En medio de la nada apareces
para reconciliarme con el mundo
un ángel caído en medio de la cotidianidad marchita
unos ojos de girasol que brillan en el desierto
una voz calmada que arrulla dragones
la forma más pura de la palabra belleza.
La otra cara de los límites
dulzura absoluta
una tierna cara dura,
con sapiencia infinita.
Dando vida, en los ocasos
dando voz, en los silencios
dando amor, en los espacios
cuerpo lejano, eterno, sin cuerpo
como sólo las cosas importantes pueden ser.
Estás aquí, estoy allí
Aunque a veces la cotidianidad pretenda disimularnos
con vanos y tercos desvíos existenciales,
relojes, desesperos, rangos o planes…
Porque la existencia misma cobra sentido en tu cuerpo
el tiempo nunca ha sido suficiente en tu regazo
el desespero es la huella de las dicotomías
Lo eterno y efímero en un segundo
y el amor no acepta pasos, es compañía.
-sin retazos-
Búsqueda infinita de alcanzar el cielo,
ése al que perteneces…
Estoy aquí,
aunque el mundo quiera borrarnos.
En medio de la nada,
de esta nada de cosas…
me sucede que te extraño.