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Primer Round: Emociones en Piura y las pendientes desde Lima por @nancyarellano

Hace unos días escribí sobre la asimetría de la motivación política, como causa de la inacción/ ineficiencia estatal. Me explico, la asimetría queda establecida cuando:

 

a) la percepción de la agrupación A es que sus motivos o razones para actuar en el escenario político son por valores (digámosle Amor) y que las motivaciones de B para actuar son anti-valores (llamémosle Odio)

b) la percepción de la agrupación B es que sus motivos o razones para actuar en el escenario político son por valores (digámosle Amor) y que las motivaciones de A para actuar son anti-valores (llamémosle Odio)

 

Ambos piensan igual. Por esta razón se crea un escenario polarizante: A vs B. A y B no pueden negociar, conciliar, entenderse porque anulan los argumentos del contrario, al dar por sentado que las motivaciones del otro son antivalores y entrar en choque; por tanto sólo su opción política y sus argumentos, son los válidos al perseguir fines virtuosos.

 

Este escenario se está dando actualmente en varios países, desde Estados Unidos a España, pasando por Oriente Medio y sin dejar de lado a Venezuela o, incluso, Perú. Es lo que llamo el escenario post-muro de Berlín o de la ausencia de enemigo externo. Hemos visto una segunda vuelta, nuevamente, polarizada: fujimoristas vs ppkausas.

 

Para los fujimoristas ellos son la única opción virtuosa, están guiados por «amor» al pobre, al «Perú profundo» que han visitado los últimos 6 años, apuestan por los pequeños motores económicos (PyMes), la inclusión de sectores marginados, por salvaguardar la vida de los peruanos (entiéndase acabar con la delincuencia), establecer un Estado fuerte, presente y arbitral. La visión estandarizada, por mediática, del fujimorismo sobre Peruanos por el Kambio es que son oportunistas, «vende patria», entreguistas, lobbystas, sin real apego a la peruanidad rezagada, apuestan a las grandes corporaciones y, por tanto, son elitescos y aprovechados, estableciendo una mafia al poder.

 

Por su parte, Peruanos por el Kambio, apelan a ser los verdaderos representantes del «amor» al Perú, son los meritocráticos, conciliadores, configurados desde la diversidad política que ha trabajado por la inclusión de todos los sectores desde los inicios, y recuperación, de la democracia en el Perú; y comprenden el lazo de la contemporaneidad entre lo público y lo privado como solventador de la vida social, buscan un Estado honesto, eficiente y justo. Para ellos, a nivel mediático, los fujimoristas son los autocráticos, los insolventes moralmente, los obsesos con el poder por el poder, que entregan el país a las fuerzas oscuras y concentran la acción estatal de forma populista para quedarse eternamente allí y establecer una mafia al poder.

 

Al calor del debate del domingo vimos la polarización hacer gala; y si bien es cierto que es un show útil para las conversaciones de calle o medios, incluso creo que algunos hacen catarsis con esto; no es productivo para una democracia del siglo XXI con tantos pendientes y con tanta necesidad de fuerzas en concurso.

 

En resumen diría que vimos un PPK serio, racional, parco y mesurado que se mantuvo monótono casi todo el tiempo, pese a que toda su exposición fue sin lectura; y tuvimos a una Keiko Fujimori voluble en el tono, emotiva en la lectura y de reacciones calculadas. Me llama la atención que PPK dejó de lado su matiz irónico y risueño frente a la ofensa y optó por verse casi, impasible, contraatacando con un mal uso del timing; frente a una Keiko que mimetizó la cadencia de Veronika Mendoza al responder los ataques, siendo visual, emotiva, defensiva y de contraataque inmediato aunque acartonado.

 

Si tuviésemos que hablar de una proporción diría que el 97% de la percepción política es emocional, frente a un 3% de racionalidad pura. El politizado, partidario o no, 43%, ya tiene un equipo al que pertenecer y sólo se «pondrá la camiseta», ése ya tiene emociones claras por cada opción política, sea como el «mal absoluto», «mal menor», «voto crítico» o en apoyo pleno y positivo; tiene su voto claro y lo ejerció en primera vuelta, con algunos pequeños matices que no discutiré ahorita.

Pero si hablamos del común denominador, ese 97% de la población, no repara tanto en el fondo del discurso (racionalidad de la política pública planteada) como en la «sensación» que transmite y cómo roza o golpea en sus emociones, entendiendo que las emociones son producto de los valores culturales, los valores y experiencia personal e íntima: miedos y aspiraciones. Por ello quien logre abanderar suficientes emociones y además capitalice el amor/placer como emoción, transmitirla efectivamente, capturará más votos. Pero, en líneas generales, no fue lo que vimos. Hubo emociones pero no se cerró el círculo.

 

¿Qué emociones tocaron?

 

Se puede decir que en cuanto a cantidad de emociones, PPK logró abarcar más. En su discurso logró tocar el Desprecio y el Asco, la tristeza y el miedo. Los dos primeros producto del recuerdo del fujimorismo de los 90 y sus efectos sobre la democracia peruana y el asco frente a la corrupción desmesurada que arrebató 6.000 millones del erario público. La corrupción tiene un efecto: la desconfianza, lo que capitaliza la abstención. Y PPK alude al tema cuando señala «La gente están frustrada, por eso hay un voto de protesta». Cuando habló del agua, de la educación y del rezago de gran parte del Perú (8.000.000 de personas) buscó aludir a la tristeza. Por último debemos decir que pretendió aludir al miedo, cuando hizo referencia a la amenaza de un narcoestado y buscó asociar esta amenaza al alce de la delincuencia en el territorio; asociando narcotráfico, corrupción e ineficiencia estatal. Pero, no logró cerrar con el placer/ amor. No logró hacer creer, que todo el sentimiento producido por la realidad dibujada «puede cambiar y cambiará», no lo logró pese a tocar historias familiares, porque fue parco; no lo logró pese a citar a su madre, porque lo hizo sin énfasis. PPK no logró hacernos hijos a todos de los inmigrantes que «eligieron al Perú» por un acto de soberana voluntad y amor. No enarboló las banderas lo suficientemente alto para que se avizorara desde cualquier lugar del territorio.

 

El placer/amor es una recordación de lo positivo, íntimo y cercano: lo deseado conscientemente. Logra hacernos creer que revivimos esa buena experiencia y que nuestro candidato es capaz de saber qué nos gusta y qué queremos disfrutar en la vida. El placer como emoción, toca lo instintivo por rectilíneo (al sentir un espacio seguro) y lo límbico (emotivo) al producir satisfacción; esto ocurre cuando activamos la amigdala, como centro de operaciones que controla la respuesta emocional, siempre y cuando estimulemos con los disparadores correctos a los grupos específicos, es decir, los que están ávidos de tal sensación. El efectismo de una campaña puede disiparse o apuntalarse cuando cuidamos los disparadores en función de un conocimiento no de la realidad como resultado de metas estatales, sino de la realidad como sumatoria de pequeñas realidades emocionales: humanas.

 

Por su parte, Keiko tocó un menor registro de emociones pero aludió a dos altamente potentes: miedo y sorpresa. El primero devino del tema injusticia, pobreza y rezago social, colocando a PPK en el papel de entreguista, elitesco y capaz de conculcar los derechos laborales de los ciudadanos para favorecer a las grandes empresas. Además sacó a colación, sin que fuera parte del temario, la inseguridad. Y usó la sorpresa, como evento no creado por la campaña, al citar los eventos recientes de los 11 muertos en 11 días. Buscó entonces posicionarse como quien tiene la mano firme, decisión política y equipo para enfrentar el peligro de perder la vida. ¿Por qué este miedo primario es potente? porque alude al cerebro reptil, son emociones básicas e instintivas: salvaguardar la vida es una reacción, por tanto un disparador del voto contundente y sólo superable por el placer/amor; emoción que quedó sin participación en el debate.

 

En mi opinión el segundo debate debería enfocarse en la combinación que logre disparar el placer/amor, como cierre del círculo de emociones a los que aludan los candidatos para explicar sus planes de gobierno. Las políticas públicas no como decisiones sólo técnicamente pensadas, sino como humanamente diseñadas en torno a micro-realidades emocionales específicas de la peruanidad diversa. Creo que la estrategia polarizante, amigo/enemigo, ya tocó su techo y finalmente no resulta positiva para el concurso de fuerzas que debería ser el próximo gobierno, dado los retos que debe enfrentar.

 

Sólo por dejar un dato: los jóvenes reaccionan de forma más efusiva al miedo que los adultos, los cuales requieren más especificidad en la imagen para activar la respuesta emotiva porque han establecido mayores filtros producto de la decepción política.

 

Veremos qué emociones toman el micrófono este domingo.

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Algunas reflexiones de Zigmunt Bauman

Modernidad líquida

“¿Qué es la «vida líquida»? – leía- La manera habitual de vivir en nuestras sociedades modernas contemporáneas. Se caracteriza por no mantener ningún rumbo determinado puesto que se halla inscrita en una sociedad que, en cuanto líquida, no mantiene por mucho tiempo una misma forma. Lo que define nuestras vidas es, por lo tanto, la precariedad y la incertidumbre constantes”

“44 cartas de este mundo líquido”, 2011

“Vivir en un mundo líquido del que se sabe que sólo admite una única certeza (la de que mañana no puede ser, no debe ser y no será como es hoy)…”

“Miedo líquido: La sociedad contemporánea y sus temores, 2007

 

Poblaciones superfluas o globalización

“Es demasiado pronto para prever la forma final de la cohabitación humana planetaria. Hay una cosa que sí puede postularse: la perspectiva de una comunidad global es un horizonte último en el que debemos medir la pertinencia de cada paso que demos hacia su consecución. Una comunidad, para merecer tal nombre, debe apoyarse en la idea de que sus miembros asumen una responsabilidad compartida por cada cual. No puede haber una comunidad sin un sentido y una práctica de la responsabilidad. Y si la capacidad de carga de los puentes se mide por la fuerza de sus pilares más débiles, la solidaridad de una comunidad se mide por el bienestar y la dignidad de sus miembros más débiles”

Entrevista para “El País”, 10 de Mayo del 2003.

“El proceso de la globalización es tortuoso. Hay fuerzas que están globalizadas: las finanzas, los mercados, el terrorismo, el tráfico de armas y de drogas. Mientras tanto, los poderes democráticos siguen siendo locales, nacionales.”

Entrevista para “El País”, 19 de Agosto del 2012.

“…las ciudades se han convertido en el basurero de los problemas engendrados globalmente. Los residentes de las ciudades y sus representantes electos deben enfrentarse a una tarea que de ninguna manera pueden asumir: la tarea de buscar soluciones locales para las contradicciones globales.”

“Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos”, 2005

 

La felicidad

Al no ser alcanzable el estado de felicidad estable, sólo la persecución de este objetivo porfiadamente huidizo puede mantener felices (por moderadamente que sea) a los corredores que la persiguen. La pista que conduce a la felicidad no tiene línea de meta. Los medios ostensibles se convierten en fines y el único consuelo disponible ante lo escurridizo de este soñado y codiciado ‘estado de felicidad’ consiste en seguir corriendo; mientras uno sigue en la carrera, sin caer agotado y sin ver una tarjeta roja, la esperanza de una victoria final sigue viva”.

“En una sociedad de compradores y una vida de compras, somos felices mientras no perdamos la esperanza de llegar a ser felices; estamos asegurados contra la infelicidad siempre que podamos mantener esta esperanza. Así, la llave de la felicidad y el antídoto contra la amargura consiste en mantener viva la esperanza de llegar a ser felices. Sin embargo, sólo puede mantenerse viva si se cumple la condición de una rápida sucesión de ‘nuevas oportunidades’ y ‘nuevos comienzos’, y con la perspectiva de una cadena infinita de nuevos comienzos”.

“El arte de la vida”, 2008.

 

Forma de gobierno

«La república es una institución que no considera la libertad de sus ciudadanos únicamente como libertad negativa, como una falta de limitaciones, sino como un poder capacitador, la libertad de participar; una institución que intenta —siempre de manera inconcluyente pero con constante celo y vigor— lograr un equilibrio entre la libertad del individuo de toda interferencia y el derecho de los ciudadanos a interferir»

«La democracia liberal, en otras palabras, aspira a lograr la cuadratura del círculo menos susceptible de convertirse en cuadrado: pretende preservar simultáneamente la libertad de actuación del Estado, los individuos y sus asociaciones, convirtiendo la libertad de cada uno de ellos en condición necesaria de la libertad de los otros»

“En búsqueda de la política”, 2001