Belleza, Bien y Felicidad en Grecia


La presencia del alma en una historia de amor es,

en efecto, un eco platónico, y lo mismo debo decir

de la búsqueda de la inmortalidad,

conseguida por Psique al unirse con una divinidad.

Octavio Paz en La Llama Doble







“Después de varias horas de reflexionar en soledad sobre La Unidad, Pitágoras se levantó tembloroso y se retiró a la oración”. La impresión del relato del profesor Casanova rápidamente trajo la imagen del profesor Sánchez Lecuna hablando sobre el Absoluto en el pensamiento Griego, la similitud era evidente, el sentimiento de Pitágoras se hace extensivo cuando uno logra acercarse al ideal griego. Porque así como para “hacer filosofía” existe la necesidad de poseer una “capacidad de impresión”, del maravillarse, el asombrarse ante lo desconocido y ante el contacto, la relación directa que el filósofo logra tener con lo que, como dice el Profesor Sánchez Lecuna, es el Misterio; así se experimenta el acercamiento al Absoluto del pensamiento griego; Belleza, Placer, Felicidad, Amor, Virtud, Justicia, lo Bueno son conceptos que se interrelacionan, que se funden, que se hallan en cada polo –infinitos polos- del alma humana, del alma surgida como necesidad de trascendencia, del alma que es evocada en el lienzo cuando el artista –o el escritor en el papel- “vive en la cura” como dice Hanni Ossott[1]. Porque el arte está plagado –maravillosamente- de los extremos, de los límites –y los puntos medios- del alma humana, el artista debe “mantener una tensión lírica con la alta presión de los contenidos líricos desbordados del alma (…) la libertad consiste en conocer nuestros excesos” (Ossott, p. 35). Porque el alma humana, como diría Platón, es parte del Alma Universal, y en ese mundo inmanente, en ese mundo de las ideas, se halla el todo que, podría decirse, abarca los puntos más sublimes de la existencia, ese mundo, como la belleza es para Ernst Cassirer[2],(1963, p. 214) “constituye una unidad en la multiplicidad”. Así creo que es el pensamiento griego en general, una Unidad que implica a la diversidad, porque en el Absoluto, el Ideal Griego contempla una visión interrelacionada de conceptos: Areté, Khalos, y Agathos los cuales están íntima y necesariamente relacionados con la Ananké (La Felicidad) que es una necesidad espiritual inherente al hombre; así mismo entran a colación conceptos como Sofrosyne (autodominio), la Templanza, la Paideia (Educación intelectual), el Hédone (placer parcial) y la Eudamonía (Placer Total). Para los Griegos, quienes poseían una visión antropocentrista del universo, el ser humano, en su sentido más abstracto, es una especie de sistema, donde convergen sensibilidades y ultrasensibilidades, últimas que, bajo la óptica espiritual preponderante en Grecia, se hicieron aprehensibles por la capacidad de abstracción y una inteligencia trascendente de los Griegos, quienes lograron, como afirma Arellano (s/f), comprender las leyes ultrasensibles que gobiernan a la naturaleza, al hombre, así como las relaciones entre las leyes, entre lo particular y su proyección sobre lo universal. Los Griegos se dieron cuenta de la simetría (“proporción de la parte con el todo y del todo con la parte”), cuyo significado responde a lo estético, “al encuentro con la Belleza”, en una búsqueda de lo trascendente, del alma, de la esencia, en una búsqueda de “sentirse vivo” (Sánchez, s/f, p. 7), de ser preso por ese rapto del que habla Joseph Cambell (citado por Sánchez Lecuna). De allí que los Griegos fueran los primeros artistas de Occidente –los que dejaron una influencia determinante en literatura y arte- porque hicieron hieropoiesis, creación de lo sagrado. Lograron entrar en contacto con la verdad, con el regalo sublime de los dioses para reconocer, en este mundo, las verdades olvidadas, en un esfuerzo, en una búsqueda que legitima la vida humana, que, al entrar en contacto con lo numinoso de los símbolos logra en encuentro de “sentido a la existencia”, siendo entonces el artista, como afirma el Profesor Sánchez Lecuna[3] (s/f, p. 6), la memoria del mundo trascendente.

Es interesante, en cuanto a ese mundo trascendente y a esas verdades olvidadas, la visión del Eros en Grecia, “El amor es el deseante que pide, el deseado que da” dice Octavio Paz, p. 43, y en ese deseo, en esa búsqueda que escapa a lo tangible. Eros, como narra Pierre Grimal, p. 171, “asegura no sólo la continuidad de las especies, sino también la cohesión interna del cosmos” una cohesión encontrada por el hombre cuando busca sentirse vivo, cuando busca justificar su existencia, “Eros no es un dios omnipotente, es una fuerza que permanece inquieta e insatisfecha”- cuenta Grimal sobre la visón platónica- Así mismo el artista, el arte mismo que se halla en un constante cambio, movimiento, porque el arte, como el hombre, como dice Cassirer, E. p. 221, necesita salir de la realidad inmediata de las cosas y vivir un mundo de puras formas sensibles que trascienden a lo sensible, que son , en la belleza, “la teofanía suprema, la revelación divina”, como dice Corbin citado por el Prof. Sánchez, añadiendo que la belleza es la revelación del alma, es la revelación de la esencia del alma, es una necesidad epistemológica, porque necesitamos conocernos, sentirnos, vivirnos, y es una necesidad ontológica porque es necesidad del alma, del hombre contemplar, ver, sentir lo que es bello, lo que es bueno, lo que es justo, lo que es virtuoso, lo que es trascendente, el ser humano en la belleza, logra personificar, animar e infundir vida al mundo, como dice Hillman; logra ésta, como dice Platón en el Fedón, ser el camino de lo sensible que lleva al artista hacia el espíritu. Y es en esta conciencia de espíritu, en esa búsqueda de la Verdad, latente aún hoy, donde los griegos encontraron los ideales inherentes al alma humana, allí Platón y Aristóteles lograron encaminar una búsqueda filosófica sobre la Felicidad del hombre, para el primero, como para su maestro Sócrates, en el conocimiento correcto que trae consigo el bien –la virtud liada a la justicia- y a la belleza (conceptos ligados al amor) Lo bueno es bello. Lo propio del amor es engendrar belleza y de esta forma cosas buenas” –dice en el Banquete-; y para Aristóteles es una ascesis que va desde los sentidos –la percepción sensible del mundo-, luego pasa por el intelecto –en la Paideia enseñada-, posteriormente en la contemplación del Arte para luego lograr el conocimiento, la aprehensión real del mundo – La gnosis-, y por último –y final- lograr la Felicidad, lograr ser el “hombre feliz” que entiende la ésta como Virtud y Sabiduría. Así pues, tanto la filosofía platónica como la socrática coinciden en afirmar que el potencial humano más alto es el conocimiento, y que el resto de las capacidades humanas se derivan de esta capacidad central, y de allí que Aristóteles concluya que si areté es conocimiento y estudio, entonces el conocimiento humano más alto es el que se da sobre sí mismo. Una persona virtuosa es realmente feliz, y los individuos siempre desean su propia felicidad.

Paz (p, 45-46) escribe:

La belleza, la verdad y el bien son tres y son uno. Son caras o aspectos de la misma realidad, la única realidad realmente real (…) el amor es el camino, el ascenso, hacia esa hermosura: va del amor a un cuerpo solo (…) al de todas las formas hermosas y de ellas a las acciones virtuosas; de las acciones a las Ideas y de las ideas a la absoluta hermosura. La vida del amante de esta clase de hermosura es la más alta que puede vivirse en ella . Y éste es el camino de la inmortalidad (…)

Creo que describe maravillosamente la relación estrecha entre belleza, amor, la verdad y el bien, y creo que es algo latente en la necesidad fundamental del hombre contemporáneo, el hombre que se ha olvidado de su esencia, el que desdeña “lo invisible a los ojos” –como dice Antoine de Saint Exúpery en el Principito- el hombre actual se ha olvidado de lo que va más allá de lo sensible, pero que se “muestra”, se “devela” en la creación del arte y la literatura, así mismo la filosofía cuando indaga en lo que atañe al humanismo del ser humano, en la búsqueda de lo espiritual.

El hombre actual, como reflexionábamos en clase con el Prof. Sánchez Lecuna, atiborrado de materialismo, de tecnología, ha ido desplazando -como si se pudiera- lo “metafísico” (en el sentido más estricto) por lo netamente material, corruptible, perecedero; creo que la crisis del mundo actual está en ese olvido de la verdad, de la trascendencia, del alma que poseemos, en la “justificación” del caos cotidiano y permanente de la humanidad mediante el concepto de “utopía”; creo que nos olvidamos de la Felicidad, de la Virtud, del Amor, de la Paideia, de “ser” hombre y mujeres felices y, aludiendo a Aristóteles, nos hemos convertido en hombre y mujeres que buscamos “portarnos bien”, porque asimismo que la felicidad está en la abundancia de bienes externos y en la prudencia, siendo así una “felicidad” meramente material. Es entonces, en el ahora, que el hombre, cuya meta es la felicidad, se engaña en su búsqueda; Roberto Juarroz, en su libro Poesía Vertical, dice que “Buscar una cosa es siempre encontrar otra. Así, para hallar algo, hay que buscar lo que no es” quizá esta etapa de búsqueda de la Felicidad en lo material logre, en la esterilidad de resultados, encaminarnos en el encuentro de “sentido de la vida”, en el sentido auténtico que se halla en nuestras almas, en nuestra esencia, en el conocimiento auténtico amparado por una búsqueda interior que la integración con nuestra esencia, en el silencio que nos permite estar con uno mismo, que nos conduce a la reflexión, al encuentro del “yo”, logremos pasar del hédone a la eudaimonía y de ésta, en la Virtud, a la ananké.

El eco de Grecia está presente, quizá algo adormecido por el paso del tiempo y las convulsiones tecnológicas de un siglo “contra corriente por excelencia” como el siglo XX, pero está… en esencia somos los mismos porque nuestros deseos y nuestras carencias no han cambiado, el alma sigue siendo una necesidad, la belleza una realidad, la trascendencia una búsqueda y la Felicidad una meta.

Por último creo pertinente aclarar que es poca la reflexión que pueda hacer sobre un tema tan vasto como lo es el de Grecia y los conceptos que implica el pensamiento antiguo sobre Felicidad, alma, y belleza; porque es un entendimiento que hemos –Occidente- tardado años en descifrar, artistas siguen siendo memoria de los olvidado, y el arte sigue siendo muestra de la belleza; así pues, no se puede decir todo aquí, y no sé todo para decirlo. Simplemente vuelvo a experimentar el sentimiento de la narración sobre Pitágoras y la Unidad: me asombro y tiemblo ante los ideales griegos, ante los hallazgos, ante el acercamiento que los autores mencionados han logrado. Sed de lo esencial es lo que puedo sentir ante el tema, ante el encuentro, ante el “rapto de sentirse vivo, ante la experiencia estética, ante el restablecimiento de nosotros y el Misterio” como maravillosamente dice el Prof. Sánchez Lecuna.

“En todas las cosas la medida y la proporción constituyen la belleza como virtud”

Platón, Filebo, 64d.


LISTA DE REFERENCIAS

Arellano, F. (s/f) Apuntes de Historia del Arte. Caracas: Guías de la

Universidad Católica Andrés Bello.

Cassirer, E. (1963) Antropología Filosófica. (Trad. Ímaz, E.) México: Fondo

de Cultura Económica. (Original en inglés, 1944)

Grimal, P. (1981) Diccionario de Mitología Griega y Romana. (Trad.

Payarols, F.) Barcelona: Paidós. (Original en francés, 1951)

Jaeger, W. (1997) Paideia, (Trad. Xirau, J. y Roces, W.) Colombia: Fondo

de Cultura Económica (Original en alemán, 1933)

Ossot, H. (2002) Cómo leer la poesía. Caracas: Comala.com

Paz, O. (1997) La llama doble. Amor y erotismo, Barcelona: Galaxia

Gutenberg

Sánchez, J. (s/f) Grecia (s/e)


[1] En su ensayo De la cura en el arte.

[2] En el capítulo IX. El Arte.

[3] Sánchez, J. (s/f) Grecia. Caracas: (s/e)

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.