Hanni es una de esas poetas y ensayistas que crean adicción con el soberbio peligro de ya no estar presente, por ello las dosis deben ser bajas pero suficientes para dejar macerar la multiplicación de su arte. Ése que por esencial e inacabado, también se viste de infinito. Sin más, algo de Hanni.
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Hanni Ossott
LA PASIÓN PACIENTE
El arte es un sacramento fundado en lo carnal.
THOMAS MANN
Hay un poema hermosísimo de Kavafis, llamado Ítaca, que puede explicarnos la relación de la literatura con el erotismo. En este poema, Kavafis nos habla de un largo viaje que debemos emprender a Ítaca y nos dice que lo retardemos en lo posible, pues en la travesía encontraremos las más finas mercancías, el esplendor del coral, ébano y perfumes. Ítaca es el cese, el fin. La muerte. La literatura y el erotismo son la travesía, el espacio de la riqueza. El tiempo otorgado a la seducción, la gran aventura del cuerpo y del alma. Ítaca no es el goce. Por ello, eros y muerte se hermanan. Lo importante en la literatura no es terminar un libro, sino vivirlo, hacerlo, pulsarlo. El tiempo empleado en su elaboración, las caricias, la lentitud en sus correcciones, la vibración en su relectura, constituyen la máxima expresión de su eros.
El final es Ítaca, la muerte del amante y el comienzo del lector. Toda obra de arte verdadera surge al amparo de muchos dioses, pero sin eros no hay obra. Esto nos lo enseñó Platón en El banquete.
Existe también un cuento de Borges que nos habla de ello. Se llama Las ruinas circulares. Se trata de la historia de un hombre que quiso soñar a otro hombre y después de numerosos fracasos, soñó con un >>corazón que latía<<. Ese hombre soñó (creo) desde el centro de la pasión, pero es preciso saber retardar la llegada a un centro de concentración y consumación. Se trata de una paciencia en la pasión y en la seducción por la palabra. La literatura es cuerpo, es carnalidad vuelta alma y espíritu. El eros de la literatura es un viaje y un canto hacia un centro improbable, un centro intuible que va haciéndose en travesía, en los encuentros y en la escucha de otro. Eros y amor.
Ossott, Hanni. “La pasión paciente”, en Cómo leer la poesía. Caracas: Bid y co. editor, 2005.
El itinerario ya fue enviado, y el crucero lo diseñó, el mejor operador turístico de la historia del egeo, el jónico, el tirreno… y otros mares aprovechables…
¿Qué pasa cuando escribimos? ¿O cuando ejercemos su forma superior llamada lectura? lo que escribimos no importa si es ensayo, poesía, filosofía, o política, si se hace bajo el influjo de la pasión, se vuelve un continuum, genera esos híbridos que solo pueden nacer de la promiscuidad de los que no se contentan…
La pasión es el principio creador, el verdadero fuego sagrado, y al escribirse, vuelve cada palabra, cada oración, en una búsqueda, porque la búsqueda no es para descubrir, la verdadera, la que toma la vida de uno, es para crear…
«I have no special talents. I am only passionately curious…» Albert Einstein
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