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La oposición necesaria o en respuesta al llamado de Chávez y Maduro por @nancyarellano

Artículo publicado en aporrea.org http://www.aporrea.org/actualidad/a156707.html el 28/12/2012.

A los de oposición que quieran patria los llamamos,

 están convocados.

 Invocamos a su corazón de venezolanos (…)

Bienvenido el que quiera venir a trabajar por la patria”

Nicolás Maduro, Vicepresidente de la República. 28/12/2012 

 

Quien escribe estas líneas es demócrata y de izquierda; si es necesario hacer esa aclaratoria. Antes que nada debo decir que agradezco a aporrea.org por publicar estas líneas como muestra de su amplitud democrática, pues no soy pro-oficialista pero si comulgo con muchos proyectos del proceso –o no sería realmente de izquierda democrática-.  En dos platos, soy entonces lo que se llama “oposición” y espero que nadie prejuzgue por ese hecho.

 

Mi carta obedece a que la oposición como dijera el mismo Presidente Chávez es necesaria, pero una oposición seria, como también añadiría él, el mismo 7 de octubre en la noche. Como venezolanos, no podemos contentarnos con tener a dos equipos de lucha libre cayéndose a insultos, horadando la integridad nacional a diestra y siniestra, o dedicados a enfrentarse y sacarse los trapitos sucios que a nadie interesan. Evidentemente no hablo de los buenos hombres y mujeres que cada uno de los bandos tiene, no hablo de los chavistas y opositores nacionalistas y sensibles socialmente –que en ambos casos los hay- y eso debe decirse en voz alta.    

 

Para este año nuevo, tenemos que sentarnos a pensar. Por un lado –y eso siempre ha sido así- las facciones en gobierno marcan una pauta producto de un plan establecido y con el cual se hicieron con el poder, por otro lado la oposición, entendida no como partido o masa homogénea, sino como alternativas y opciones políticas que difieren del gobierno, tiene el papel –esencial en democracia- de “ajustar” lo propuesto por el gobierno para que no vaya en contra de diversas minorías y para que tome en cuenta intereses diversos en la variopinta sociedad. La oposición debe demandar causas justas, debe ser el primer contralor de la mano de los venezolanos. Así mismo el chavismo crítico que no es poder, debe estar atento al uso de los dineros del Estado. 

 

Y aquí viene mi crítica a secas: no podemos pretender que esos intereses sean tomados en cuenta, cuando el debate termina siempre en quién es peor que quién.  Un cacareo entre “la 4ta podrida” y “los boliburgueses corruptos”, una estigmatización sobre que todo opositor es de la “derecha fascista e imperialista” o que el chavismo es “comunista trasnochado y aburguesado”; perpetuando la discusión y quedando de espaldas al Pueblo y sus problemas cotidianos.  Honestamente creo que basta del tema.  Si hay gente de la mal-llamada 4ta República que deba algo, pues que el gobierno termine de dar curso a los procesos judiciales correspondientes; si hay personeros del actual gobierno que deban algo, pues que se introduzcan las pruebas de ello y empiece el debido proceso. Pero no puede ser que se siga eternamente en la afrenta estéril, que no soluciona los problemas reales y que deja al Pueblo mirando el show político como un programa al mejor estilo de aquél de origen peruano que modera la señora rubia.

 

La autoinvisibilización de la oposición parte de buscar siempre descalificar al gobierno actual como si fuera un “todo o nada”; desconociendo logros puntuales como la protección económica al preservar la economía real frente a los artilugios de los mercados financieros (que esa economía real hay que mejorarla sí, pero la discusión versará en torno a eso); logros como la masificación de la salud a través de la red Barrio Adentro I y II (que debiera apuntalarse el sistema de interacción entre la red hospitalaria y Barrio Adentro, sí. Y sobre eso debe hablarse); la masificación de la educación básica, media e inclusión en universidades (que debería hacerse una revisión muy acuciosa sobre los planes de estudio y la calidad; sí. Y ése debería ser un punto de debate, porque no es justo que en aras de la cantidad, se descuide la calidad de la educación de nuestros hombres y mujeres); además se han ampliado las capacidades productivas con muchos núcleos en diversos sectores, sí. ¿Y debe hacerse seguimiento al tema para apuntalar el parque industrial? Sí. Sobre ello debe discutirse seriamente, porque es el dinero del Pueblo el que se ha metido en muchos proyectos que han quedado a la mitad, o cuyos resultados productivos son deficientes. Y así puedo hablar de logros en sectores diversos, como la lucha antidiscriminación étnica, de género; de discapacidades físicas, psíquicas, sensoriales o la discriminación sexual; la asunción del multiculturalismo, el nacionalismo que debe profundizarse seriamente;  temas todos que han sido puntos puestos en agenda por el gobierno actual con un ahínco nunca visto, pero que en muchos casos se han quedado con iniciativas temerosas y superficiales. ¡Ése es el papel de la oposición! Entrar a exigir la profundización de esos temas, de exigir políticas públicas puntuales, vigilar el avance… Ésa es la oposición seria, la oposición necesaria.  La que recuerda las demandas populares, la que apunta a la mejoría de las condiciones de la población.  La que hace política, no televisión.

 

Y también quiero decir que esa oposición histérica, denigrante, racista, clasista, antinacionalista, y sinvergüenza flaca labor hace a nuestro país; por el contrario, esa derecha “tropical” lo único que logra es pervertir el papel que cumple en cualquier proceso político el adversario digno, aquél que pone en los “palitos” al gobierno para que no se “achinchorre” en el poder –porque eso pasa, seamos honestos-; y es que esa oposición mediática, comprable, hija de las técnicas de fabricación en oficinas con muebles capitoneados, a la que le dan asco las mayorías populares, lo único que logra es profundizar el caos –del cual pareciese beneficiarse-. Y no seria justa si no advirtiera que hay muchos “revolucionarios” que salen de esas mismas oficinas… y a los cuales el chavismo también debe ponerle el ojo. Los trapos se lavan en casa, es así.  En estos días un intelectual venezolano hablaba de “la oposición de la oposición”; claro, lo hablaba como si eso fuese algo malo, como si esa “oposición de la oposición” entorpece, hace el juego al “chavismo”; “aquélla que desconoce desde el 7 de octubre a Capriles” dice…. En fin, no entienden que no se trata de ese señor, la “oposición de la oposición” ¡no cumple el papel de versar en torno a un candidato! Es, como el chavismo crítico, la oposición que tiene que hacerle el juego ¡Al pueblo! No una que aparezca sólo electoralmente.

 

Escribo entonces esta reflexión para los compatriotas del chavismo sincero y para los compatriotas de la oposición seria, porque teniendo muchos puntos de desencuentro en la forma, sé que tenemos muchos más de acuerdo en el fondo. Al final ambos compartimos el suelo patrio, las ansias de liberación nacional y de desarrollo de potencial para nuestro maravilloso país.  Le hago esta respuesta al Vicepresidente Maduro quien en la toma de posesión del gobernador Istúriz, dijo: A los de oposición que quieran patria los llamamos, están convocados. Invocamos a su corazón de venezolanos (…) Bienvenido el que quiera venir a trabajar por la patria”  Pues le digo, ¡Aquí estamos!

 

Pero también publico esto en Aporrea, porque el chavismo debe darnos un voto de confianza, como oposición, para que nos sentemos a hablar y discutir las cosas puntuales: el poder comunal, la agenda nacional, las agendas estadales, las políticas específicas por gremio, sector… y así también al chavismo que es opositor en los gobiernos regionales, tiene también tienen que cumplir su papel de contralor. Porque la mejor afrenta a los apátridas, a los que no quieren al Pueblo, a los de la telepolítica, es que empecemos un debate serio desde abajo, ése que de ejemplo y termine de aniquilar a los que nos entorpecen el desarrollo al dividirnos en “dos toletes”.

 

¡Hagamos patria entonces! Con respeto y siempre reconociendo la voluntad del pueblo expresada en elecciones, pero sin desconocer que la democracia implica pluralismo necesario para enriquecer la ejecución y los proyectos.

 

¡Un gran saludo de una venezolanista a ultranza!

 

nancyarellano@gmail.com

 

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El reto del presidente Chávez y de la Alternativa Democrática por @nancyarellano

“Les invito a ser mejores venezolanos, mejores patriotas, mejores trabajadores, mejores productores, mejores líderes para acelerar la construcción de la Venezuela potencia, la Venezuela grande (…) incluyendo a los sectores de la oposición. Les hago el llamado a los sectores de oposición (…) a dejar de desconocer lo bueno de esta tierra venezolana (…) aportemos lo mejor, con nuestra diferencias, con nuestros conflictos, y contribuyamos con la patria a fortalecerla cada día más” Dijo el presidente en su discurso de victoria.  Presidente Chávez, le tomo la palabra.

El reto que usted tiene desde hoy mismo –por aquello de que su nuevo periodo empieza hoy- es dejarse de sectarismos y comprender que los demócratas que no militamos en el Polo Patriótico queremos a este país tanto como ustedes –y más que muchos pseudorevolucionarios-. Desde esta esquina le tomamos la palabra; porque hay muchos venezolanos que quieren trabajar por el país desde los diferentes partidos, desde los diferentes movimientos, desde causas colectivas que usted no tiene en mente –porque una sola cabeza no puede pensar en todo-; así que usted tiene el reto de realmente ver en nosotros una crítica sana que tiene que tomarse en cuenta; unos brazos que suman desarrollo; y unos ojos dispuestos a denunciar los desvíos de una administración pública gigantesca y con muchos desmanes que no velan por la justicia social.

Con el 54% de los venezolanos no se puede hacer la Venezuela potencia, necesita al 100% de los venezolanos; o, al menos, al 80%. (porque de lado y lado hay gente que definitivamente no quiere al país).

Tenemos que construir una Venezuela 100% venezolana Sr. Presidente; con un antiimperialismo no selectivo; con independencia tecnológica, alimentaria e intelectual y eso, eso no se logra con el 54% de la población. Eso se logra con el 80% del país.  Esa Venezuela potencia y líder que usted dice querer, no puede ser un proyecto dogmático regido por países extranjeros de ningún tipo, ni puede hacerse con medios de comunicación partidizados y disminuidos culturalmente. La Red de Medios Públicos debe «hacer país», no hacer sólo política partidista; debe crear conciencia en el debate sano, en la crítica real, en la creación de matrices de opinión consensuadas con participación de los adversarios políticos –nunca enemigos- del partido dominante en el ejecutivo. Usted tiene el reto de enviar un mensaje claro y continuo a sus partidarios -y sus adversarios- de que hay que respetar a cada venezolano aunque piense distinto; porque un 4% o 6% de mayoría no puede imponerse en la práctica democrática; debe abrirse a escuchar, dialogar, consensuar y, entre todos, hacer.

Contamos con un gran país, grandes recursos y gran talento. Y ese talento debe ser la medida por la que se juzgue al otro, más allá del color de la camisa que cargue o de la actitud servil que –si ud. me pregunta- ha sido culpable de gran parte de los fracasos de planes que –conceptualmente buenos- han sido terribles en la puesta en práctica. Además, los mensajes del proceso revolucionario en términos de democracia, crecimiento económico e independencia también deben ser revisados; porque debe usted mandar un mensaje claro, nítido -insisto- a los sectores que quieren invertir en el país y a quienes quieren trabajar por el país.  La clase política joven, ésa que cobra razón desde 1999, sólo le ha visto a usted dirigir el barco; y muchos tenemos críticas que no pueden ser respondidas simplemente con decirnos que “la Cuarta era peor”. A nosotros la “Cuarta” nos suena a texto académico; no nos enchina la piel ni para bien, ni para mal porque vemos en ella logros y fracasos; con la mirada equilibrada que da la distancia y el tiempo.  Pero sí nos retumba en el corazón el ver las deficiencias –muchas no corregidas- de dos periodos anteriores; sí lo hace el escuchar cómo se nos juzga sin razón por el estatus social al que pertenecemos (como si uno decidiera nacer en la clase media o como si nuestros padres no hubiesen trabajado por nuestro bienestar); se nos juzga por el color de piel, dónde vivimos o la Universidad en la que estudiamos.  El reto Sr. Presidente está en ver justamente en la clase política post 1999 –quienes empezamos a ejercer nuestro derecho al voto después que usted entró en el poder- gente con una perspectiva fresca, con una visión de vanguardia, con ideas innovadoras, con un orgullo nacional real; muchachos –le aclaro- de todas las clases sociales, mujeres y hombres de todos los sectores, comprometidos con un país igualitario y con movilidad social ascendente. Muchos de nosotros Sr. Presidente, somos hijos de la Constitución del 99 y por eso “Lo Social” ni siquiera lo discutimos, la agenda social ES prioridad y base de nuestra república, está consagrada en la Constitución.

Vea entonces el reto que usted tiene de destruir ese aparato discriminante y sectario, en exceso burocrático y nepótico (sin real mérito) que se sustenta muchas veces más en la publicidad que en la profundización de los modelos de desarrollo autosustentable y sostenible.  No vea sólo a los hijos directos de su sistema, porque los que crecimos en el sistema tradicional de educación y formación, también vemos con detalle las carencias de nuestra sociedad, también vemos deficiencias en el modelo y también proponemos soluciones por las que estamos dispuestos a trabajar. Tenemos sensibilidad por los antes “invisibles” y creemos en la educación liberadora.  Pero con “calidad” Sr. Presidente. Eso si,  todo esto desde nuestras propias organizaciones y partidos; no por el acto egoísta de partidismo o sectarismo, sino por el acto democrático de pluralismo, tolerancia e inclusión: Unidad en la Diversidad.

Muchos partidarios de la alternativa democrática,  sí hemos visto logros en su gestión, pero también vemos muchos desmanes, violencia, ineficiencia –como la vemos también en las gestiones de muchos de la misma alternativa- pero en todo caso, somos Pueblo, tan Pueblo como el que le apoya a usted militando en el PSUV.

Usted como dirigente del PSUV puede adoctrinar cuanto quiera –está en su derecho- pero como Presidente debe abrir las puertas a quienes, por otra vía, creemos en un proyecto país que responde a la visión de nuestra Constitución: que es La Soberana en este juego democrático.

Finalmente, nosotros desde la Alternativa Democrática, tenemos la responsabilidad de ser el “ojo visor”  de la gestión de los gobiernos de turno a todo nivel, y ustedes –que son Pueblo tanto como nosotros- de serlo en los niveles de gobierno que las diferentes organizaciones de la Alternativa Democrática ocupe.  Ahí está el balance.

Venezuela es el destino; una Venezuela libre y 100% nacional respetuosa a la Constitución: por, para , con y desde El Pueblo.