A veces sucede la sucesión infinita de formas, de cuerpos, de palabras, de memoria.
A veces sucede la sucesión infinita de fondos, de risas, de éxtasis, de memoria.
A veces sucede la sucesión infinita de gritos, de llanto, de súplicas, de memoria.
A veces sucede que la memoria estorba como un día miércoles,
como una cara inoportuna en este momento incómodo;
esas caras que preguntan… cuando no se quiere decir nada.
A veces sucede que dormir es una proyección -no de la evasión- sino de la huída,
entonces tampoco sirve dormir,
porque termino soñado con la misma memoria de sucesión infinita que me lleva a escribir.
-te-.