asamblea. Sea serio, de una buena vez Sr. Político. (Señor, señora, señorito, señorita…) pero séanlo, seguimos a la espera.

……..

Aclaratoria: El estado omniabarcante puede serlo hasta negativamente, por omisión… (Es como la libertad negativa y positiva de Isaias Berlin) porque se trata de que el estado se abstiene de la obligación que estaba pactada en el modelo de Estado planteado constitucionalmente ( la reforma de los 70 es un tema militar supraconstitucional y la reforma formal es de 1994 para argentina).

En todos esos casos se da un cambio abrupto e inconsulto de modelo productivo. No creen que el Estado se arrogó la soberanía? Pinochet con su chicago boys o los «democratas» argentinos? Y hasta en ese caso el no participar en determinados asuntos es una decisión por tanto una acción, de inacción que también tiene reflejo en la vida social…. Así es el caso de la des regulación bancaria por ejemplo… O darle el poder a las recetas de Washington…
En Venezuela cuando Gómez (más allá de si era o no la única posibilidad y de que éste era un dictador) entrega a las petroleras la posibilidad de hacer su propia ley; no estaba Gómez agarrándose la soberanía para si? Su inacción al respecto y ceder esa competencia no era un poder supremo que le era otorgado por ser omniabarcante hasta para ceder el lugar?
Así entiendo de dos modos la capacidad del Estado cuando actúa -el gobierno- como soberano absoluto: en positivo al participar en todo o en negativo al decidir quién participa en qué y «delega» responsabilidad.

Prosperidad y Realismo Económico (Comentarios Latinoamericanos para una Economía Socializada)

Creí el fuego de mi vida apagado
y removí la ceniza…
Me quemé la mano

Antonio Machado.

Nada acaba hasta que lo olvidamos.
Problemas: siempre.
Conformismo: nunca.
Mientras pensemos en el mundo
hay esperanza
El día que no señalemos qué está mal
o estamos en dictadura
o estamos muertos: es lo mismo ¿no?

Nancy Arellano

Hace unos días publiqué un video de TED sobre una charla de Tin Jackson, creo trae a colación muchos temas.

«Prosperidad con esperanza» Jackson cuestiona el modelo económico actual haciendo ver que nos consumimos en un modelo materialista y que los espacios que nos permiten remitirnos a lo humano se ven desplazados, finalmente, por un modelo que nos ahoga en su rapidez, innovación y atrofia social; en el sentido de superponer el individualismo al colectivismo.

«Hemos cambiado nuestra prosperidad socavándola por lo económico» Lo económico, reconoce Jackson, es esencial; no podemos hablar de prosperidad sin poder cubrir las necesidades básicas. Pero ¿Hasta qué punto el mundo actual -en términos de consumo- está garantizando el futuro?

«Incremento de las emisiones de carbono, lo único que la ha detenido es la recesión.» Jackson hace énfasis en el impacto ambiental. De aquí que «la recesión no es esperanzadora» a nivel económico lo sea a nivel ambiental. Básicamente porque ha disminuido la producción y con ello la polución del ambiente. No obstante se comprende que el camino no es la constricción económica, sino hallar un lugar, en medio del camino hacia la satisfacción de las necesidades básicas y creadas para garantizar el futuro.

Dilema del crecimiento: destrozando el planeta. El crecimiento económico no puede hacerse cueste lo que cueste. Aquí yo apuntaría que más allá de “Revisar las cifras”, se hace necesario revisar los medios. La «mano de obra barata» o la trasnacionalización de las empresas tienden a vertirse sobre un corpus de prácticas que, en aras de la reducción de costos, literalmente sostienen la pobreza en muchos lugares. Muchos alegarán la tendencia mundial, la estandarización de los beneficios laborales e incluso las mejores prácticas en términos de eficiencia; otros hasta podrían hablar de una movilidad social sin precedentes. Pero ¿Es acaso suficiente? ¿Es cónsono con la era de la información? En estos días leía SuperFreackonomics; y ciertamente este es el mejor momento en el que pudimos vivir, el impacto sobre la pobreza no tiene precedentes. La igualdad estandarizada, y hasta el impacto ambiental es discutible. ¿Pero es cónsono con toda la información y logros en materia de Derechos Humanos?

¿Qué tanta tecnología necesitamos para crecer? pregunta Jackson. Yo creo que toda la posible. Yo creo que el límite para la creación es un absurdo. Siempre necesitaremos crear, eso también es cónsono con lo humano. Crear es lo que el hombre ha hecho desde que tenemos registros. Lo que creo que es necesario poner sobre el tapete es ¿Cuáles son los problemas que motivan nuestra creación? En este sentido es que es interesante (a propósito de Super Freackonomics) el papel de las empresas como IV (Intellectual Ventures) que buscan crear soluciones a los problemas más apremiantes (desde los huracanes hasta el «calentamiento global») Lo que ellos llaman «soluciones baratas y simples». En este sentido es que apoyo completamente lo que Jackson comenta «una clase política que se sensibilice ante las necesidades» Pero el cambio de paradigmas para una innovación al servicio de todos no es tarea de todos. Y sé que quizá esto suene radical, pero es así desde que la democracia existe (y siempre, siempre ha de ser representativa). Lo importante sería repensarnos (al estilo de los japoneses) cómo por ejemplo la tecnología militar puede estar al servicio de estas soluciones (o sus presupuestos, en términos monetarios…) ¿O ud. se molestaría si el presupuesto militar de la nación va a destinarse para la «descontaminación ambiental»?

Jackson habla de que producimos «770 gramos de carbono en la actualidad» y la meta es 130grs. no soy especialista en el tema. Pero, más allá de si los niveles de carbono son o no el problema (insisto en que recientemente leí Super Freacknonomics y en éste hay un planteamiento «divergente» a lo planteado por Jackson o por Al Gore) lo que sí es un punto en el tapete es cómo hacer que las generaciones venideras puedan contar con los recursos para «prosperar».

Luego nos habla del «Flujo circular de la economía: papel de la inversión» y aquí es interesante el asunto. Jackson nos habla de que se «Estimula el crecimiento del consumo» y claro que se estimula! Medios de comunicación, afán de saber… ¡Hoy día contamos con la mayor democratización del conocimiento que haya existido! Y eso es…. ¡Magnífico! ¿Cómo podemos juzgar al ser humano por desear cosas? Evidentemente Jackson sabe de lo que habla y no se trata de frenar el materialismo. Se trata de ampliar el deseo y abrirlo hacia las cosas que van más allá de lo meramente material. Una frase espectacular: “Nos persuaden de gastar dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos, para crear impresiones efímeras en personas que no nos importan” Y sí, es cierto. Pero ¿quién tiene derecho a decir qué o qué no necesitamos? ¿Qué es la felicidad? La Novedad definida como «destrucción creativa» es una insensatez (pido disculpas al Sr jackson) pero es cierto. Hay un pasaje especialmente llamativo en el libro de Super Freackonomics en donde se habla de la cantidad de caballos que existían en New York a principios de siglo, y que el estiércol producido por éstos era tal, que se volvía una calamidad! O por ejemplo, el metano que producen las vacas con sus heces y gases (que es más contaminante que los automóviles)…. Hay muchas variables a considerar. La «destrucción creativa» no está ni en el consumo, ni en las empresas. A mi parecer empieza por la educación, y la falta de interdisciplinariedad de ésta. A propósito de ello, en otro libro recientemente tropezado «El Elemento» (de otro británico: Ken Robinson) se habla de la falta de creatividad que la educación garantiza; porque hay una «jerarquía de conocimientos» donde lo matemático y científico se superpone al humanismo. Las cosas no pueden cambiarse desde las empresas o los políticos, debe cambiarse desde las escuelas y las familias. Lo cuantitativo es lo que nos carcome… lo cualitativo es la carencia.

Jackson prosigue «Los seres humanos tienen inclinación por lo nuevo. Las cosas materiales funcionan como lenguaje. Códigos de éxito: status». Sí, claro que es así. La novedad siempre ha sido una ley, desde la religión que se ha ido reinventado con el paso de los años hasta la idea de Estado Nación. Siempre las estructuras han sido mutables y hay una razón simple e ineludible: la cultura es dinámica, la psique lo es. Y desde Stonehenge hasta el último modelo de la MacBook Pro son muestras de nuestra civilización. Y todo lo material, empezando por nuestro cuerpo es lenguaje (otro de esos textos que han estado «innovandome» es el Arte de la Fascinación de Sally Hogshead) donde se habla de cómo la risa funciona en los seres humanos, cómo transmite así sea por el teléfono, cambiando nuestro tono de voz y produciendo un efecto al otro lado de la línea. La fascinación pasa por todos los códigos de éxito, por la forma de caminar, de hablar, vestir, mirar. Y cada cosa, el color, textura, y forma de nuestra blusa habla de nosotros. Y pensar que el hecho de que lo material juegue un papel es nuestras vidas es asumir que somos seres seducidos por lo estético. La renuncia a lo estético, al arte de contemplar lo bello, definirlo y redefinirlo, sería renunciar al arte, a la ciencia y a la humanidad misma. ¿O acaso no es igual de «humano» (en esencia) un ingeniero informático que crea un sistema que brinda una solución a un problema práctico que un artista que descubre la perspectiva con el «esfumato»? Lo que quiero decir es que lo importante es una medida arbitraria, y ene este modelo económico-político-social tenemos la posibilidad de ser un gran número de arbitros. ¿Que hay quienes concentran el poder? Sí. ¿Pero cuál es la razón de ese poder? Para mi, lo que Hesíodo, sí el poeta heleno posterior a Homero, llamaba «Eris buena» es decir: la competitividad sana. ¿Quién era Steve Jobs, Warren Buffett, Bill Gates, o Thomas J. Watson antes de Apple, Berkshire Hathaway, Microsoft, o la primera de todas, IBM? Simples mortales con ua visión y un mundo donde no hay límites. Si tomáramos nombres de la antiguedad «famosos» veríamos que, desde Platón hasta el mismo Marx están apoyados en razones más allá de su ingenio! El primero por descendiente de los aristócratas y el último por ser financiado por Engels (quien era dueño de un «medio de producción» -entiéndase fábrica-de telas en Manchester -donde había proletarios por cierto y no eran socios-)

Peor volviendo al tema: Jackson señala que en la «Aspiración de poder consumir lo que queramos. Hemos expandido deuda y crédito». Sí, claro! El modelo económico actual plantea tener algo que incluso se llama «ganancias pasivas» es decir, invirtiendo en acciones de la bolsa o teniendo patentes de productos creados podemos ganar dinero «SIN TRABAJAR» (in situ, al momento) imagine la contrariedad que esto causa… supongamos además que una empresa desea «invertir» en investigación y desarrollo. Tiene una excelente idea, pero no posee capital. ¿No debería recurrir al crédito y deuda? Ahora pensemos en una persona que está trabajando, que se esmera en su trabajo y que obtendrá en diciembre sus utilidades. (ella invierte durante el año un tiempo preciado y obtiene parte de la paga total; hay un diferencial en lo que cobrará después) ¿No puede usar sus tarjetas de crédito para comprar hoy e ir pagando?

Usted dirá que mi argumento es simplista. Y sí, lo es. Pero la razón es la siguiente: el problema real está en cómo educamos a nuestra gente para manejar esa oferta de crédito, de deuda que hay en el mercado. El problema real es por qué incentivamos a la gente a querer cosas y no a querer poder tener esas cosas. Es un problema de enfoque que es no de las macroeconomía ni de la microeconomía sino de las finanzas personales, la psicología del consumo y de la autosuperación personal. Finalmente del acto no altruista sino «realista» de cómo percibimos la importancia de la labor del otro.

La «Deuda Privada aumenta y el ahorro cae (caso británico)» Cuando Jackson hace esta aseveración ciertamente se refiere a un problema clásico. Ahorro = Inversión. Si el ahorro cae los bancos tienen menos posibilidad de prestar a tasas competitivas dinero a las empresas para inversión (nuevamente en términos simplistas)pero hasta qué punto el ahorro es saludable. «¿Qué quiere hacer la gente en la crisis?» pregunta Jackson.»Pensar en el futuro. La gente quiere entonces ahorrar, pero ahorrar no se plantea como la solución. El ahorro desacelera la economía.» Responde él mismo. Y sí, es cierto parcialmente. Hay un grado de ahorro vital para cada núcleo familiar, para cada individuo. Pero hay un ahorro inútil para el individuo en tanto que no favorece a éste en términos de apalear la inflación internacional (ni hablemos de algunos casos latinoamericanos) ¿Y cuál podría ser la solución? Un camino medio, que equipare la inversión al ahorro directamente. Donde podamos involucrar a ese individuo en la gama de la «creatividad creativa» para invertir en esas empresas que crean; y obtener beneficios de ello. Democratiza la inversión minoritaria realmente. ¿Y dónde quedarían los bancos? Ese sí es un tema que involucra el «timing» en un mundo donde pasan miles y millones de transacciones por minuto. Creo que aún contando con menor ahorro personal y más capital empresarial podrían obtener jugosas ganancias que sus accionistas pueden invertir en otras empresas. Esto es lo que yo llamaría la «ECONOMÍA DE SOCIALIZADA» Una economía de redes. Es decir donde todos participen en diversas proporciones de los agentes económicos.

¿No le gustaría un mundo de más soluciones? Es muy fácil hablar de los problemas… difícil es pensar directamente en las soluciones posibles a partir de lo que ya tenemos.

No hay que cambiar al mundo: hay que entenderlo.

Ésa, al menos, es mi humilde opinión.