Democracia, ¡Oh Democracia!
¿dónde estás que no te veo?
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Algo así creo que debería ser la campaña del JNE a la hora de hablar de elecciones. Ya que parece que en el Perú, como en otros sitios de Latinoamérica, no voy a exagerar; cualquier cosa es posible en elecciones. Hoy, 12 de febrero, a menos de dos meses de la elección, Keiko ronda el 30%, Guzmán el 15% y el resto debajo del 13%. Lo preocupante es cómo cambia la intención de voto cuando presentan a Keiko frente a otros candidatos. Por ejemplo Guzmán.
Según informa Datum hoy, Keiko Vs Guzmán es 42% a 41; por lo que cualquiera podría ganar. Esto muestra, nuevamente, lo que vengo repitiendo desde diciembre, no hay adhesión a proyectos políticos. El único proyecto que ha capitalizado a nivel macro es Fuerza Popular. Pero no ha logrado adherir a sectores clave, nadie lo ha hecho. Por lo cual se da una polarización absoluta entre la antipolítica y la apolítica vs la política superficial. Me explico. Fuerza Popular es una mezcla entre la antipolítica representada por Alberto Fujimori y la política partidista que someramente se ha venido creando desde 2011. No ha habido más hilación dentro del fujimorismo que el hecho de girar en torno a la figura de Alberto Fujimori y familia. Las propuestas personalistas como el peronismo en Argentina, el pinochetismo en Chile, el chavismo en Venezuela etc son volátiles y polarizantes. Por ello el tema de fujimorismo vs antifujimorismo.
El fenómeno Guzmán es un producto, con mucho respeto, de la mercadotecnia y la tecnocracia en un caldo de cultivo de la antipolítica y la apolítica. Al existir un clima adverso a la «cosa política» y la desactualización de los partidos, el elector promedio pasa a un estado de orfandad que es llenado por «adopción personalista». Parece que este fenómeno no es nuevo en el Perú. Me remito a los últimos 30 años. Ocurrió con Fujimori, luego con Toledo, luego con Humala y ahora con Guzmán.
El escenario Guzmán vs Keiko pudiese ser parecido al Vargas Llosa vs Fujimori. No porque se representen ambos perfiles de forma exacta. Sino porque tan híbrido era el fenómeno Vargas Llosa que tampoco era político-partidista sino un perfil político-intelectual; como el perfil de Keiko Fujimori que es producto de una mítica en torno a su padre. En todo caso, la afrenta sería en términos similares —aunque Vargas Llosa se moleste— hoy Keiko es parte de un establishment y con toques de anti-establishment. Como lo era Vargas Llosa en su momento. Guzmán es más como el chino. Un outsider del que poco realmente sabemos. Como todo advenedizo puede resultar un premio para el país o un castigo. Puede venir financiado por Yambal para lograr evadir las variadas demandas salariales contra la empresa piramidal, o por el humalismo como algunos refieren por los actores allegados incluso en su defensa ante el JNE, o ser realmente un actor nuevo que logre comprar todos los tickets y ¡sacarse el carro! o la presidencia, perdón. En todo caso su perfil Pro-TPP y Pro-Sistema tradicional dejan ver un perfil bastante peculiar de quien dice ser el «outsider». Dos híbridos en combate en un terreno de arenas movedizas como lo es la antipolítica y la apolítica. Si Keiko o Guzmán logran fortalecerse, insisto, con la capitalización seria y democrática de Grupos de Interés transversales, o determinados, y logran activar la Adhesión por Voluntariado Estratégico, lograrán no solo pasar directo a la celebración del 28 de julio, sino que encontrarán resultados que muestren un país con gobernanza multinivel y perfiles legítimos de representatividad.
La foto con los demás es Keiko Vs PPK (44% vs 37%), Keiko Vs Acuña (48% vs 22%). Y todos son híbridos entre la antipolítica y la apolítica. Fuera del sistema tradicional de partidos para tener fuertes presencias personalistas.
El caso que más prueba esto es Keiko vs Alan García (51% vs 16%) donde vemos claramente el rechazo a las figuras tradicionales asociada al sistema de partidos. El único simulacro que me gustaría ver y que no he encontrado es Keiko vs Barnechea, quien aún no figura (no sé por qué) para las encuestadoras. ¿Poca visión política? ¿Más antipolítica y apolítica?
Otro tema es, insisto, qué giro darán las campañas. Aún hay tiempo peruano. En un escenario de «antis» cualquier cosa puede pasar, sobre todo si alguien se decide a apuntar hacia los grupos de interés y la segmentación de éstos, el match con el mensaje y las políticas públicas acertadas. Si alguien logra dibujar en el electorado la foto HD y hacer que cada peruano se vea en ella.
#SeguiremosPensando