He soñado tanto contigo… Robert Desnos

A LA MISTERIOSA
( 1926 )

Tanto he soñado contigo que pierdes tu realidad.

¿Habrá tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo
y besar sobre esa boca
el nacimiento de la voz que quiero?

Tanto he soñado contigo,
que mis brazos habituados a cruzarse
sobre mi pecho, abrazan tu sombra,
y tal vez ya no sepan adaptarse
al contorno de tu cuerpo.

Tanto he soñado contigo,
que seguramente ya no podré despertar.

Duermo de pie,
con mi pobre cuerpo ofrecido
a todas las apariencias
de la vida y del amor,  y tú, eres la única
que cuenta ahora para mí.

Más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios, que los primeros labios
y la primera frente que encuentre.

Y frente a la existencia real
de aquello que me obsesiona
desde hace días y años
seguramente me transformaré en sombra.

Tanto he soñado contigo,
tanto he hablado y caminado, que me tendí al lado
de tu sombra y de tu fantasma,
y por lo tanto,
ya no me queda sino ser fantasma
entre los fantasmas y cien veces más sombra
que la sombra que siempre pasea alegremente
por el cuadrante solar de tu vida.

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2 comentarios en “He soñado tanto contigo… Robert Desnos”

  1. este tipo es un «tripeo» fascinante. Conoces este?:

    DESPERTARES Robert Desnos

    Es extraño despertarse a veces en plena noche.
    En pleno sueño alguien toca la puerta
    y en la extraordinaria ciudad de medianoche
    de medio-sueño de medio-recuerdo
    las puertas de los zaguanes retumban
    con estrépito de calle en calle
    Quién es ese visitante nocturno de rostro desconocido,
    qué viene a buscar, qué espía.
    Es un mendigo que pide pan y albergue
    es un ladrón, es un pájaro,
    es un reflejo de nosotros mismos en el hielo.
    Quién vuelve de un abismo de transparencia
    e intenta volver a entrar en nosotros.
    Él se da cuenta que hemos cambiado
    que la llave ya no puede abrir la cerradura
    de la puerta misteriosa de los cuerpos.
    Aunque sólo hayan pasado segundos desde que nos dejó
    en el momento inquietante en que se apaga la luz
    ¿Qué sucede entonces?
    ¿Dónde deambula? ¿Sufre?
    ¿Es ése el origen de los fantasmas?
    ¿El origen de los sueños?
    ¿El nacimiento de los recuerdos?
    No toques nunca a mi puerta visitante.
    No hay sitio en mi casa ni en mi corazón.
    Para las antiguas imágenes de mí mismo
    tal vez me reconozcas.
    Yo no sabría ya reconocerte.

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